30. Social media.

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•ShoEiji.

•Redes sociales.

•Intento todo feo y muy flojo porque no se me ocurrió nada pero prometo que el último será más largo.

Bailar es una sensación bonita, bailar es como tener alas en todo sentido, sientes que vuelas cada que das una vuelta o tocas el agua con tus pies al momento de algún paso, tranquilo y ruidoso, alocado y tierno pueden ser cualquier baile si se lo imaginan, pueden hacer lo que quieran porque el baile es infinito, eso lo aprendió con Okumura Eiji.

Years ago when I was younger
I kinda liked a girl I knew
She was mine and we were sweethearts
That was then, but then it's true

I'm in love with a fairytale even though it hurts
'Cause I don't care if I lose my mind I'm already cursed

La canción sonaba por sus audífonos y los pies del chico volaban, Eiji Okumura, el fly boy de Japón. Sus manos se movían como plumas de pájaro por el cielo azulado, sus ojitos que brillaban junto a su piel sudorosa pero eso no le asqueaba y era todo lo contrario, le encantaba.

—¡Eso estuvo bien! ¡Ojalá les haya gustado y recuerden seguirme en mis redes sociales!

Es lo único que dice antes de que el video se acabe y una notificación de una nueva foto llegue a su celular, Eiji Okumura era un bailarín por pasatiempo que subía sus videos de bailes a su canal de YouTube y fotos sobre entrenamientos o cualquier cosa que se le ocurriera al japonés, desayunos, comidas, recetas, paisajes, atuendos, etc. Entre bailes y más bailes le salían oportunidades de bailes mundial mente famosos pero nunca los aceptaba, nunca entendió eso hasta que lo conoció personalmente.

—Un gusto en conocerte Shoter, será un gran honor trabajar contigo.

Siempre vio sus videos y se enamoró de todo de él, no fue hasta que escucho su voz a la perfección y jura por dios que fue una sensación bonita, la voz bonita como la del ángel caído del cielo, esos ojos como el chocolate y cabellos largos como una pelusa de conejito, si, jura que el es un conejito por como mueve su bonita nariz de botonsito que tiene, no sabe su reacción o porque siente su corazón latir pero sabe que es afortunado ya que no muchos consiguen conocer a sus ídolos o simplemente se decepcionaban o algo por el estilo.

Trabajar con Eiji es increíble, jugar con el y hacer bromas mientras hacían el video, oír esa canción y no poder evitar pensar que de verdad están en un cuento de hadas donde siempre es todo felicidad y donde siempre los deseos se hacen realidad, su cabello amarrado en una coleta baja y que vuelan cada que hacen una vuelta y cuando caen en su bonita piel de caramelo, cada que sus cuerpos se atraen cuando bailan en la melodía en su propio mundo, sus manos se movían al son del ritmo y daban un leve movimiento con ellas atrayendo el cuerpo contrario al suyo.

Era todo hermoso.

Era mágico.

—¡Me encanta como te mueves! —. Grita impresionado y acercándose mucho al peli-morado —. ¡Dame más!

—Bien, sigamos practicando —. Contesta igual de emocionado que el contrario y siguen bailando hasta no poder más.

Ambos caen al suelo del estudio en cuanto dan las ocho de la noche cansados y sudados, sus respiraciones son fuertes y lentas, el oxígeno lo roban al contrario en cada roce con el suelo, sus pieles están totalmente empapadas de sudor y aveces se tocan en leves y apenas perceptibles toques, dejan que recuperen el aliento para luego irse y cerrar el estudio para luego ir a sus hogares y descansar. O eso planeaban porque en cuanto sus miradas se unen en una sola solamente se deja guiar por sus miradas.

—Me gusta bailar contigo, Eiji, ojalá en la presentación del proyecto final sea de tu agrado —. Suelta el peli-morado mientras observa con detenimiento al contrario.

—A mi también me encanta bailar contigo, seguro que a todos les gusta el video del proyecto final y podamos disfrutar de sus comentarios juntos —. Susurra el peli-negro mientras gira su cuerpo ardiente al lado del chino —. Me gusta estar aquí, es una tranquilidad hermosa poder oír los autos pasar y estar a oscuras, las luces se reflejan por el techo así que es una vista espectacular.

Y dicho y hecho el peli-morado miró al techo y se dio cuenta de lo que decía el contrario era verdad, las luces eran marcadas hacia el techo haciendo una vista bonita a todo lo que da, el ruido no era molesto así que era relajante estar ahí, disfrutar unos días de baile con Eiji Okumura es un privilegio totalmente maravilloso para Shoter, definitivamente quedo enamorado de el en cuanto lo vio bailar la primera vez y compartir unos momentos con el gracias a un encuentro casual en la universidad y compartir el mismo pasatiempo (pasatiempo que fue entrenado duramente por su amor y admiración hacia el japonés) así que odia la idea de que esto acabe aquí.

Odia la idea de que esto acabe ahí sin más así que se voltea y mira con detenimiento al chico e intenta aprender todo de su cuerpo, cada mino detalle y cada centímetro de su cara, esos ojos, ese cabello, esas manos, esa espalda, esas piernas de ensueño, todo si, intenta memorizar todo y cuando llega al rostro y ve esos jugosos labios solamente abre un poco los suyos y entre más sube encuentra la mirada del japonés atenta a él, ambos se miran. Sis miradas se vuelven a encontrar y sonríen, sonríen y eso fue tierno en todo sentido.

Así que así se siente el amor, es lo único que piensa cuando salen del estudio y entran al metro para irse a sus hogares, quizá sean siete días donde descansar no era una opción, quizá esos siete días el 80% era para apreciar al japonés y el resto solo para bailar, quizá sus sentimientos no sean correspondidos pero no le interesa, no le interesa si solo lo ve como un compañero o amigo, cumplió su sueño de bailar con el Fly Boy así que, ¿de que se queja?

Cuando bailan la última vez del ensayo su mente no está triste ni nada por el estilo, al contrario está feliz aunque es una sensación extraña, no lo volverá a ver y eso lo pone triste, pero bailar con el hace se olvide de todo eso así que bailan, bailan y bailan aunque ya tienen al menos cuatro videos de eso, aveces hasta improvisan algún paso y es bonito que piensen igual, es bonito bailar con el.

Fue una sensación bonita bailar con su ídolo.

Tiempo después de que grabaron el video y al fin lo suben no tardan en llover comentarios y rumores sobre ellos, son demasiados, piensa que quizá podría crear un canal donde subir sus pasos o quizá hasta enseñar, esa bonita sensación cuando alguien comenta algo bonito sobre lo que haces, cuando recibes un "like" o algo por el estilo, se siente bien pero se siente mejor tener la mano de su crush imposible encima de la suya mientras ven los comentarios, sonríe neutral mientras que dentro de si esta como un loco, traga saliva y sigue viendo todo lo que esas redes sociales te ofrecen.

Ama esa sensación de calidez que le da el japonés.

Ama eso y extraña sentirlo porque ya han pasado dos semanas desde que acabo todo eso.

Sigue viendo sus fotos y todo lo que le propone el peli-negro pero no es igual, aveces llegaba al estudio emocionado por contarle sobre algún vendedor que le proponía alguna clase de flor o algo, algún paisaje sacado de fantasía y la torre de marfil enfrente de él, o simplemente ver algún dragón en el cielo prometiendo algo, siempre era así, Eiji Okumura es así. Suspira mientras pasea el dedo sobre la pantalla viendo Facebook y todo lo que propone sobre diversión o eso, no es hasta que ve el mensaje que le acaba de llegar en la bandeja de recibidos.

"¿Te puedo invitar un café?"

Y su sonrisa se agranda porque sabe que quizá podia mantener una pequeña amistad con el japonés.

We feel in love in octoberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora