04.

1.2K 109 6
                                    











🍎









Caminaron de regreso a donde habían visto al hombre por última vez, pero el ya se había ido.

Tangerine comenzó a sacar su pistola y a cargarla.

—Hey, detente— Apple tomó su mano —¿Qué estás haciendo? Hay personas aquí, hazlo con más discreción— le susurró.

—Tranquila, nadie se dará cuenta. Ahora vámonos— se quitó su saco y envolvió la pistola en el.

Siguieron su camino hasta llegar al vagón del dibujito animado de Momonga, había música infantil molesta y mucho color.

—¿qué carajos se supone que es esto?— agarró un peluche del personaje que estaba en un asiento y lo miró con disgusto.

—Un peluche— explicó Apple mirándolo de cerca —Un espantoso peluche— se lo arrebató y lo aventó a un lado.

Tangerine giro para darse cuenta de que una de las botargas de Momonga los estaba siguiendo.

—Oye, oye, ¿Nos estás siguiendo?— paró en seco —¡Ya!— molesto, golpeó muy fuerte al muñeco haciéndolo caer. —Estupido— lo miró en el suelo y le escupió.

—Pobrecito— lo miró con tristeza. —Le hubieras dado con más fuerza— pateó ligeramente al muñeco.

Tangerine dio la vuelta para mirar el vagón donde inicialmente estaban sentados. Ahí estaba Lemon sentado con el hombre de anteojos.

—Lemon está con el hombre— advirtió a Apple.

La chica dio la vuelta para también mirar el vagón con preocupación.

—Mierda— maldijo en voz baja.—¿Qué hacemos?— le preguntó , tensa.




Discutieron algunos minutos en que hacer, la discusión cesó cuando Apple se percató de que ahora Lemon estaba solo.

—¡Tangerine!— lo llamó. El, al darse cuenta, corrió a el vagón hasta donde se encontraba Lemon desmayado en la mesa.

Apple corrió tras de el. Al llegar al asiento Tangerine levanto el cuerpo de Lemon de la mesa, así ambos se dieron cuenta de que estaba vivo pero demasiado golpeado.

—Lo putearon horriblemente— bufó viendo la cara destrozada de su hermano.

Tangerine le dio una ligera cachetada que lo hizo soltar un quejido y volver a caer de cara en la mesa. Apple cruzo los brazos pensativa, en eso se percató de que el hijo ya no traía puestos los lentes.

Rápidamente los tomó del suelo y se los volvió a poner.

—¿No crees que al menos debemos de limpiarle la cara?— le preguntó a su pareja.

—Nah, no se nota desde aquí. Cuando regresemos y despierte él se limpiará por su cuenta— se desabrochó el cuello de su camisa lentamente, lo que provocó una sensación en Apple pero intentó ignorarlo. —Bueno, cinco estaciones hasta Kioto. Hay que prepararnos.— Tangerine se percató de la sensación que le había causado a la chica y dio una pequeña sonrisa, satisfecho.

born to die  ⌲ bullet train {tangerine}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora