Capítulo 3

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Hola a todos! Acá traigo un nuevo capítulo esta vez desde la perspectiva de Rhaenyra y su sufrimiento en la prisión en que la tiene cautiva Ser Criston. 

Gracias a todos los que han votado y comentado, soy nueva escribiendo sobre Game of Thrones y bueno esta es mi cuenta secundaria, así que me impresiona que haya gente que lee la historia. 

Si dejan un comentario sobre que les parece la historia, que creen que pasará, seré muy feliz. 

Besos y abrazos.

Rhaenyra miraba hacia todos lados buscando alguna salida. La última vez casi lo había logrado, había corrido varios metros y casi había llegado al bote de un pescador, sin embargo, Ser Criston la había atrapado y la había golpeado para reducirla. 

Eso causó conmoción, y Ser Criston debió dar algunas explicaciones a los pescadores del lugar de seguro. 

Más tarde mientras la observaba retorcerse de dolor en el suelo, él le contó que le había dicho a los pescadores que ella era su esposa y que estaba loca, que debían maltratarla a veces para que no intentara arrojarse al mar, no era una excusa creíble, pero la gente solía creer las palabras que salían de la boca de un hombre como él.

Ella era una de esas personas, había quedado prendada de él cuando derrotó a su tío Daemon en el torneo, y luego lo había nombrado como parte de la guardia real, como su protector. En una noche de locura, demasiado herida porque su tío la había abandonado en el burdel, se había entregado a él. Le había dado su virginidad ¿Por qué lo había hecho? Desde luego no lo amaba, solo había querido follar.

Ahora se cuestionaba por qué Daemon la había dejado. ¿Realmente había sido porque no la deseaba? ¿O había sido porque no quería herirla? 

- Tengo frío- dijo ella intentando que él tuviera alguna misericordia de ella. 

- Lo sé- dijo Ser Criston mirándola a través de la prisión- No habría tenido que ser así si hubieras querido venir voluntariamente, podríamos tener una casa humilde, pero sería de los dos- dijo él mirándola fijamente, como intentando hacerla entender.

- Mi deber es con la corona, con mi padre, con el reino- dijo ella y se asustó cuando Ser Criston abrió la puerta de la prisión, pero al parecer, ella estaba demasiado lastimada e incluso él se daba cuenta que ella no resistiría mucho más.

- Te traeré medicina- dijo Ser Criston que la escuchaba toser por el frío y las delgadas ropas que traía- Y si colaboras, te daré de la comida que encuentre en la ciudad- dijo él preparándose para salir.

Ella se quedó en silencio abrazada a sus ropas sucias y apoyada en la muralla. Tenía miedo, quería volver a casa, quería un abrazo de su padre, pero sería una hipócrita si negara que lo que más quería era dormir nuevamente en los brazos de su tío. Siempre se había sentido segura con él, y realmente necesitaba sus abrazos en ese minuto. 

Aunque no sabía si él siquiera pensaba en ella.

En palacio, Alicent recibía una carta entregada directamente por Ser Larys Strong, alguien que había demostrado ser un excelente aliado para ella. Recientemente él había comenzado a susurrarle que él podía ser un fiel aliado y lo había cumplido.

Ella había enviado el dinero prometido a Ser Criston, y él había respondido, informándole que Rhaenyra estaba en Volantis, en una cueva subterránea, de donde nunca saldría.

Alicent sonrió y agradeció a Larys, luego observó la carta quemarse lentamente en el fuego de la chimenea. 

Alicent comenzó a considerar que si el que la mano del rey fuera Lyonel Strong fuera buena idea ¿Qué sería capaz de hacer Larys por ella? ¿Sería capaz de sacar a su propio padre del poder?

Alma perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora