AUTOR:El amor entre Vegas y Pete se sentía en el aire, combinando sus dos aromas de feromonas junto al olor del sexo que rondaba en ese departamento.
-Ahh.. mm veg...as ya no puedo..-
-Oh cariño -Dio un beso en el hombro desnudo de pete - pero si apenas es la tercera ronda...- le mordió ligeramente dejando una pequeña marca.
- Pero fuiste muy duro, mi interior está caliente y pegajoso...- Los movimientos de Vegas se apaciguaron, ahora se dedicaba a besar y acariciar la espalda y costados de Pete.
-He sido más suave que de costumbre - soltó una pequeña risa en el oído de Pete, para después morder el lóbulo arrancandole un suspiro- Además está noche no pretendo dejarte ir a ningún lado, quiero besar cada centímetro de tu piel, ya te lo había dicho. -le beso la mejilla. Los movimientos de Vegas comenzaron de nuevo lento, no obstante, arremetió duro causando temblores en las piernas y estremecimiento en todo el cuerpo delgado del menor, golpeando ese punto que le hacia ver las estrellas de Bangok aún más cerca.
- Ughmm... Ahh... Vegas... - el cuerpo debajo del alfa, temblaba y estaba agarrado firmemente de las delicadas sábanas, logrando acentuarse las venas de sus manos. Su pene estaba aplastado por su abdomen y el colchón.
Ya había tenido 2 orgasmos posteriores. Uno causado por la gran felación que le brindo su Alfa. Otro a causa de solo sus dedos, mezclados con el placer y el dolor al vertir cera caliente de una vela sobre su pecho y abdomen.
En la primera parte Vegas había estado dedicado a quitarle la ropa besar cada parte de su linda y perlada piel, degustando el sabor y aroma que emanaba ese cuerpo delicado y delicioso, el que añoró desde el primer segundo que dejó la isla.
-Amor, tu cuerpo es increíblemente hermoso - el Alfa estaba completamente embelesado por la belleza de su Omega.
Pete estaba disfrutando cada penetración, lenta y dura a la vez, pero tal como había dicho Vegas en una vez anterior, lo vainilla no era lo suyo, ambos lo sabían. El pequeño estaba desesperado. -Porfavor ve más rápido...- soltó en un jadeo.
La risa de Vegas se hizo notar -oh cariño te estás contradiciendo tu solo.- dio una larga lamida a su cuello - Dices que ya no puedes más, pero también me pides que te joda rápido. - el cuerpo de Pete se encontraba aprisionado por el cuerpo del mayor. Lo cual le impedía moverse por si mismo y a su total gusto. -te llevaré a tu límite de esta forma, ya habrá tiempo para castigos y juegos más crueles de los que te gustan.
No es que Pete no lo estuviera disfrutando, al contrario, su punto estaba siendo tocado duramente en cada lenta embestida, demasiado lenta para su gusto. Lo cual provocaba ligeros lloriqueos de su parte. Dejaba escapar berridos y unas cuantas maldiciones porque su petición no fuera complacida.
- Ahh... Por favor un poco más rápido. Por favor... - suplicaba, los nudillos de sus dedos estaban blancos ya que los tenía empuñados estrujando las sábanas.
¿Cómo podía Vegas, resistirse a tales órdenes? si estaba ahí para hacer sentir bien a su amado pete.
Le tomo el pelo con una mano, estirando su cuero cabelludo. Pete sonrió al sentir tal agarre de su cabello y el vaivén de la hombría de Vegas chocar contra sus nalgas, golpeando su próstata más seguido.-Así... Ohh Dios así.. Ughmm - agradeció el aumento de velocidad.
- Es porque estoy cerca cariño.- Cada rápida embestida seguía tocando duramente el punto de Pete, eso lo sabía ya que cuando rozaba ese pequeño delicioso punto, las piernas de Pete temblaban.
- Vegas... Voy a ahh... ¡¡Ahhh!! -se corrió manchando las blancas sábanas. El cuerpo del menor se deshizo en temblores.
- Cariño me sigues apretando así terminaré rápido ... - gruñó Vegas. Dejo el cabello de Pete quien se desplomó completamente sobre la cama. Su cadera y trasero seguían levantados gracias a las manos fuertes del alfa.
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Solo para mí. [COMPLETA]✓
FanfictionSINOPSIS: Desde que Venice llegó a las vidas de Vegas, Pete y Macao, ha sido diferente. Macao ahora tiene un nuevo hermanito. Vegas tiene un nuevo hermano/hijo y Pete tiene a 3 niños que criar, Vegas, Macao y Venice. Todo en sus vidas cambio desde...