Dra. Harleen Quinzel

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Lex se había acercado a la clínica general de National City, ni en Daxam ni en Krypton, había este tipo de medicina.

En realidad no tenía ni idea que hacía aquí.

Se paró en la puerta, mientras veía entrar y salir a gente de la clínica, algunos eran conocidos y lo saludaban.

- ¿Necesitas ayuda? - preguntó una voz detrás suyo

Lex dió un salto, ya que no se lo esperaba.

- Lo siento, no quería asustarte... Es que te he visto parado ahí y he pensado que necesitarías ayuda... -

Lex se encontró con una extraña mujer, tenía el cabello de dos colores que se entrelazaban en un moño bien peinado, tenía una mirada agradable, con unos ojos azules profundo, detrás de unas finas gafas que se escurrían por la nariz.

La ropa era de buena calidad, su blusa blanca de manga larga, estaba cerrada hasta el cuello, pero no disimulaba la sombra de todos los tatuajes que llevaba.

La poca piel que dejaba a la vista era muy blanca. Era de constitución delgada, pero por la camisa ajustada que llevaba, marcaba un cuerpo trabajado.

- No necesito nada, gracias - respondió Lex

La chica lo repasó de arriba a abajo de tal manera que hizo que Lex se sonrojara.

- Me llamo Harleen Quinzel - dijo ofreciendo su mano.

El daxamita la miró por unos segundos sin reaccionar.

- Ahora es cuando me das la mano y me dices tu nombre - susurró sonriendo

- Perdón, mi nombre es Lex Luthor - dijo estrechando su mano

- Voy dentro que tengo mucho trabajo, si necesitas algo, pregunta por mí en la recepción - se despidió de Lex.

El daxamita se quedó donde estaba, mirando como Harleen entraba rápidamente a la clínica.

Desde que había vuelto a la rutina ayudando, en la empresa DK-Corps y a Zor-El en la fortaleza, se notaba triste y sin ganas de nada. Echaba de menos Daxam

Se lo comentó a Zor-El y le recomendó la clínica, ya que muchos de sus compatriotas estaban acudiendo y les estaba yendo bastante bien.

Lex pensó en irse, pero escuchó una discusión dentro de la clínica y una de las voces era la de aquella chica.

Entró sin pensarlo, siguiendo las voces y llegó hasta una sala de espera.

Se encontró varios humanos rodeándola y uno de ellos con el pelo verde agarrando la muñeca de aquella chica.

- ¡Suéltame Jack! No pienso volver contigo después de lo que hiciste... - se quejó Harleen intentando soltarse.

- Vamos Harley, me dejaron salir de Arkham y he venido a buscarte, tu sitio está a mi lado... - dijo el peliverde

- He dicho que no - insistió la chica mientras era arrastrada por aquel hombre.

Cuando Jack levantó la mirada se encontró con Lex

- Sal de mi camino calvo - dijo despectivo

- La señorita te ha dicho que no... Suéltala, antes de que te haga daño - Lex fue consciente de que ese humano no estaba centrado en cuanto le miró a los ojos

- Muchachos deshaceros de él - dijo Jack mientras arrastraba a Harleen hacía la salida.

Los tres gorilas de aquel tipo raro, se fueron acercando a Lex, como si fueran depredadores, acechando a una presa.

Guerra, paz y amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora