Guerrero ─ Spruan

5.

Los sollozos se oían por toda la casa, juan estaba llorando en el hombro de su amigo como de costumbre. No se habían conocido hace mucho pero con tan solo unas semanas ya se habían vuelto los mejores, más que cualquier otra persona que allá conocido de niño.

...

El aprendiz de hechicería corría para poder llegar a la iglesia y no tener que comerse el regaño de su vida por parte de su padre cuando chocó con alguien que no conocía.

─ p-perdon no vi por donde iba..

Decía aquel chico, extraño a la vista de juan. No era como si todos fueran "normales" pero el era extrañamente peculiar. Sus grandes ojos, piel rojiza y su pelo color celeste lo hacía especial. Tal vez un regaño más podría aguantar.

─ no te preocupes, ¿eres nuevo acá? ¡Soy Juan, un gusto!

Le extendió la mano en saludo con una amigable sonrisa, pero el chico no la acepto, lo miro confundido.

─ soy ollie, o así me pusieron.. si soy del planeta forgon.

La cara de juan se convirtió de una amable a una confundida/sorpresiva, nunca antes había escuchado de un lugar llamada forgon, y no parecía nombre de algún país o ciudad.

─ oh nunca había escuchado ese lugar ¿es una ciudad o algo parecido?

─ es un planeta.

Los dos chicos quedaron en silencio, tal vez era porque juan estaba muy maravillado con eso.

─ ¡wow! ¿Eres de otro planeta? Que cool, ¿por qué estás aquí? ¿Vienes a conquistar este lugar?

Bromeo, en muchas películas de alienígenas hacían eso.

─ ¡muchas preguntas!. primero, Si soy de otro lugar. Segundo mi nave se estropeó y este fue el pueblo más cercano aunque seguro me iré en cuanto recupere señal con mi planeta, y tercero no, no vine a conquistar este lugar. Aunque se que está dirigido por alguien, ¿lo conoces?

La cara de amargo volvió, odiaba tocar ese tema. No solo por que odiaba a su padre sino por qué lo llamaban "lider", para el era un estúpido que controlaba la mente de los demás para que le chuparan la verga.

─ ah si.. le dicen profeta pero es un hijo de puta total.

─ oh, pues entonces no me dan muchas ganas de hablarle la verdad. Ahora lo odio

Los dos rieron un poco y siguieron hablando de cosas.

...

Los brazos de ollie envolvió en cuerpo de juan en un cómodo abrazo que tranquilizó al chico.

─ ¿qué pasó?

Pregunto con suavidad.

─  el estúpido del profeta.. ¿por qué nadie me cree cuando digo que es mala persona? ¿Acaso son ciegos?

Escupió, metafóricamente, unas secas palabras con algo de rabia incrustadas en ellas. Sin duda para juan no había persona más odiosa que el profeta.

─ juan.. aveces las personas son estupidas pero hay que entenderlas quieras o no. Quédate en mi casa esta noche ¿si?

El chico asintió con la cabeza..