Amo mi lugar de pertenencia. Tengo una bella casona con un gran patio lleno de plantas y flores, 4 habitaciones que dan al patio con sus pisos de madera crujiente, un gran baño y una enorme cocina. Una bella herencia que me dejaron mis padres antes de morir y trasformada en un hostel.
Siempre llena de extranjeros y turistas locales, mi espacio es un sinfín de aromas, sonrisas y lenguajes varios.
Soy Anna... mis casi 50 años me llevaron a conocer mucha gente, vivo del turismo local y extranjero. No soy guía de turismo pero es una materia pendiente. Desde mi espacio les brindo a todo aquel que viene, un lugar de pertenecía, para que vuelva cuando lo desee.
Mi soltería fue elegida, conocí muchos hombres, pero ningún me llego a mi corazón, así que disfruto de mi vida, siendo una mujer de mundo, amando mi trabajo y mi hostel.
Tocaron timbre, la verdad por ser temporada baja, no tengo tantos extranjeros pero tenía una reserva a nombre de un tal Ozgur Aras, por lo que me imagine por el nombre seria alguien de origen turco o algo así, me pidió la habitación donde había una cama de 2 plazas, así que su lugar ya estaba preparado para él.
Fui hacia la puerta y me encontré con un hombre altísimo, le calculaba casi 1.90, yo soy alta, pero él me llevaba casi una cabeza, tenía anteojos de sol y llevaba una gorrita con visera, traía una mochila pequeña. Ingreso en el pasillo donde tengo mi recepción que a la vez termina siendo mi habitación porque tengo una cama empotrada en la pared.
_Hola soy Anna, bienvenido a mi hostel_ dije en perfecto ingles_tu nombre?_ le pregunte
_ Soy Ozgur Aras_ me dijo con su voz tan varonil, pero había algo en el que me sonaba conocido y no sabía que era
_ Ven conmigo que te llevo a tu habitación_ le dije_ y de paso te muestro la cocina y el baño
_Ok_ me dijo mientras caminaba a mi lado, seguía viendo algo que me sonaba familiar, pero no me daba cuenta que era.
Después de mostrar su habitación donde dejo su mochila, le mostré el baño y le dije que si necesitaba ropa blanca, me avise que se la puedo suministrar. De allí lo lleve a la cocina, donde se encontraba un turista italiano, que ya había venido varias veces a mi casa. Donatto se había transformado en un gran amigo, su visión de la vida era fantástica, era un hombre de mundo que lo llevo a conocer varios hombres de distintos países y me encantaba escucharlo hablar sobre todo lo que había vivido.
_ Hola Donatto, buen día amigo!_ le dije mientras estaba desayunado_ Te presento a Ozgur Aras_ se dieron la mano y le vi la mirada a Donatto de asombro, pero no entendí porque.
_ Esta es la cocina, en la heladera podes poner tus alimentos_ le dije a Ozgur_ pero si quieres algo elaborado, hay varios locales en la zona donde la comida es riquísima; igual hay días que cocino yo algún plato típico de mi país_ le dije
_ Ok _ me respondio Ozgur_ gracias, voy a ir a mi habitación, para poder descansar_ me dijo y camino lentamente hacia ella.
_Anna, no te lo puedo creer!!!_ me dijo Donatto totalmente emocionado_ vos sabes a quien tienes en tu casa?
_ No, ni idea_ le dije_ a quién tengo en mi casa?_ le pregunte
_ A Can Yaman_ me dijo al oído casi en un gritito, abrí mis ojos castaños, mire a mi amigo sin entender
_Ehhhhh???_ le dije A Donatto_ ahora entiendo todo, me sonaba conocido, porque en algún lugar lo había visto.
_ Amiga, es un terrible hombre, nunca pensé que era tan alto_ me dijo Donatto
_ Si_ le respondí, pero sin prestar atención, porque mi mirada estaba hacia a habitación de Can Yaman.
ESTÁS LEYENDO
NADIE MAS QUE TU
RomanceAnna es dueña de un hostel para turismo local y extranjero. Con sus casi 50 años tiene una vida armoniosa, pero todo cambia cuando llega a su vida un turista muy especial.