Un día tocas fondo. Pero tocas fondo en serio. Y de ahí no vuelves a ser la misma persona nunca más. Para bien o para mal, la tristeza nos cambia.
—Juan Arévalo—
***
Luego que Kaoru fuera por mí, estuve en un estado de alerta nerviosa; todo a mi alrededor poco a poco se volvía borroso debido a la tensión y agotamiento que se habían acumulado durante el día, pero no me podía dar el lujo de perder la conciencia, no sin antes ver con detalles a qué lugar me enviarían, no sin tener una idea clara de, si mi condena sería en el infierno o, simplemente transformándome en un residente más de aquel oscuro purgatorio.
Cuando descendimos del auto, Kaoru cargaba conmigo como un verdadero bulto puesto que, mis piernas ya no soportaban el peso corporal; estaba guardando una reserva de energía en caso de emergencia y mi amigo lo sabía, por eso en silencio cruzó mi brazo izquierdo sobre su hombro para guiarme por la entrada principal de la enorme casa tradicional de la familia.
Muchos me observaron perplejos al pasar, otros hacían reverencias sin siquiera permitirse observar mis ojos, mientras que un grupo menos selecto observaba con asombro a Kaoru, ignorándome completamente.
No me gustaba recibir mucha atención, pero por un lado era buena estrategia que los novatos me vieran con uno de sus líderes, de esa forma quizás tendrían algo de precaución cuando desearan meterse conmigo. La entrada que daba hacia la casa principal era un ancho camino de adoquines que dividía el jardín principal de la propiedad, poco había cambiado el lugar desde mi partida, lo único que me llamaba la atención es que los árboles de Ginkgo tenían nuevos compañeros, unas hermosas Camelias rojas eran iluminadas por las farolas junto al camino, mis flores favoritas me saludaban, dándome la bienvenida con ese tono carmín que era idéntico a mi destino.
—Son tus favoritas, —habló Kaoru de forma suave— Toshimasa las hizo plantar junto a los Ginkgo, dijo que algún día volverías a este lugar para perderte en las noches, solo para observar las flores caer a tus manos...
Apreciando la luna de otoño que diseccionaba el cielo siniestro, congelando mi alma, golpeando mi corazón, —suspiré— «el deseo codicioso del hombre sin sueños; la apuesta sangrienta del traidor sin alma llamó a la oscuridad para terminar la tarea de la cabeza de la serpiente. Cerró los ojos antes del ocaso cuando el llanto de un niño quebró el firmamento, cayendo la camelia roja entre los dedos de quien ambicionó en un papel, lo que nunca debió obtener.
La muerte es la marca en su mano manchada con la sangre de una estirpe centenaria, el dragón en agonía consumió su cola, creando el infinito en una noche nevada, donde la Camelia nunca dejaría de florecer y caer continuamente, hasta la eternidad» —miré al frente— el poema del dragón dorado, mi favorito después de todo.
—También es el favorito de Toshimasa, —nos detuvimos unos segundos mientras las enormes puertas de la mansión se abrían con lentitud— ¿Alguna pregunta?
—Voy a morir, ¿cierto? —sonreí de medio lado, observando la oscuridad en los ojos de Kaoru.
—No, —suspiró— pero quizás te dolerán las curaciones, de seguro no usarán anestesiapara realizar las suturas, tal vez usen vodka en vez de suero fisiológico para desinfectar tus heridas...
—¿Cómo en la vieja escuela? —reímos sonoramente— espero volverte a ver Kao.
—Estaré con usted mi señor, en todo momento, aunque no me vea, —sonrió— siempre estaré ahí.
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Gangster Herz
FanfictionEl mundo comenzó a mecerse de forma brusca, la campanilla se golpeó contra el suelo rompiéndose hábilmente contra el tatami, lo libros cayeron uno por uno de los estantes, él se levantó para caminar de forma pausada hasta abrir las puertas corrediza...