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—Entonces, ¿cómo carajos piensas encontrar al idiota ese?— Tangerine caminaba con los ojos puestos en el celular y su novia ya se había hartado.

Tangerine paró en seco y bajo el celular.

—Ya lo tengo— tomo a la chica de hombros y la agito con una sonrisa. Sin explicar nada volvió a caminar con el celular en la mano.

—¡Tangerine! ¡Ven aquí!— Apple corrió hacia el exigiendo una explicación.

Llegaron hasta los baños de un vagón donde una señora se alejaba de la puerta indignada. La pareja se ocultó y Apple aprovechó para arrebatarle el celular a Tangerine.

—¿Qué rayos... oh— se dio cuenta que el hombre estaba utilizando una aplicación para encontrar el celular de Lemon, que había robado el hombre de gafas. —Me sorprendes, si que eres listo— Apple le sonrió y le devolvió el celular.

—Gracias, Gracias. ¿No crees que esto amerita un beso, preciosa?— Tangerine le dedicó una mirada pícara y Apple suspiró.

—Está bien, pero solo uno que no queremos que se nos escape— el hombre sonrió satisfecho y se le acercó más.

Juntaron sus labios en un beso, que rápidamente fue subiendo de tono. Tangerine rodeo la cintura de su novia con mucha fuerza y la chica lo tomo del cuello de su camisa.

Tangerine fue desabrochando los botones de la camisa de su novia hasta que ella lo detuvo.

—Espera, dijimos solo un beso.— alzó la ceja.

—Cierto— suspiró decepcionado —Cuando acabemos con esto tendremos una cuenta pendiente.— Apple asintió sonriendo. Tangerine la ayudo a abrochar su camisa y ambos se acomodaron el pelo.

Los dos caminaron hasta la puerta del baño y la golpearon.

—Señora perdone...— el hombre de gafas, que ya no las tenía puestas, abrió la puerta y se quedó helado al ver a Tangerine y Apple.

Tangerine le mostró su celular con la pantalla puesta en la aplicación de encontrar.

—Oh, eso esta padre.— dijo el hombre observando el celular robado de Lemon.

Rápidamente Tangerine lo agarró de la camisa, pero la puerta del baño se cerró en su brazo. Con esfuerzo la logró abrir con el otro.

El hombre lo  intentó patear, pero Tangerine tomo su pierna y le golpeó en la parte baja. El hombre lo empujó y Apple lo golpeó tres veces en la cara.

El le iba a regresar el golpe pero se dio cuenta de con quien estaba peleando.

—Disculpe señorita, pero yo no golpeó mujeres.— Apple arqueó la ceja y río.

—Bien por ti, en cambio, yo si golpeó a hombres de la tercera edad— lo golpeó en el estómago y se lo lanzó a Tangerine.

Tangerine lo arrastró hacia otro vagón intermedio y el hombre le comenzó a lanzar carritos de comida y hasta lo golpeó con una puerta. Apple golpeó al hombre en la cara y se comenzaron a lanzar cosas.

Todo el lugar iba quedando más y más destrozado. El hombre golpeó a Tangerine con una tabla de sushi y se quedó un poco desorientado.

—Esperen, esperen— habló el hombre extendiendo los brazos. —Se quien mató al chico—

—Me vale madres. ¡Dónde está mi puto maletín!—  Tangerine le lanzó un carrito al hombre quien lo detuvo con las piernas y después golpeó a tangerine con ellas.

Apple tomó una cafetera cerca de ella para usarla de arma, al igual que los otros dos. Se detuvieron cuando la mesera del tren llegó al lugar con un carrito lleno de comida.

Rápidamente los tres acomodaron los carritos discretamente.

La chica los saludo en su idioma. Y los tres asintieron y le sonrieron.

La chica comenzó a tomar comida de los compartimentos y colocándola en su carrito. Tangerine y el hombre compartieron miradas al igual que Apple.

—Oh— el hombre se hizo a un lado para dejar pasar a la mesera. —Perdóneme— otra vez se movió para dejarla pasar.

Tangerine y Apple se comenzaron a desesperar. Le sonreían falsamente a la señorita.

—¿Quieren algo?— preguntó la chica.

—Oh no, gracias estamos bien— le respondió.

—Oh, a mi me encantaría una botella de agua — la señorita asintió y Tangerine y Apple se miraron con desesperación. La mesera le mostró una botella y el hombre negó.—Sabes que... ¿no tendrás algo con... uh... burbujas?—

La señorita volvió a asentir y sacó otra botella. Se la enseñó y el hombre asintió.

—Esa es. Gracias.— la miro por un segundo. —Oh si. Ay no, acabo de recordar que le di todo mi dinero a ese chico para usar mi sombrero y lentes.— se quedó mirando a Tangerine una pequeña sonrisa.

Tangerine, con mucha molestia, comenzó a rebuscar en su bolsillo. —¿Cuánto por la botella de agua, linda?—

La chica dijo la cantidad en su idioma y Tangerine se molestó a un más.

Le dio la cantidad y la señorita le agradeció.

—Si de nada. Mil yenes por tu botellita de agua amigo—

La mesera se despidió y retrocedió. El hombre comenzó a tomar agua y Apple y Tangerine lo miraban esperando.

—¿Seguros que no quieren hablarlo?— les pregunto.

—Nop, particularmente no— respondieron al mismo tiempo.

—Okey— el hombre cerró la botella y rápidamente se la lanzó a Tangerine en la cabeza. Se quedó un poco desorientado.

Enojada, Apple jalo de la camisa al hombre y lo lanzó hacia Tangerine quien lo comenzó a surtir de golpes.

Lo arrastró hasta el siguiente vagón y lo tiró en un asiento tomando el cinturón y envolviéndolo alrededor de su cuello.
























Holaa! Les debo una GRAN disculpa por desaparecer tanto tiempo sin avisar. No me había sentido muy bien tanto física como mentalmente, también tuve exámenes y no tuve tiempo ni inspiración para escribir. Ahora ya estoy un poco mejor y con un poco más de tiempo, prometo intentar actualizar lo más pronto que pueda.
Espero les haya gustado este pequeño capítulo.:)
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born to die  ⌲ bullet train {tangerine}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora