Más problemas

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—Gracias.

Recibieron una ronda de aplausos y sonrieron. Los tres bajaron del escenario satisfechos del espectáculo que dieron e inmediatamente fueron a su mesa de siempre, estaba junto a la barra por lo que podían pedir sus bebidas de forma rápida.

—Oye jali.— Llamó Santiago— La canción de hace rato….

—¿Cómo te fue en tu cita a ciegas, Tokio?—Pregunto apresurado Jalisco, obviamente desviando el tema al que Santiago quería llegar.

—¡Maravillosa! Fue muy amable, me preguntó a dónde quería ir a comer y me preguntó cómo estuvo mi semana.

Se veía emocionado, los otros dos se miraron un poco asqueados.

—Esa es la mínima decencia humana, Tokio.

—Creo que tus estándares son muy bajos.

—No digan eso, yo creo que hay avances.

Tokio era muy enamoradizo, sus sentimientos se disparaban de golpe cuando alguien le llamaba la mínima atención, pero había algo que siempre le impedía ser feliz, y esa era la "maldición Tokio" así fue como la bautizaron, siempre que Tokio se interesaba en alguien románticamente la otra persona terminaba por rechazarlo, desde que era un adolescente nunca hubo una excepción, llegó a tener Miles de citas y relaciones de 3 meses como máximo, pero todas acababan en la frase de "no me gustas lo suficiente".
Al principio Tokio lloraba, pero después de un tiempo solo se decepcionaba pero en dos días ya tenía un objetivo nuevo.

La plática siguió, entre varios tragos no tan fuertes reían y recordaban su época en la preparatoria, dónde su pequeño grupo se reunía siempre en el techo de la escuela para hacer música y perder clases.

—¿Recuerdan esa canción que hicimos para declarar el amor de Tokio a una chica de tercero?— Recordó Santiago

—¡No me lo recuerdes!—chillo avergonzado el más bajo.— Fue patético y lindo, no supo apreciar mi esfuerzo.

—Era bonita, pero no muy amable.— Exclamó Jalisco recordando a la muy grosera chica.— ¿Cómo decía? I can't take my eyes off you, you're too cute to be true.

Jalisco cantó un poco de la canción, no la recordaba bien debido a que fue hace mucho tiempo, pero esa canción tenía una historia bastante presente en él, aparte de la humillación de su amigo.

Avanzada la noche Jalisco se levantó de su lugar con el pretexto de ir a fumar afuera, quería aire y un buen cigarrillo, salió del bar rebuscando en sus bolsillos la cajetilla y un encendedor.

Ottawa llevaba toda la noche debatiéndose si levantarse e ir a pedir el Instagram del lindo baterista, pero sus ánimos se iban al verlo tan feliz con eso otros dos hombres ¿Sus amigos?¿Alguno era su novio?, Era muy lindo ¿Y si tenía una relación de años?¿Y si estuviera casado?
Todo lo desanimaba, trataba de tomar alcohol para tener un gramo de valor.

Por otra parte Washington seguía sin sacarse de la cabeza al vocalista, aparte de tener talento con las manos para preparar café también era un cantante nato.

Por inercia ambos amigos giraron la mirada a la mesa del pequeño grupo, un iba directo a la puerta y el otro se levantó con dirección al baño dejando al baterista solo en la mesa, ambos vieron su oportunidad de oro.

—Voy al baño.

—Voy a tomar aire.

Ambos se miraron porque hablaron al mismo tiempo, ninguno se creía la excusa del otro pero no iban a perder el tiempo, se asintieron mutuamente y cada uno se fue por su lado.

Café y un poco de música Donde viven las historias. Descúbrelo ahora