Capitulo 7

1.8K 149 53
                                    

Alessia Giordano
|Mi esposa|

Cierro la puerta dándole un empujón a Marcelo el cuál luce demacrado con ropa sucia y lodo por su cara, sus ojos muestran cansancio como si no durmiera en un buen tiempo. Muevo mi cabeza vigilando que no venga nadie.

—¿Que haces acá? —digo empujándolo lejos de la entrada.

Pero no se mueve, está quieto en su lugar y por más que use mi fuerza no puedo moverlo.

—¿Como entraste? ¿Alguien te vio? ¿Cómo descubriste donde vivo? —las preguntas abandonan mi boca y me desespero cuando no responde.

—Alessia vuelve conmigo

Me quedo en silencio

—Divorciate puedo preparar todo pero regresa conmigo amor

—Marcelo hablamos de este tema, debes avanzar. Mejor responde ¿Como llegaste hasta acá?

—¡No tú debes avanzar conmigo! —grita mientras se toma el cabello angustiado.

Me pongo en alerta cuando alza la voz, buscando ver si alguien lo escucho.

—Te pido porfavor no grites.

—Como no entiendes que te quiero ¡A ti joder¡. Alessia me estás haciendo perder la paciencia.

—Paciencia es la que me está faltando.

—Te amo

No otra vez.

No es mi palabra favorita y me duele cuando tengo que recalcarle que yo no a el. No quiero hacerlo de nuevo, ver su rostro apagarse cuando no le correspondo.

—No repetiré el ciclo de nuevo, sabes mi opinión ante esa palabra. Tienes que dejar de amarme

—¡Te amo joder, te amo, te amo! Correspondeme por favor.

Niego cuando el nudo invade mi garganta.

—Mi amor —toma mi cara en sus manos— Si no me amas no lo digas, solo ven conmigo. Podemos sobrevivir con el mío.

—Porfavor déjame, olvídame, se feliz sin mi yo ya no puedo estar más en tu vida —susurro.

—No digas eso. Rompes mi corazón Alessia, el cuál trate de arreglar para ti —pide

Se desespera cuando trato de liberarme de su agarré y toma mis muñecas.

Trato de que me suelte pero no lo hace y sujeta mis muñecas implementando fuerza más de la necesaria con cada forcejeo siento que aprieta más

—Sueltame me estás lastimando —digo con un hilo de voz.

Es insoportable el dolor y me es inevitable no soltar un quejido, no logro que me libere y tampoco me escucha, está perdido con la mirada que me está dando.

Tengo miedo

No hay nadie al alrededor y lo agradezco pero necesito que alguien me libere de el.

—Vamos —trata de llevarme con el.

Luchó para que no me lleve a dónde sea que se dirige.

—¡No déjame! Marcelo me lastimas —sollozo.

Trato de volver a la puerta, pero no me deja. Me sigue guiando, y cada vez implementando más fuerza en mis muñecas.

—Yo nunca te lastimaría _me enfrenta sin soltarme, con ojos abiertos y sus fosas nasales dilatadas

Lloro ante el miedo que me da, nunca lo había visto de esa manera. Y no quiero culparme porqué este así.

—¡Lo estás haciendo! Liberame.

Avidez |Borrador|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora