La cita.

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Por fin llegó el viernes, Rey estuvo nerviosa todo el día, cuándo Kydel entró a su habitación le dijo:

-Es hora de arreglarte.

-Kydel...

-Vamos, órale.

-Esta bien- dijo suspirando.

Se metió a bañar y mientras lo hacía Kydel le escogió ropa interior de encaje y un conjunto lindo y sexy, según ella por si las dudas.

Cuándo salió del baño está le dijo:

-Te escogí ésto.

-Kydel no...

-Claro que sí, vamos.

-Pero está...

-Esta nada, es sexy.

-Sí, lo sé, es qué...

-Hazlo, es una orden.

Rey suspiró y miró a Kydel que tenía una mirada autoritaria pero no podía hacer otra cosa más que obedecerla.

Rey tomó la ropa y se metió al baño a vestirse mientras renegaba de todo.

Cuándo salió la vió y le dijo asombrada:

-Estas deslumbrante Rey.

-En serio, no es...

-No, es perfecto.

-De acuerdo.

-Ven a verte al espejo, estás preciosa.

-Esta bien- dijo no muy convencida.

Cuándo se miró al espejo, era cómo ver a otra persona y no su reflejó; estaba atónita. Kydel tenía razón se veía diferente, se veía hermosa.

Kydel iba a salir del cuarto y Rey le comentó:

-Estoy muy nerviosa.

-Tranquila de acuerdo. Deberías empezar a maquillarte y arreglarte el cabello o lo hago yo.

Ella respiró un par de veces y luego dijo:

-Esta bien. Empezaré a hacerlo.

-Muy bien. No se te olvide llevar tú abrigo- le dijo saliendo.

Estaba terminando de peinarse cuándo escuchó que Kydel lo saludaba, ya había llegado. Se puso su abrigo, agarró su bolso, suspiro y salió de su habitación.

Ben la vió y dijo maravillado:

-Estas preciosa Rey.

-Gracias- le contestó sonrojándose y bajando la mirada.

-Nos vamos.

-Claro.

Kydel se acercó a ella diciéndole:

-Diviertete y relájate, de acuerdo.

-Esta bien- le contestó ella.

-Adiós y pásala bien.

Ben tomó a Rey de la mano y salieron. Kydel esperaba que todo saliera bien y que no tuviera ningún contratiempo.

Cuándo subieron al auto, esté arrancó y ella le preguntó al escuchar la música:

-Te gusta ésa música.

-Sí, es clásica, a ti no!

-No lo sé, no escuchó mucha música.

-Entiendo.

Entonces se quedaron en silencio hasta que llegaron al restaurante y ella preguntó:

-Es aquí?

-Sí, porque?- le contestó con otra pregunta.

-Nunca había venido a un lugar así.

-En serio!- exclamó él.

-Sí.

-Pues vamos.

-Muy bien.

Ben salió del auto y le abrió la puerta, ella suspiro y salió, esperaba que sus nervios no la traicionaran.

Otro capítulo.

Saludos Marí 😉.

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