Scarlett Miller se fue de Charming sin decírselo a nadie, pero después de que encarcelan a su hermano, decide regresar a su ciudad natal.
Jax Teller no está exactamente feliz de volver a verla.
THE STORY IS @maggieewritez THAT HE LET ME TRANSLATE I...
HOY ES EL PRIMER DÍA DEL carnaval, un evento que se lleva a cabo durante casi treinta años en el pequeño pueblo. Era una tradición para la mayoría de las familias ir a pasar un día con los niños y otros parientes.
Cuando era muy pequeña, los padres de Scarlett iban y ayudaban a organizar las atracciones, pero luego se negaban a pagarle a su hija para que fuera a divertirse con sus amigos. Tan sorprendentemente, Gemma Teller como quien financió los paseos de la joven para que su hijo se divirtiera más. Jax siempre rogaba y rogaba a su madre hasta que ella accedió a dejar que Scarlett se reuniera con ellos en la feria.
Este año es el primero que Scarlett ha estado en la feria de Charming sin ninguna relación con los Teller. Cami la había sacado de la cama temprano para que pudieran ir a ayudar a instalar algunos puestos y ganar algo de dinero extra antes de que la diversión comenzara más tarde ese día.
Mientras se estira para enganchar el último premio de la viga sobre su cabeza, su dedo pincha en la espalda, haciendo que gire y grite. Su rostro se relaja una vez que nota la expresión histérica de Camille.
—Mierda. —Murmura Scarlett, pasando una mano por su cabello. —Idiota.
—No quise asustarte. —Camille sonríe. —Quería advertirte que tus padres están aquí. —Mueve la cabeza por encima del hombro cuando un camión se detiene en la calle.
—No jodas. —Gime, recostándose contra el cubículo mientras se frota la cara con las manos.
—Oye. —Dice Cami. —Espera a que se acerquen a ti. Es posible que ni siquiera se den cuenta de que estás aquí. No tendrán ningún motivo para verte, porque estarán en su puesto de mierda.
—¿Qué?. —Las cejas de Scarlett se levantan y su cabeza vuelve hacia su mejor amiga. —¿Tienen un puesto?.
—Nunca adivinaras que es. —Camille tararea, dando un paso alrededor de su amiga para arreglar los últimos ajustes para los juegos.
—Algo traumático y definitivamente no para niños. —Sugiere. —O algo armado para que ganen dinero sin tener que devolver nada.
Camille se ríe y sus ojos están fijos en el mostrador mientras se ocupa de la caja de dinero. —Pintura para niños.
Casi ahogándose con su propia saliva, Scarlett se aparta del puesto y se da la vuelta para mirar boquiabierta a su amiga con los ojos muy abiertos. —Estás mintiendo. ¿Mis padres pintan la cara de los niños? Cállate.
