Olivia salio de su antiguo cuarto. Se sentía renovada luego de aquella larga ducha. Aún conservaba el cabello largo, pero prolijo. Se alegró de haber visto que aún se conservaba algunas de sus antiguas prendas.
Justo cuando quiso ir a la sala se cruzó con su ex compañero. Este todavía no podía creer que esa persona era la misma de meses atrás.
—¿Podemos hablar?— preguntó.
Sin dejarla responder la volvió a meter al cuarto. Olivia se cruzó de brazos al ver como la puerta se cerró, y que lo único que hacía el muchacho era andar de una punta a la otra, con claro nerviosismo.
—Ya te dije todo, y estoy bien.— dijo ella.
—No, que te hayas cruzado con un maligno espíritu no me suena a todo bien.— dijo apurado el muchacho.—¿Dónde está todo bien en una explosión?
Estaba al borde de un ataque histérico por todo lo que ella le había contado. En tan solo un par de horas, esa calma que tanto lo caracterizaba se esfumó y dudaba que volviera.
Olivia se acercó a él, y lo detuvo. Tomo con cuidado su rostro, para darle una cálida sonrisa. Era como si realmente fuera ella quien lo estuviera haciendo.
—Marius, de verdad que estoy bien.— insistió.
—Se que estás bien, aún así no me deja más tranquilo.— murmuró.
Tomo las manos frías de Oliva, para apartarlas de su rostro. Nunca antes había sentido sus dedos como témpanos.
—Y por eso es que llame a Peggy.— dijo.—Ella te va a ver. Hace cosas muy locas con el aura de las personas.
—No hace falta.— Olivia frunció el ceño.—¿No confías en lo que te digo?
—Claro que confío.— Marius sonrió.
Los ojos de Olivia brillaron ante ese gesto. Era como una clase de señal, o algo que Caeli no podía controlar ni entendía. Le dio la espalda, y se alejó.
—No parece que lo hicieras.— dijo sin verle.
Este se acercó, y la abrazó por la espalda, haciéndo que sus ojos brillaran aún más. Cubrió su mirada con las manos, y trato de apartarse. Pero estaba esa parte de Olivia que buscaba la manera de liberarse de Caeli.
—Si lo hago, y me quiero asegurar de que estés bien.— murmuró.—Es lo único que me importa.
Lo vio por encima de su hombro, y sonrió. Para Caeli aquel muchacho era un buen humano, con partes rotas. Lo mismo pensaba de Olivia. Y les recordaba que aún lastimados podían ser bueno. Era algo que le encantaba de algunos humanos, solo que eran muy pocos los que le brindaban esa calidez.
Aún así no podía arriesgarse a nada. Olivia hacia alguna clase de fuerza, y le quitaba cierto control del cuerpo. Debía irse antes que llegará la otra bruja. No estaba en posición para enfrentarse a alguien.
—Bien, lo haré.— dijo.—Ve, que ya te alcanzó.
Marius depósito un beso en su mejillas, y salió del cuarto. Caeli no dejaba de sonreír.
—Ya veo lo que tú ves.— dijo ella.—Que lástima.
Tomo su collar, y abrió un portal luminoso en el suelo.
—Aunque puede que lo conservé.— dijo dando una leve sonrisa.—Pero sin corazón dudo que alguien así de bondadoso despierte algo en mí.
La luz del portal la cubrió, y la habitación volvió a estar a oscuras. Marius entro apurado, y se encontró con la nada misma. Peggy llegó por detrás, sin dar un paso más. Aquel lugar se sentía horrible.
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Destinados. [Tales Of Arcadia, Au. Douxie X Oc]
Fantasy✨Saga Destinados, libro 2✨ La oscuridad era su nuevo hogar. Allí esperaba con calma que todo un día llegará a su fin. Pero el destino tenía otros planes para ella. Tratando, una vez más, de dejar su pasado atrás, ayudara a que el mundo no sea dest...