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si nunca as oído hablar de un lugar llamado tortilla escúcharme atentamente tendrás...

Tortillaland es un pueblo pequeño alejado de todo mal en donde extrañas criaturas conviven placenteramente. Brujas, magos, ogros, duendes y más abundan el lugar. Esas tierras están al mando de un semi-Dios apodado "profeta" nadie sabe su nombre, siquiera el hijo de este; juan. El es hijo rebelde que odia a su padre por varias razones pero la peor fue cuando le prohibió el amor hacía su enamorada rubí. Al no ser esta la mejor relación, el profeta hizo una promesa con su hijo de nunca decir que eran familia a lo cual juan aceptó encantado.

Juan mientras su padre no lo veía se escabullía hacia una pequeña cabaña alejada del pueblo, un lugar donde no era vigilado por los dioses ni su padre. En ese pequeño lugar podía practicar su magia ¿para qué hacia esto? Para poder algún día hacerle frente a su padre y al seguidor más fiel de este, Drako. Este era un hechicero poderoso, aunque siempre llevaba un bastón el cual era el centro de sus poderes. A Drako le encantaba molestar a la gente con distintas cosas. Rompiendo cosas de su casa, robando, insultando y demás. Obviamente a escondidas del profeta, si tu ibas de chismoso a decirle lo que hacía este solo te tachaba de mentiroso con la escusa de "es imposible que te allá hecho eso, el es un pan de dios" y bla bla bla.

Hoy era un día normal para todos, los pájaros cantaban y los seres sobre naturales salían de sus casas sin miedo a ser criticados por la humanidad. Un chico bajo, de cabellos marrones y que usaba unos lentes excesivamente grandes corría hacia el bosque donde sobrepasaba la vigilancia de los dioses y su padre. Ya era la cuarta vez en la semana que se escapaba para no tener que soportar las constantes burlas de sus "amigos" hacia el, Cada que decía que tenia poderes se reían diciendo que solo era un espectáculo más.

〰️ "¡magia de mierda, nunca funciona cuando más te necesito!"

maledecia a su propia magia mentalmente por nunca funcionar. Al llegar pudo ver la puerta se su cabaña levemente abierta. Pensando que lo habían atrapado fue corriendo detrás de un árbol cercano, si ya habían descubierto la cabaña no quería que descubrieran al dueño de ese acogedor lugar. Unas hojas y ramas pisadas se podían escuchar cerca de el, pensando que era un animal no le dio mucho caso y se asomó un poco. Suspiro aliviado pero metafóricamente devolvió el suspiro al sentir algo afilado en su espalda.

¿no te dijieron que era de mala educación seguir a ma gente?

El joven aprendiz de magia tensó su cuerpo al escuchar aquella voz...

Guerrero ─ SpruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora