Capítulo 22.

1.6K 115 15
                                    

Holaaa, espero que estén bien, y vengan teniendo una linda semana, quería agradecerles por el apoyo que le dan a la historia nunca lo pensé, pero muchas gracias, me motivan a seguir escribiendo, leer su comentarios me hace feliz y que dejen su voto me emociona.

Muchas gracias<3.

Besitos en sus potitos.

PD: no olviden dejar su votito y comentario.

Alessia Giordano
|Tu, yo y un caballo|


Sus manos acarician mis senos, y aprietan ese botón sensible que me pone a moverme más rápido encima de el, montandolo. Sus ojos nunca abandonan los míos están quemando todo a su paso hasta llegar a esa caja entremedio de mi pecho. Tenerlo debajo de mi es mi posición favorita, puedo apreciar cada una de sus expresiones, como ahora, frunce el ceño cuando está dando empujones sin parar en mi interior.

—Metelo más adentro —susurro en su oído.

—Suplicalo.

Sabes que no.

Río y eso hace que de estocadas más profundas, llenando la habitación del ruido de nuestros cuerpos uniéndose, es potente y no resisto más cuando el tercer orgasmo me avasalla y arrastra a quedar tendida en su pecho. Siento como se vacía dentro de mi, y pienso si es buen momento para preguntarle...

—¿Que piensas de los hijos? —me acomodo a su lado, enredando mis piernas con las suyas.

—Estorbos.

Su respuesta no es que anime mucho, pero me deja claro que no le gustan.

—¿No quieres tener?

—Si quiero, y se que en un futuro tendremos —asegura.

—¿Cómo estás tan seguro? ¿Que sucede si no puedo tener?

—Si puedes.

—¿Cómo lo sabes?.

—Tu madre, ella ya me contó que fuiste al ginecólogo y que estás en perfectas condiciones.

Mamá y su boca grande, siempre invadiendo mi privacidad.

—Dios...¿Algo más que te contó mi madre?—indago

—Tu miedo a las inyecciones —rie.

No, eso nadie lo sabe solo ella.

—No es gracioso que te metan esas cosas en el cuerpo —exclamo.

—Por favor quien les tiene miedo. Solo es un pequeño piquete.

—Bien ahora que conoces unas de mi fobias, quiero saber la tuya —pido.

Es un cambio justo, si en algún momento me estuvieran torturando y me mostrarán una aguja, soltaría todo de mi lengua, las odio y me desmayo si veo una, así que pensándolo bien  tampoco servirá para que me saquen información.

—Ninguna.

—Eso es imposible, estoy segura que hay algo a lo que debas temer.

—Nada de nada.

—No te creo.

—Quién sabe más que yo de mis miedos. Así que tendrás que creerme cuando te digo que no hay ninguno.

—Eso lo veremos —digo mirándolo— Ahora regresando al tema de los hijos...

—¿Cuántos piensas tener? —me interrumpe. Esa era mi pregunta.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 20, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Avidez |Borrador|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora