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- Fue un placer tenerte aquí, linda.- dijo la Doctora Moore buscando abrazarme, sonreí.

- ¿Te das cuenta que posiblemente regrese a hacer la residencia?- pregunté dejando mi mano en su espalda.

- No pregunté.- respondió ella, presioné mis labios juntos para intentar no reírme.

Colton fingió llorar tirándose a mis brazos, golpeé su espalda riendo, ya que, al final de cuentas seguiríamos viviendo juntos.

La caminata de mis amigos del hospital pareció eterna, Alec levantó mi barbilla para darme un beso.

- No ligues con internas en mi ausencia.- bromeé, las comisuras de sus labios se levantaron.

- No puedo evitarlo.- respondió, sonreí divertida.

Procedí a retirarme, Alec me envió un mensaje apenas salí del edificio en taxi, una foto de Amanda y él haciendo el símbolo de paz, rodé mis ojos poniendo una carita feliz al reves como respuesta.

Siempre tan bromista.

Sentí una presión en mi pecho, no por la foto sino por el hecho que, terminar mis rotaciones simbolizaba el inicio de los exámenes finales, temía tanto no pasarlos, la idea de estar cuatro años en una carrera y no conseguir el título me quitaba el sueño.

Y Alec lo sabía.

Los próximos días me encontré siempre con la nariz sumergida en los libros, pasando entre ellos a brincos mientras me preparaba para las pruebas.

Le quité el sueño a Alec, no únicamente figurativamente por la preocupación del aumento de la ya deporsi falta de sueño que venía arrastrando sino que muchas noches nos encontramos sentados en el suelo en medio de una pila de libros con una lista de preguntas en sus manos.

- Podrías ir a dormir, ¿sabes?- pregunté, Alec repitió la pregunta que había hecho anteriormente, suspiré respondiéndola, chocó los cinco conmigo ante mi respuesta correcta.- No quiero dormir sabiendo que te vas a quedar despierta hasta las tantas estudiando.

- Así que te vas a quedar hasta las tantas conmigo.- levanté una ceja, sonrió acercando su rostro al mío para besarme, correspondí el beso dejándonos caer para atrás.

- ¿No quieres tomar un descanso?- pregunté rompiendo el beso él sonrió contra mis labios.

- Nena son las la una de la mañana.- dijo, mordí mi labio inferior cuando dijo eso.

- ¿Así que no?- ladeé la cabeza, él pestañeó viéndome.

- Si te ayuda a estudiar.- se encogió de hombros, sonreí acercándome para besarlo, me ubiqué a horcajadas sobre él.- Podríamos encender la fogata y hacerlo junto a ella.- murmuró contra sus labios, sonreí encerrando mi labio inferior en mis dientes.

Vaya vaya, el frío Alec Boyes es secretamente un romántico empedernido.

Lo bueno fue que Alec no tuvo que preocuparse por que me quedara hasta las tantas estudiando, amanecí en la cama, cubierta únicamente por mi sostén, la sábana y su brazo abrazándome.

Él plasmó un beso en mi frente antes de irse al trabajo, había algo muy familiar en todo esto, estar en la cocina, descalza con una taza de café en mis manos y su camisa cubriéndome.

Se me vinieron a la mente sus palabras "cuando te gradúes de la especialidad te pediré matrimonio". He pensado mucho en eso, tal vez más de lo que debería por que, por mucho que desee que sea así, hay siempre algo en mí que me dice que no va a suceder y que no duraremos tanto tiempo.

Pero el hecho que conozca mis prioridades y las respete de esa manera me encanta, Alec sabe que quiero terminar mi carrera y, aunque es bastante más mayor que yo no parece incómodo ante la idea de esperar.

Lecciones del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora