Aquel embriagante aroma de los granos recién molidos impregnaba todo el lugar, ese aroma tan único y especial podría lograr sacarle un suspiro y una grata sonrisa a cualquier persona sin importar el estado de ánimo. Podía levantar energías y renovar la actitud de cualquiera.
Con tantas formas de preparar, el café podría adaptarse a cualquiera sin perder su esencia, café con leche para las personas no tan fanáticas de lo amargo, un café muy cargado para aquello que tenían un día pesado por delante, café con mucha espuma para tener un día divertido.
El café era tan versátil y gentil con quien supiera darle su lugar y Jalisco era uno de esos afortunados.El sol mañanero inundaba las calles con su cálido color dorado, el poco viento que soplaba despeinaba un poco de la melena algo desordenada del bicolor. El suéter color marrón era ligero pero logra su cometido de protegerlo del poco frío que había a esa hora, el cuello de la camisa blanca que llevaba debajo de asomaba sobre el cuellos del suéter dándole un plus a su outfit del día junto a sus pantalones color crema y sus muy amados tenis con algo de plataforma, sin duda su vestimenta estaba a la par de su energía tan relajante que tenía ese día.
El letrero de su negocio se alzaba y destacaba justo en medio de la avenida principal, a pesar de estar rodeada de otros negocios, oficinas y restaurantes, aquella acogedora cafetería de fachada café y grandes ventanales de cristal destacaba de sobre manera.
"dragonfly coffee " era el nombre dado al establecimiento por el propietario, era el nombre perfecto para el lugar por sus colores y su reputación de ser de las mejores cafeterías de la ciudad por su trato y productos.
-Hoy llegué un poco tarde.- dijo para sí mismo viendo la hora en su teléfono.
Camino a la parte trasera del local por un pequeño callejón que separaba su negocio del negocio vecino, sacó las llave de la pequeña mochila que llevaba siempre y abrió, el lugar estaba oscuro ya que las cortinas de los ventanales de la fachada seguían abajo.
Comenzó su rutina, levantó las cortinas y el hermoso color dorado del sol le dió vida al local, la hermosa luz natural y el cómo se presentaba en su local era uno de los tantos atractivos del lugar. Barrio, limpio las máquinas de café nuevamente, colocó más vasos para llevar cerca del mostrador y en general solo acomodaba.
Eran las 8:45 cuando la puerta principal se abrió.
-¡¿Por qué siempre llegas tan temprano!?
-Porque me gusta que esté todo en orden.- contestó sereno el bicolor.
-Vamos Jali, siempre dejamos todo en orden el día anterior.
-¿Si? ¿Y por qué no estaban las bolsas de café en su lugar?
Jalisco se recargo en el mostrador mientras miraba con reproche a Tokio al otro lado de este.
-Fue culpa de Santiago.
Con indignación cruzó el mostrador para dejar su mochila junto a la del bicolor.
-¿Los delantales?
-En la bodega, trae tres por favor.
-Si jefe.
Jalisco sonrió, su parte favorita del trabajo (además del café) es poder trabajar con sus mejores amigos.
-¡Odio el transporte público!
Santiago abrió la puerta del local menos delicado que los otros dos.
-¿Te perdiste otra vez?- preguntó Jalisco mientras molía los granos de café para su rutinaria taza de café americano.
-Esta ciudad es enorme, hay tantos autobuses con tantos números que olvidó cuáles debo tomar. ¿Es por qué soy de campo?
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Café y un poco de música
RomanceUna cafetería rodeada de imponentes edificios, un barista envuelto en situaciones con personas imponentes. el café unirá tantas historias de tantas personas que la música será la única que logré expresar todos los sentimientos.