We feel in love in october

4. Shared Crafts.

•AshEiji.
•Pasatiempo (manualidades) juntos.
•Basado en los capítulos del anime/manga.

Silencio, eso era lo único que se oía en aquella hermosa y gran biblioteca, pasos a lo lejos pero tan leves que hacia que se relajará a más no poder, no importaba que hiciera ni a donde mirara todo era totalmente hermoso, una chica cargando libros de química y biología hacia su mesa mientras soltaba un gran suspiro, supuso que estudiaría para algún tipo de examen o sus tareas, otro chico de cabello negro como la noche y ojos azules leyendo una novela tan concentrado que parecía que no existiera nada más que aquellos personajes desconocidos, quizá estaba peleando con un dragón o algún tipo de monstruo, quizá simplemente estuviera leyendo algún amorío aún si su apariencia no era tan buena. Varias personas a su alrededor y a el solo le interesaba una.

Aslan Jade Callenreese.

Aquel rubio de ojos verdes lo volvía loco, amaba hacer cualquier cosa mientras pudiera disfrutar de la compañía del chico, el dulce ruido de su respiración en su cuello cuando lo abrazaba mientras cocinaban algún aperitivo por la noche, o simplemente cuando estaban tomando una siesta y podía oír los dulces pero rápidos latidos de este, pero, más le encantaba verlo cuando se centraba en la dulce lectura que tenía enfrente, aquel libro que para el era la muerte pero para el rubio era la gloria.

—Onii-chan concéntrate en tu lectura o pensare que te gustó —. Soltó burlesco el rubio sin apartar la mirada del libro.

—Si, lo siento, me distraje un segundo —. Sonrió nervioso y se centro ante el libro de fantasía que encontró por ahí al no poder centrarse en los otros más inteligentes que leía Ash.

La protagonista no quería casarse con él rey, ella quería casarse con su verdadero amor que era un campesino aunque su familia estuviera en desacuerdo, no quería un vida de lujo solo quería a aquel castaño según las palabras escritas, pero, no fue hasta que este la engaño y dejó a su suerte haciendo que ella entrará a ser candidata a la fuerza, una triste historia que quisiera seguir leyendo su desenlace pero no podía al tener al rubio frente a él. Disimuladamente alzó la mirada hacia el mencionado y lo vio, ojos centrados en aquellas letras y totalmente brillosos que parecían dos joyas hermosas dando a lucir su hermoso nombre, cabellos rubios ahora un poco largos que caían encima de su rostro totalmente pacífico sin señal de molestarlo aunque aveces los apartaba con una delicadeza totalmente nueva y nunca antes vista por sus ojos, aquellas hermosas facciones que desprendían inteligencia y sabiduría pero al mismo tiempo soltando un aura de paz que lo envolvía.

Aquellos hermosos ojos y esos suspiros que aveces soltaba en algún punto de su lectura eran perfectos, la paz que soltaba sin necesidad de hacer algo era algo maravilloso para Eiji, lo transportaba a un campo lleno de flores totalmente lleno de pasto y un cielo azulado con una que otra nube de algodón y un paisaje totalmente hermoso sin la necesidad de tontos edificios y contaminación de la tosca ciudad, solo eran ellos dos contra el mundo, solo eran sus almas mezclándose en una sola, solo eran ellos dos leyendo en una espaciosa biblioteca, la bonita sensación de "Mi alma siempre estará contigo".

Con la compañía del otro y una sonrisa y alma bastante contenta terminaron su lectura y salieron a comer aquellos ricos y deliciosos Hot Dogs.

—¿Es interesante tu libro? —. Pregunto Ash mientras daba una mordida a su perrito caliente.

—Si, algo asi, América me cayó bien, es fuerte y amable, no se deja doblegar ante nadie aunque su situación es un poco dura, a diferencia de Holden —. Soltó lo último con un poco de burla para hacer enojar al rubio, cada que se molestaba hacia pucheros.

—¡¿Que te sucede?! Holden es maravilloso, que seas un anciano y no aprecies las obras de arte no es mi problema —. Y ahí estaba el puchero que tanto amaba, puchero que contemplo por unos segundos y que el se dio cuenta —. Oye... ¿Estás bien? Te e visto pensativo desde hace unos momentos.

—¿Eh? Si, todo bien, es solo que me e dado cuenta que cada que lees te ves bastante pacífico y te ves mucho más inteligente de lo que ya eres —. Soltó sin pensar con una sonrisa de media luna y rostro sonrosado con ojos soñadores.

—¿O sea me veo más guapo? —. Mencionó galante y se acercó más al peli-negro —. Vaya, se que soy hermoso pero jamás me lo habían dicho de esa manera, que cursi te viste Onii-chan.

—¡Me refiero a que te ves interesante cuando lo unció interesante que tienes es el como no te despiertas aunque Buddy te ladre en el oído! ¡De inteligente no tendrás nada! —. Y como son un par de adultos responsables se enseñan el dedo del medio y se ríen, el rubio era guapo pero jamás lo diría en voz alta.

Regresaron a la biblioteca y se quedaron ahí durante un buen tiempo leyendo y de vez en cuando compartiendo miradas cómplices de ambos mundos, princesas y reyes y un adolescente revoltoso, mundos diferentes pero los opuestos se atraen.

La mirada perdida, los ojos medios cerrados, los labios fruncidos y el ceño relajado, música imaginaria y totalmente pacífica que los envolvía en un estado de ensoñación tan perfecta que hacia que su cuerpo saliera volando a aquellos mundos de fantasía, así se sentía cuando leía, pero, la sensación era mucho mejor cuando se concentraba en ver al rubio leer, su semblante era mucho más relajado, era como si fuera la única persona que ama esa clase de libros aburridos o que era la única persona en la que se centra tanto en su lectura que olvida lo demás. Aquel asiento donde el siempre se sentaba aveces era intercambiado por aquel donde el peli-negro se sentaba, todas las personas que trabajaban o iban ahí ya conocían al rubio y compartían saludos y luego se retiraban.

Esa clase de persona es Aslan Jade.

De esa clase de persona su corazón se entrego, toda su paz que salía en la lectura, su alma tan hermosa y delicada, su cabello que brillaba como el sol, sus ojos color jade dando a entender su hermoso nombre, su piel de porcelana, todo de aquel ser amaba más que a ninguna cosa, de pequeño aveces pensaba que amaba su país, su pequeño gran pueblo lleno de dioses y una vista maravillosa aunque momentánea al llegar a su casa tradicional japonesa donde los traumas vivían, quizá, sólo quizá odiaba todo lo de aquel pueblerucho donde todos sabían de su situación y lo miraban con lástima, odiaba todo hasta que encontró aquel rubio que se veía totalmente solo y diferente cuando se encontraba leyendo alguna de sus novelas de viejos.

Sonrió para sus adentros y se sumergió en su lectura, amaba esos momentos y no pensaba en cambiarlos por nada en el mundo.

N/A: ¡hola hola! Espero que les este gustando esta historia, la verdad es que tengo muchas ideas sobre el Flufftober pero quisiera saber si alguien quiere algún ship en especial o algo, si es así se aceptan sugerencias. ♥️