XVIII

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Stolas caminaba por aquellos largos y solitarios pasillos del palacio, mientras realizaba otra llamada. Fuera de servicio, genial, de nuevo.

Eran las 5 de la tarde, y Ascaroth no respondía. Si, estaba algo incómodo con el y quizá no terminaba de gustarle que se llevabara mucho con su hija. Pero no quería que simplemente desapareciera así , es decir, ¿quien iba a protegerlo de los intentos de asesinato de su esposa?, el día anterior había comprobado que su querido blitzy era malísimo como guardaespaldas y mejor como asesino. No confiaba plenamente en Ascaroth, pero era la mayor protección que tenía en ese momento.

¿Darle el día libre fue una más la elección?, ¿debio poner una condición?, ¿le había pasado algo?, mierda, estaba preocupado por el. Pero sentía que Ascaroth no merecía su preocupacion, algo en su interior le gritaba que nada había sucedido, sin embargo, estaba el dándole vueltas al Palacio para ver si lo encontraba escondido o algo asi.

Se sento en los pies de aquellas enormes puertas mientras su mirada estaba en el piso. Estaba hambriento, Ascaroth le había dicho que "no coma nada si no es servido por mi o la señorita Octavia" y su hija estaba con su madre,así que no había quien le preparara algo de comer

-Vaya mierda, no quiero pensar ahora.

Una chispa de alegría recorrió el cuerpo del príncipe al escuchar la voz de quien estaba buscando. Sin embargo esa alegría se convirtió en enojo hacia el imp.

-¡Ascaroth!

Stolas se puso de pie rápidamente y se acercó al imp, no tardo ni tres segundos y pudo notar como este estaba borracho, se tambalea bajo,sus ojos estaban perdidos y parecía balbucear cosas sin sentido. Aunque incluso si hacia todo ello, lucía extrañamente elegante y eso era impropio de el.

-Oh... Stolas.

-¿donde carajos estabas?, ¡No respondiste a ninguna maldita llamada mía!, ¿tienes idea de la hora que es?

-Mi teléfono murió.

Antes de que el príncipe pudiera seguir con su reproche/regaño, el imp lo abrazo mientras recargaba el rostro en el hombro de Stolas, escondiéndose cual niño llorando.

-¿Quien te dio el derecho de llamarme por mi nombre y abrazarme ?

-Oh, mi querido, respetado y glamuroso príncipe. Dejelo pasar, solo esta vez. Incluso yo he dejado pasar cosas asi de mis subordinados, ¿sabe?

¿Subordinados?, Stolas negó con la cabeza, y si bien dejó de lado sus reproches, no correspondió al abrazo en ningún momento, solo dejó que Ascaroth siguiera con el abrazo.

-Stolas.

-¿Qué?

-Es como un respiro para mi, gracias.

-Deja de balbucear tonterías.

-Supongo que son balbuceos, mi mente no funciona bien cuando estoy ebrio.

-Lo note.

-Alteza, ¿me concedería treinta minutos?

-¿Treinta?

-Si diez para dormir, quince para bañarme y cinco para vertirme. Aunque son menos capas de ropa, quizá solo tres para vestirme y eso me deja doce minutos para dormir.

-¿Que?, puedes tomarte el resto del día, nunca he conocido alguien que se ponga sobrio con esa rutina asi de horrenda.

-Por que no me conocía a mi.

Ascaroth se despegó del príncipe y se estiró un poco antes de reír con diversión.

-¿A quien mierda le importa quien soy?, mientras pueda seguir...

Stolas miro al imp alejarse mientras decís cosas sin sentido (a su parecer), si bien queria esperar su almuerzo en la sala no podía moverse. Su cuerpo no reaccionaba .

Se había quedado hay de pie , completamente quieto mientras su cuerpo recordaba de forma vívida el calor ajeno, y percibía de forma perfecta el olor a tabaco,colonia y un toque de alcohol que se había impregnado en su cuerpo. Además esa ronca voz que literalmente murmuraba en su oído conseguía que tuviese escalofríos con solo recordarlo, carajo, no le sorprendería que Ascaroth tuviese cinco parejas o algo similar a eso.

Siendo a propósito o no,eso  había sido demasiado... atractivo, incluso para un hombre "enamorado" como Stolas.

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-¿Enserio no sabe prepararse algo más quien cereal?

El príncipe asintio mientras almorzaba, miro al imp quien lo miraba divertido con los brazos cruzados. Pudo notar que no seco su cabello con cuidado, estaba despeinado y algo húmedo.

-Entonces trataré de no repetir esto, no regresaré tarde.

-Realmente luces renovado, como si hubieras dormido por una eternidad.

-Bueno, esa fue mi rutina durante muchos años. No, más bien dormir más de un minuto era un privilegio.

-Que rutina más horrenda.

-Lo se.

-Muchos años... ¿en serio fueron muchos? Luces de al menos veinte años, y no se que clase de joven podría vivir con una rutina asi.

-Bueno...tenía quince... tengo cuarenta y cinco años... ¿Unos diez años?

-¡¿Tienes cuarenta?!

-Y cinco. Por cierto, aprecio eso de lucir más joven que usted.

-Pero... eso no...

Ascaroth soltó una pequeña risa al ver lo confundido y perturbado que estaba el príncipe. Señaló su cabello.

-Estas son canas, eran tan evidentes que decidí teñir todo y ya.

-Eres un anciano.

-¿Supongo?, la edad hace la experiencia.

-¿Eso que?

El sonrió de forma juguetona mientras guiñaba un ojo.

-Sabe de lo que habló.

-Y por eso te había prohibido hablar, ¿Sabes algo? , ya no hables.

Ascaroth soltó otra risa antes de asentir y permanecer en silencio.

STOLAS de ARS GOETIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora