la espada de las mil puntas

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Jorge en cierto sentido extrañaba el olor de aquel chevrolet malibu 1980, el auto que su padre le había heredado a su hermano Steven, Sam por otro lado era adicta a las motocicletas, así que Steven sería el único qué se quedaría con aquel auto.

El auto iba en gran velocidad... Jorge miraba su laptop, Steven iba al volante del auto, pero la relación entre ambos hermanos no era de las mejores.

— ¿Y cuándo fue la última vez que supiste de mamá?—preguntó Jorge tratando de investigar un poco en su laptop

—Lo único que dejó fue una carta en donde decía que iniciaría la búsqueda más grande de su vida—respondió Steven sin mostrar mucho interés

—Bueno, ¿Cuál sería?—preguntó Jorge haciendo actitudes de fastidio hacia su hermano

—Ha, no lo sé, no leo las cartas que dejan en casa—bufó Steven nuevamente para colocar su codo izquierdo en la ventana de su auto

— ¿es enserio?, por lo menos dime que la tienes a la mano—reclamó Jorge mirando a su hermano asombrada mente serio

—sí, está en la guantera—Steven señaló la desordenada guantera de su auto, que al Jorge abrirla salió un pestilente olor

—Hermano tienes que limpiar este auto mas menudo—dijo Jorge tapando su nariz con los dedos tratando de disuadir el olor sacudiendo su mano

—bueno, si, luego me das consejos para mantener el vehículo limpio, esta es la carta que buscas—Steven tomó la carta y luego cerró la guantera, Jorge por otro lado no introdujo sus manos en ese desastre.

—Pues gracias—dijo para abrir el sobre que guardaba el papel escrito

"sé que no van a leer la carta a sí que la escribiré como si fuera parte de mi diario... esta vez iniciaré una nueva búsqueda, llevo años tras esa criatura... la misma a la cual me enfrenté hace años atrás, pero si la encuentro no tengo nada con qué atacarla, así que buscaré lo que todo cazador conoce: la espada de las mil puntas, o la espada de Dante, todo sea para ponerle fin a esta situación, ellos no pueden llegar a la tierra"

Jorge se sorprende, frunce el cejo y coloca gestos de situación extraña, no le agrada mucho el contenido de la carta, pero es lógico que su madre hubiera ido en busca de lo que muchos llamaban la espada de las mil puntas.

— ¿La espada de las mil puntas?, ¿Qué es eso?—preguntó Steven con su poco conocimiento en esas cosas

—según Google, la espada de las mil puntas o la espada de Dante es el arma que Dante logró obtener cuando bajó al infierno, en resumen es un arma pura del infierno, con grabados en ella que le permiten matar a toda criatura—explicó Jorge una vez consigue la información en su laptop

— ¿Entonces mamá fue en busca de una espada que le permite matar lo que sea?—pregunta Steven con gestos de reproche ante la información

—y por lo que escribió en su carta no es cualquier criatura lo que está buscando

—bueno, ¿y donde encontramos la espada de Dante?—pregunta Steven nuevamente esta vez mirando a su hermano por unos segundos

Jorge suspira, ve su laptop, parpadea un par de veces y entonces enfoca para ver con más claridad la pantalla.

—escrito está que la espada de Dante guardada por santa Elena será—dijo Jorge formando una fina línea con sus labios, retrocede un poco la cabeza y forma una pequeña sonrisa burlona mientras procesa toda la información en su cabeza

— ¿Cómo carajos podemos saber qué es eso?—ruge Steven con rostro serio

—me suena, una vez el loco de la clase mencionó algo sobre el levantamiento de santa Elena, donde guarda su nombre, guarda su secreto—dijo Jorge sonriendo y levantando una mano señalando a su frente

Infernal [volumen 1: la creación]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora