Extra: Regalo de bodas

1.1K 100 11
                                    

Hola, hola, se que estado muy desparecida y vengo a dejarles un regalo, pronto habrá nuevo capitulo pero no les diré que será enseguida solo que se acerca es lo mucho que les puedo decir espero lo disfruten.

Besos en el potin 💋


Valentino Martini

Es estúpido, no claro que no lo es. Yo tomé la desición.

Cuando tomo algo por mis manos nunca será estúpido y no me arrepiento, y nunca me arrepentiré quizás cuando la vea enojada o sacándome de mis casillas si quiera ahorcarla y arrepentirme de no quedarme soltero.

Aunque se que no será aburrido este matrimonio será de todo menos eso y el día que se convierta en uno juro que haré todo lo posible para convertirlo en uno que me guste a mi.

—Esta es la peor decisión que has tomado —habla Gabriel.

—Puedes recordarme ¿Cuáles son las otras?

—Bueno puedo empezar por una persona que empieza con A y termina con loca demente.

Estamos en el hotel donde debo salir desde aquí a la iglesia donde se cerrará el trato.

Lindo nombre para mí matrimonio.

—Sabes perfectamente que ella no es una mala decisión.

—Pero está loca —contrarresta.

—Lo dices porque no la pudiste follar.

Cuando me doy vuelta para verlo, un traje de dos piezas lo viste, es azul oscuro y debe ser su color, ya que mal no se ve.

—Ella es un desafío pero no la trataría de loca por no poder poner mi polla en ella.

—Es lo más inteligente que te escuchado decir.

Una risa falsa sale de su garganta, mientras se cruza de brazo acercándose a mi.

—Te ves... bien no tanto como yo pero has estado haciendo ¿Pesas? —sus intrusas manos toman mi brazo.

—El día que me iguales en belleza, Amelia follara contigo —le doy un manotazo— Por ahora confórmate con tu fea cara

—Oh tu autoestima, ¿Te dolió?.

—¿Que cosa?

—Verme nacer y saber que eres el feo de nuestra familia —se burla.

—No te pude ver, te taparon la cara cuando naciste, hacías llorar hasta a las enfermeras.

Es un estúpida pelea y rara vez me rebajo a responderle sus bromas, pero este es el día donde mi estrés me hace, hacer cosas impredecibles.

—Puedes decir todo lo que quieras hermanito pero sabes perfectamente que esté hermoso rostro podría robarse a la novia en 1 segundo —pasa su mano por el cabello peinándose.

—Asi pero como todas tus novias se fueron conmigo, cuando iban a casa —le recuerdo.

—Cabron...

Antes de que pueda responder es interrumpido.

—Si siguen con esas estupideces de quién es más lindo que el otro me tendré que ver en la obligación de dispararle en cada uno de sus pies para que nadie los mire por cojos.

—¿Que tienen de malo los cojos? —pregunta Gabriel.

El abuelo lo observa con ojos de decepción, mi hermano no es un orgullo para la familia y con cada error que ha cometido está claro que lo soportan por tener nuestra sangre además madre pido que lo cuidaran.

Es un libertino que no tiene reglas ni escrúpulos.

—¿Como te encuentras Valentino? —lo ignora.

—Como siempre —me encogo de hombros.

—Para ser el día de tu boda no te veo muy emocionado.

Todos saben que esto es por conveniencia, no conozco demasiado a la mujer que caminara al altar pero la he visto y fue la que más llamo mi atención.

No quiero algo aburrido y ella definitivamente no lo es.

—Seguramente se casará con ella porque la ama —se burla Gabriel.

—Si no es por eso entonces ¿Por que?

—Abuelo tu sabes porque hacen las cosas el don.

Medio sonrió.

—Creo que hoy nos levantamos con sentido común —digo.

—Valentino ¿Por que te casas con ella? —me interroga el abuelo.

—Por amor no es.

—Entonces ¿Por que?

—Tu siempre me inculcaste en tener una mujer a mi lado, pero yo no quiero una a mi lado —le hago saber.

Espero que comprenda lo que quiero decir.

—Hermano es tu decisión pero aún te queda una hora para tomar ese avión que arrendé y espera por ti a menos de cinco minutos de este lugar para que te lleve a un club donde puedes follar todo el día —espeta Gabriel sin ninguna gota de broma.

—El no se irá se casará, no podemos dejar a esa chica en el altar —dice el abuelo.

—Estoy seguro que ella será la más feliz

—No me digas que te cásate con ella por el puesto de Don —me pregunta, juzgandome con su mirada.

En parte. Siguen con su bombardeo de preguntas y invitaciones de que me escape de mi boda, el abuelo a cada nada reta a Gabriel por esas ideas.

—Mi cuñada no le importara yo la cuidare —las malas intenciones en esa frase—  Además pague para que les puedas hacer lo que quieras...

Le doy una mirada dura para que se calle.

—Me casare y no me iré, tendré un matrimonio que yo formaré a mi manera, mi puesto como don me está esperando en estos momentos y cuando salga de esa iglesia muchas cosas cambiarán y esto va para los dos —los señaló con fría voz— Ninguna historia hasta que yo decida contarselo, y saben a lo que me refiero.

Asienten los dos, es momento de marcharme.

Un gran paso para ella, uno pequeño para mi camino, esta es una decisión que me tomo solamente diez minutos tomar desde la primera vez que la vi y no creo en el amor, el sentimiento se me hace lejano ya que es lo menos que recibí cuando era un niño, el abuelo trato de llenarlo pero era difícil.

Si ella espera un cuento de hadas con un príncipe tendrá acostumbrarse al villano que la atormentara.

—Te dije que hay unas rubias —exclama Gabriel cuando salga de la habitación.

Lo ignoró.

—¿Dónde queda este lugar? —le pregunta el abuelo.

Es lo último que alcanzo a escuchar antes de llegar al auto, camino a modificar mi vida y la de ella.

Avidez |Borrador|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora