CAPITULO 9

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Roberto se comunicó conmigo para avisarme que la próxima semana tenía entrevista con la productora. Comenzaba una nueva serie e iba a hablar con ellos para saber cuáles eran los pasos a seguir.

Mañana volvía a Roma y no quería irme, estos días junto a Anna fueron maravillosos. Una mujer impactante, segura de sí misma, junto a ella conocí otra manera de amar. Nos íbamos a separar y no quería... necesitaba de ella, la amaba pero sabíamos que esta relación quedaría en nosotros como un maravilloso recuerdo y nos dolía el separarnos, pero entendíamos que nuestros trabajos y nuestras vidas iban por carriles distintos. Me preguntaba porque no la había conocido antes, porque esta distancia tan dolorosa, por qué no podíamos estar juntos si nos amábamos.

Anna estaba en la cocina, me acerque a ella y la bese con dulzura. Iba a extrañar su perfume, su rostro, su voz, su cuerpo. Todo en ella era perfecto e imposible de olvidar.

Me senté a desayunar, quería escucharla hablar, amaba sus relatos, era cerrar los ojos e imaginarse todo lo que ella contaba.

_ Que pasa Can?_ me pregunto Anna y me acaricio la mejilla.

_ Hoy me llamo Roberto, la semana que viene tengo entrevista en la productora_ le dije y la mire con tristeza_ No quiero irme_ me acerque, la abrace y bese

_ Can vos sabes cómo son nuestras vidas, yo tampoco quiero que te vayas_ me dijo con tristeza_ pero no podemos estar juntos, vos tenes tu vida en Roma y yo acá en Baires, tu trabajo insume mucho compromiso, necesitas a tu lado a alguien que te pueda acompañar y yo no soy esa persona. Mi trabajo, mi vida y mis cosas están acá_ me dijo y me beso, me miro con mucha ternura pero también con tristeza.

Ya lo sé Anna_ le dije_ pero vos sos la mujer que quiero a mi lado. Sé que es imposible pero deseo que sea así, necesito que sea así_ la abrace y la bese.

_ Basta Can, disfrutemos de estos momentos juntos_ me dijo y me miro_ hoy nos quedamos acá, Donatto se fue a Italia y recién la semana que viene tengo turistas en mi hostel, así que estamos solos para disfrutarnos.

Fui hacia el equipo de audio y coloque el cd del musical que tanto le gusta a Anna y busque el tema "Soñar hasta enloquecer", la fui a buscar a ella a la cocina, la abrace y tomados de la mano fuimos a mi habitación. Con la música de fondo, la fui desnudando lentamente, saboreando con mi mirada cada centímetro de su cuerpo, la vi cerrar sus ojos ante el placer que le estaba invadiendo.

Ella me desnudo lentamente y con sus dedos comenzó a tocarme muy despacio, y mientras lo hacia sus ojos color castaño se encontraron con los míos. Su mirada llena de lujuria me invito a sentirla, a gozarla. Mi cuerpo, mi alma, mi corazón pedía a gritos estar dentro de ella. Mi masculinidad se encontró con su intimidad y sentí que no quiera separarme de ella. Comenzamos a danzar al ritmo del amor más profundo, al ritmo del sexo deseado. Nuestros cuerpos se conocían a la perfección, no necesitaba nada más para mi vida, Anna lo era todo. La bese con fervor, saboreando sus labios con gusto a miel, bese sus pechos tan sexies, entrelazados llegamos al clímax absoluto. Abrazados nuestras respiraciones comenzaron a tranquilizarse, nuestros cuerpos transpirados buscaban la calma ante tanta pasión. Mire a Anna, ella me miro, nos besamos con mucho amor y nos dormimos uno junto al otro.

Abrí mis ojos me encontré sola en su habitación, me cubrí con las sabanas, recordando lo vivido hace instantes y un dolor profundo recorrió mi corazón y mi alma. Me había enamorado de Can, se me rasgaba el corazón sabiendo que pronto iba a partir, que un avión lo llevaría lejos de mí y no quería pensar en ese momento. No quería que se vaya, lo quiera conmigo siempre, pero no podía ser tan egoísta, él tenía su carrera del otro lado del Atlántico y yo no era nadie para prohibirle que siguiera su camino. Me dije a mi misma que iba a disfrutar todo de él, hasta que se vaya y era lo que iba a hacer. Lo escuche en la cocina y me levante para ir hacia ahí.

Estaba hecho un chef total, me estaba esperando con una buena carne asada y una salsa agridulce que nunca había probado y estaba riquísima. Nos sentamos a comer y a hablar. Era maravilloso escucharlo, lo tenía todo tan claro, él sabía que quería y a donde quiera llegar y eso me encantaba. Con su corta edad poseía una visión de su futuro muy clara. Observaba su mirada llena de energía, llena de pasión por su trabajo. Me quede mirando sus manos cuando gesticulaba, mientras me contaba sus anécdotas dentro del set de filmación.

Ay, Can!! No dejo de pensar si podre tener un lugar en tu mundo, tan diferente al mío. Pensar que no estarás, socaba mi voluntad y entristece mi vida. Estaba hipnotizada por vos, Can Yaman, me tienes atrapada y no quiero irme de tu lado. 

NADIE MAS QUE TUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora