Alessandro se sintió mal al ver llorar tan desconsoladamente a Abril, él no sabía qué decir para hacer que se calmara, él suspiró pesadamente y le dijo.
Alessandro:- Deja de llorar, si lo que deseas es quedarte en este lugar puedes hacerlo.
Las lágrimas de Abril cesaron y preguntó.
Abril:- ¿En verdad me puedo quedar aquí?
Alessandro:- Si.
Abril:- ¿Ya nadie me molestará?
Alessandro:- Enviaré al mayordomo de vez en cuando para que se asegure de que no te falte nada, si no quieres que las sirvientas vengan no lo harán.
Abril agachó su cabeza y le dijo.
Abril:- Muchas gracias.
Alessandro dio media vuelta, se dirigió a la puerta y antes de salir dirigió su mirada por última vez a la princesa y le dijo.
Alessandro:- Gracias por salvarme en el bosque hace unos días.
Abril:- De nada.
Alessandro se marchó y dio sus nuevas órdenes al mayordomo, después de esa visita las sirvientas dejaron de ir a molestar a Abril devolviéndole así sus días tranquilos. El mayordomo era el único que iba de vez en cuando, él le había llevado ropa y zapatos cómodos, también le llevaba comida y algunas especias para cocinar.
Ese invierno Abril lo paso muy bien, como tenía ropas y zapatos que abrigaban pudo salir de su casa y jugar con la nieve, cuando lo hizo se sintió tan feliz como una niña pequeña, ella ya no recordaba cuándo había sido la última vez que había disfrutado del invierno de esa manera, si es que alguna vez lo había hecho.
Abril estaba haciendo un muñeco de nieve cuando un hombre se acercó a ella y le preguntó.
???:- ¿Quién eres?
Abril se quedó mirando aquel hombre, tenía un cierto parecido a su esposo, aunque él se veía más joven, ella continúo haciendo su muñeco y devolvió la pregunta.
Abril:- ¿No debería ser yo la que preguntara quién eres tú?
???:- ¿Soy Cassian, Y tú quién eres?
Abril:- Me llamo Abril.
Cassian había salido a caminar, perdido en sus pensamientos, él no había prestado mucha atención por dónde iba y al final había llegado a esa parte tan alejada del palacio, cuando había visto aquel cabello rojo que resaltaba aún más en aquel paisaje gris, él se acercó con curiosidad preguntándose quién sería esa persona, cuando vio el rostro de aquella mujer él se quedó extasiado, era una joven muy hermosa.
Cassian:- ¿Y qué haces aquí?
Abril señaló la pequeña casa en la que vivía y respondió.
Abril:- Vivo aquí.
Cassian:- ¿Tú sola?
Abril:- Si.
Cassian se acercó un poco más para ver a Abril de cerca, él tocó y estiró su cabello para ver si era real.
Abril:- ¿Qué estás haciendo?
Cassian:- Tu cabello, es real.
Abril:- Por supuesto que lo es.
Cassian:- Entonces tú debes ser la hija del rey Venobich.
Cassian estiró del cabello de Abril al recordar que por culpa de ese hombre él había estado a punto de morir.
Abril:- iAuch!, eso duele.
Se quejó Abril al sentir su cabello siendo estirado.
Cassian:- Sabes todo el daño y el dolor que tú padre ha causado a este reino, quizás tú debas pagar por sus pecados.
Dijo Cassian mientras estiraba con más fuerza el cabello de Abril.
Abril:- ¿Y por qué tengo que pagar por algo que no he hecho?, Se supone que las personas que se portan mal deben recibir el castigo, por qué dar el castigo de un malo a un bueno, soy hija de
Cassian soltó el cabello de Abril, varios mechones de cabello rojo quedaron en su mano, Abril acarició su cabeza adolorida y le dijo.
Abril:- ¿Por qué quieres culparme de lo que no he hecho?, No lo entiendo, acaso te gustaría recibir el castigo de otra persona solo porque sean familia.
Abril se levantó de dónde estaba agachada dejando a medias su muñeco de nieve y le dijo.
Abril:- No quieras culparme por los pecados de mi padre.
Abril camino hacia la pequeña casa dejando atrás a Cassian, él le gritó.
Cassian:- No me des la espalda, regresa aquí inmediatamente.
Abril no quería que aquel hombre volviera a tirar de su cabello o aún peor, que la golpeara, así que corrió al interior de la casa, cerró la puerta la bloqueo con un grueso madero, ella quería mantenerse alejada de aquel hombre malo. Él golpeó la puerta furioso y gritaba molesto.
Cassian:- Ábreme la puerta maldita perra.
Abril tuvo miedo de lo que haría aquel hombre, ella se acurruco en una esquina de la casa cubriendo sus oídos con sus manos deseando que se fuera y la dejara en paz. Al final Cassian se cansó de golpear la puerta, él volvió al palacio y busco a su hermano, él estaba en su oficina trabajando cuando Cassian irrumpió de repente y le dijo.
Cassian:- Alessandro, ¿Por qué sigue viva esa perra?
Alessandro:- No sé de quien estás hablando Cassian, y esa no es manera de entrar a mi oficina.
Cassian:- ¿Estoy hablando de la hija de Venobich, Porque aún no la has matado?
Alessandro:- Te recuerdo que firmamos un tratado de paz por un matrimonio, matarla significaría dar inicio a la guerra nuevamente, nuestro reino ha sufrido muchos daños y pérdidas humanas, no podríamos ganar la guerra.
Cassian:- Pero...
Alessandro:- Entiendo cómo te sientes, pero no hay nada que pueda hacer, aunque yo también quiera matarla, no estoy dispuesto a pagar el precio que eso conlleva.
Cassian:- Alessandro.
Alessandro:- No te acerques a esa chica Cassian, ni se te ocurra hacerle daño y esta no es una petición, es una orden.
Cassian apretó su pierna, le dolía horrores por haber corrido hasta ahí, su pierna no podía sostenerlo más y cayó al suelo de rodillas. Alessandro dejó lo que estaba haciendo y ayudó a su hermano a ponerse en pie.
Alessandro:- Cassian, has venido corriendo hasta aquí, sabes que no debes hacerlo.
Cassian:- Lo sé, soy un despojo que apenas y puede caminar.
Alessandro:- No digas eso hermano.
Alessandro lo ayudó a llegar hasta el sofá y le dijo.
Alessandro:- Algún día encontraré la manera de curar tu lesión y podrás caminar sin ningún problema.
Cassian:- Sabes que eso es imposible Lessan.
Alessandro:- Yo lo haré posible, solo dame un poco más de tiempo, confía en mí.
Durante la guerra Cassian se había encontrado con el rey Venobich en el campo de batalla. Él casi le arrancó la pierna a Cassian, si no hubiera sido por Alessandro que se había enfrentado al rey Venobich él habría muerto a manos de ese demonio.
La gravedad de su herida había sido tal, que aun cuando había usado magia curativa el daño permaneció, desde ese día el dolor lo acompañaba día y noche, también tenía muchas dificultades para caminar. Cassian al ver a su hermano tan abatido le dijo.
Cassian:- Está bien Lessan, confió en ti.
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La Esposa Olvidada
RandomAbril era la primera hija del rey Venobich, un hombre cruel y despiadado... Derechos de autor: Patricia Maradiaga