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La vida familiar era complicada, y más cuando se trataba de una familia con bastante poder y dinero.

Empresas Imperio comenzó como una pequeña inversión, una prueba y error por parte del abuelo de Washington, Inglaterra.
Una empresa de tecnología que después creció a varios otros sectores a base de inversiones y acciones, tanto era el alcance que incluso tenían cierto poder sobre varias empresas de automotriz, pero claro, su fuerte por excelencia era la tecnología.

Inglaterra se aseguró de educar a sus hijos a su imagen y semejanza, duros, inteligentes, perspicaces y desconfiados, y lo logró, o eso pensaba él, solo dos de sus 4 hijos siguieron sus pasos, Canadá y USA, pero eventualmente Canadá voluntariamente cedió su lugar como el primer heredero de la empresa a USA, siguió trabajando en el negocio familiar pero Canadá era más un hombre de familia.
En cambio USA resultó ser mejor que su padre, la empresa creció tanto que llegó a tener conexiones políticas y el mercado extranjero nunca estuvo mejor, USA superó a su padre en muchos aspectos, entre ellos la crianza de sus hijos. Algo que destaco de Inglaterra era que, no era el mejor padre, pero logró enseñar a sus hijos a trabajar en equipo por el bien del negocio familiar, USA no.

La rivalidad de Washington y Texas existía desde su nacimiento, Washington era solo un año mayor que su hermano y aún así siempre se igualaron en casi todo, no sé odiaban (o eso quería creer Washington) pero siempre que lograban tener una relación estable la competencia por ser el mejor para dirigir el negocio familiar se interponía, y esa rivalidad estaba siendo siempre alimentada por su propio padre.

—¿Qué vamos a hacer?

—Primero averiguar qué está pasando realmente.

Empresas Imperio estaba en medio de una disputa legal, recibirian la visita del bufete de abogados Jade el lunes a primera hora como marcaba la demanda en el sobre. No era ni la primera semana de trabajo de Washington y ya tenía problemas legales.

—Está claro que estaban esperando está oportunidad.

Ottawa y Washington estaban desayunando en un pequeño restaurante en el centro, odiaban que la plática fuera sobre ese tema, pero con la empresa en sus manos no podían estar más ansiosos.

—¿Qué clase de buffet son?

—El mejor de la ciudad, tienen sedes en el extranjero y…. El director general no tiene más de un año en el puesto.— respondió Ottawa dando un sorbo a su jugo de naranja.

—¿Puesto por sucesión?.— el contrario asintió.— Entiendo ¿Pero qué gana haciéndolo ahora?

—Son muy estratégicos, dejan sus casos estáticos incluso meses o años para tener la ventaja.

—Ya le pedí a Texas que investigará a dónde se fue todo ese dinero.

Empresas Imperio estaba siendo demandada por una de las empresas automotrices en las que tenía acciones, resulta que hace un par de años cuando USA todavía era director general aprobó un gran presupuesto para la expansión de Tokome (la empresa automotriz) presupuesto que nunca llegó, y al haber firmado un contrato se consideraba un fraude.

—Si mi padre lo pudo mantener bajo control no hay de qué preocuparnos.

Un pequeño silencio se formó, esa misma mañana Washington había contactado con el bufete de abogados que siempre representaba a empresas Imperio, ya estaban revisando el caso y haciendo sus propias investigaciones.
Ahora era director de la central general, no podía darse el lujo de bajar la guardia.

—¿Cómo fue tu estadía en el extranjero?— se atrevió a romper el silencio Ottwa.

—Fue…entretenido, aprendí mucho pero nunca deje de extrañar está ciudad.— Miro por la ventana del restaurante la ahora imponente ciudad.— Me hubiera gustado quedarme.

Café y un poco de música Donde viven las historias. Descúbrelo ahora