Ojos dorados
Fue lo primero que pensé al ver a la criatura que surgió de circulo de invocación, su cabello era castaño oscuro y su mirada fría, atando sus brazos y piernas las cadenas que lo unían al círculo de invocación eran tan fuertes que el ser convocado para detenerme ni siquiera intento romperlas.
Los mercenarios habían invocado a un ángel, ya estaba cansada, me faltaba el aire y no tenia energía suficiente para sostener la pesada espada en mis manos, pero si dejaba ver el cansancio en mi rostro sería el fin.
— ¡Imposible!
Dijo uno de los mercenarios que invoco a la criatura.
Del mismo círculo mágico tres más de esas criaturas salieron atacando a los mercenarios, sus ojos rojos brillaban aun en la oscura noche, mientras que sus alas eran tan negras que la misma noche no podría igualárseles.
Los ángeles negros atacaron a todos los que estaban a su paso, incluyendo a quienes los invocaron, para luego comerse algo de sus cuerpos.
No pude defenderme, en su ataque perdí mi brazo derecho y abrieron un enorme agujero en mi costado, aunque evite la muerte inmediata con un solo ataque mis heridas ya eran mortales.
Pude ver a mi muerte a los ojos, una sonrisa burlona se dibujo en su rostro mientras se acercaba lentamente a mí.
— Pero que tenemos aquí, un alma pura...
Sus ojos me miraron con un deseo primitivo de comer, yo no era más que un delicioso aperitivo.
Pude escuchar un sonido ensordecedor de cadenas rompiéndose y un rugido de furia, el ángel de blancas alas había roto las cadenas que lo contenían.
Sin esperar a que estas terminasen de caer se abalanzo sobre el ser de alas negras frente a mí y lo atravesó con sus alas como si de espadas se tratasen, en menos de lo que me tomo pestañar giro sobre su pierna izquierda descuartizando a su oponente.
El cuerpo del ángel negro se desvaneció en destellos de luz rojiza antes de tocar el suelo.
Los otros dos al ver esto dejaron de "comer" para huir.
Pero no pude ver lo que ocurría, no tenía fuerzas para levantar la cabeza y ver, sin embargo tras escuchar varios golpes, cortes y unos pasos que se acercaban a mi supe que la pelea había acabado.
Ya no podía mantener mis pesados ojos abiertos.
—Niña, estas a punto de morir, si así lo deseas dímelo.
Juntando lo último de mis fuerzas trate de decir mi último deseo
—No... Quiero... morir.
Sentí como deje ir mis sentidos ante la oscura y fría inconsciencia.
Poco a poco sentí como mi cuerpo recuperaba la calidez, algo llenaba mi cuerpo y aunque no podía abrir mis ojos o mover ni un solo musculo, sabía que me habían salvado.
Tras recobrar mis sentidos sentí una voz cerca de mí.
Al abrir mis ojos pude ver a un hombre sosteniendo una prenda en sus manos.
Sabía que olvidaba algo pero no podía dejar que se diera cuenta de que estaba despierta y darle tiempo para prepararse.
Después de todo el único motivo por el que sigo viva es porque mi cabeza tiene precio.
Tomando todo el mana que recorría mi cuerpo salte de donde estaba acostada y trate de golpearlo pero este sin mucho esfuerzo desvió mi ataque y me sometió en el suelo.
—Mira lo que haces, ahora perdí la aguja.
Dijo mientras buscaba algo en el suelo.
— ¿Qué me hiciste y que hago aquí?
Dije tratando de ganar un poco de tiempo, pero su agarre era firme y no pude levantarme del suelo.
No tenía la fuerza suficiente para levantarme.
Al ver sus ojos dorados recordé de quien se trataba.
— ¿Qué manera de despertar es esa?
Dijo mientras soltaba su agarre y levantaba una aguja tratando de no mirarme.
— Cúbrete si no quieres perder más que la dignidad.
Fue entonces que me di cuenta de que estaba semi-desnuda, pude sentir como la sangre se me subía al rostro, mientras rápidamente tome la sabana y me enrolle de nuevo en ella saltando hasta la cama
—Niña tenemos que hablar.
Dijo el sinvergüenza como si no hubiese ocurrido nada.
—... Lo que hice fue para salvarte la vida, era inevitable para cumplir con mi parte del trato.
— ¿De qué trato hablas?
—A cambio de salvarte la vida tu harías lo mismo por mí.
—Yo no acepte tal trato.
—Estabas muriendo, no podía contarte con detalle, si no quieres puedo revertir lo que hice y ambos moriríamos.
—... Te escucho...
¡Este malnacido!
— Como sabrás yo no pertenezco a este mundo, para estar aquí mi cuerpo necesita recibir mana de quien me invoco, pero eso es imposible... en momentos como ese yo tengo el derecho de elegir un nuevo amo hasta que este muera o yo cumpla mi misión.
El ángel de ojos dorados dijo como si de lo más lógico se tratase, ¡yo no soy el alimento de nadie!
—Se que no eres alimento, pero tambien sé que estas en problemas y necesitas de alguien.
— ¡Yo no necesito a nadie!, soy perfectamente capaz de cuidarme sola, además ¿cómo sabes que tengo problemas?
"El es sospechoso, esto es una trampa, no debo de creer en él, no dudes Génesis, tú no tienes aliados, estás completamente sola"
Pensaba para tratar de convencerme, no debía caer en sus trucos, sus dulces palabras no son más que un engaño, el es un títere para engañarme y venderme al mejor postor.
—... Más de treinta personas murieron hoy tratando de atraparte, o bien eres el mal encarnado o estás en serios problemas, es o no lógico.
— Aun así-
—"Desde el día que naces hasta el día en que mueres nunca estas solo, tu vida no te pertenece solo a ti"... Son las palabras que pude escuchar de esta cosa.
Dijo sacando algo para mostrármelo, inmediatamente sentí un nudo en la garganta tan fuerte que no pude respirar, mientras que las lagrimas que jure nunca más derramar luchaban por salir, escurriéndose lentamente de mis ojos.
Al sacar la cabeza de la sabana pude ver como en sus manos colgaba el dije de mi padre.
—... No te salve porque quería aprovecharme de ti o necesitase un tanque de mana, lo hice por cumplir la última voluntad del hombre que llevo este dije consigo "Por favor permite que mi hija siempre regrese sana y salva a su hogar"
Abrí la boca para tratar de callarlo, sus palabras confundían mi mente pero de mi boca solo salió un sollozo, de nuevo las emociones que me jure guardar hasta el día de mi muerte habían salido a flote y no podía contenerlas.
—Además " La casa di Sperantto ha sufrido de muchos altos y bajos a través del tiempo, pero su deseo se mantiene firme, no es la venganza o el poder, nuestro verdadero deseo-
—... Es llenar de esperanza al mundo"...
Dije citando las palabras de papa, palabras que siempre nos decía antes de dormir, para romper en llanto de nuevo y dejar salir toda la tristeza que albergaba en mí, hasta caer dormida mientras una mano acariciaba suavemente mi cabeza.
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Contra el cielo y la tierra
FantasyUna joven que se aferra a la vida en un mundo donde hasta los mismísimos dioses la repudian solo por existir y donde su unica oportunidad de sobrevivir es un ser que tampoco tiene lugar en ese mundo. Siendo la unica sobreviviente de su familia, solo...