Aquella noche no se podía dormir, fuertes sonidos se escuchaban en lo alto de los cielos, como si los ángeles estuvieran luchando contra algo, o mejor dicho, entre ellos.
Cubierto por una intensa lluvia que no cesaba, con grandes relámpagos y centellas cruzando de un lado a otro del cielo, solamente se podía pensar que había una fuerte guerra entre ellos, entre los ángeles que conformaban aquel plano celestial.
Bajo las hojas de un árbol de manzanas se encontraba descansando aquella pareja, con solamente un año de haber sido creados del polvo de la tierra, estaban dormidos, ella estaba recostada del hombro de él, era Adán y Eva, las primeras criaturas humanas de aquel hermoso huerto llamado edén.
Estaban rendidos bajo un profundo sueño, ignorando lo que sucedía con el cielo, tan negro, sin colores alegres y arcoíris como era muy común verlo.
Eva abre los ojos, mira a su alrededor, la lluvia aun no paraba, retira un mechón de cabello de su rostro y voltea de forma brusca y rápida hacia su derecha, pues el ruido de algún animal la había asustado.
—Adán, Adán—llama a su pareja que la acompañaba profundamente dormido en esa zona del jardín.
Sin mostrar señales de que se despierta Eva decide levantarse, camina muy lentamente a la zona en donde se había escuchado aquel extraño ruido, y apoyándose de un árbol se inclina un poco para ver la situación... era un tigre de véngala, tenía hambre se notaba a simple vista, Eva tan ingenua, o mejor dicho tan inocente, simplemente se acerca a la hambrienta criatura con la intención de acariciarla.
Caminando muy lentamente con una mano extendida par tocar a el animal este la enfoca directamente, la mira fijamente a los ojos y entonces Eva se detiene, algo estaba pasando, los animales en el edén nunca se habían comportado de esa forma, parecía que la quería atacar, cosa que nunca había pasado.
Un fuerte trueno acompañado de otro sonido de animal simplemente asusta a Eva, quien dando vueltas en círculos es jalada del brazo derecho por su pareja Adán.
—Los animales están inquietos—dijo abrazándola
El tigre que antes estaba cazando a Eva se retira corriendo por un montón de matorrales.
Cacareos y zumbidos de aves, rugidos de animales y quejidos de otros, Adán y Eva miran al cielo, fuertes luces salen de aquellas nubes negras de tormenta.
—Volvamos a nuestro lugar de refugio, esperemos que pase la fuerte tormenta—dijo Adán soltando a la chica del abrazo.
Caminan juntos un paso tras otro hacia el mismo árbol donde estaban antes, pero Eva se da cuenta de algo, cayendo del cielo algo similar a una gran estrella, pero con la diferencia que esta ardía en llamas.
—Adán, Adán... ¡mira!—Eva señala la estrella que caía muy lentamente sobre la tierra, golpeando en alguna parte de ella.
Rugidos por aquí, rugidos por allá, una fuerte estampida de animales se libera corriendo a toda velocidad hacia cada una de las partes del jardín. Cuando Adán y Eva afincan nuevamente su visión se dan cuenta de que a esa gran estrella ardiente la acompañan seis estrellas más pequeñas, y su golpe contra la tierra fue muy grande.
Aquel estruendo serviría para poner más tenebrosa aquella situación.
— ¿Qué ha sido eso?—preguntó la chica aun asustada por la situación.
—Esperemos que el señor nos diga pronto—dijo Adán sin quitar su mirada a la ardiente zona la cual despedía un brillo rojo parecido al color de la sangre.
Los animales seguían muy inquietos, mientras que una fuerte brisa acompañaba las zonas de aquel jardín, pero después de tanto misterio y terror, los cielos se ven claros nuevamente, las aves vuelven a su canto normal, y los animales de alguna manera también volvieron a sus hábitos normales.
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Infernal [volumen 1: la creación]©
ParanormalLos arrastraba su vida en todo sentido, que ellos eran los únicos que sabían lo que se ocultaba en las sombras, pero saber que ese mismo ser oscuro y despreciado podía desencadenar una catástrofe ya era suficiente peso para sus hombros. La guerra ha...