Fénix

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Dru no dejó que Kara tuviera un minuto de descanso.

Golpeó sin cesar el cuerpo de la rubia que lo único que podía hacer era intentar cubrirse, pero le costaba respirar a causa de las costillas.

Kara intentó devolver algún que otro golpe, no podía dejar a su familia y la Tierra en manos de un demente como Dru.

Desde el cielo, los testigos estaban observando la lucha, evidentemente los Zod se veían felices del resultado.

Lena estaba siendo agarrada por Lex y Axi, llorando silenciosamente, mientras veía caer al suelo a su esposa una y otra vez, empezó a rezar por primera vez a Rao para que Kara saliera vencedora.

- ¿Estás rezando a Rao? - preguntó Lex al oír a su hermana susurrar

Lena asintió con la cabeza

- ¿Se te ocurre algo mejor...? - preguntó triste la morena

Lex se quedó pensativo y miró a Axi y al resto del escuadrón. Todos empezaron a rezarle a Rao en silencio.

De repente el sonido de los golpes fue amortiguado por el susurro de las plegarias.

Dru que lo escuchó empezó a reírse. Se acercó a Kara que estaba arrodillada en el suelo, le agarró del pelo y la obligó a mirarlo.

- Están tan desesperados, que le rezan a una divinidad inexistente... ¿Como te hace sentir eso? - preguntó el general riendo.

Kara no podía responder, se sentía dolorida, no podía respirar bien, notaba el sabor de su propia sangre en la boca y eso le aseguró de que alguna costilla le había perforado algún órgano.

Pensó en los humanos, en su hija y miró al cielo, sabiendo que su esposa estaba observando su derrota.

- Lo...sien...to... - dijo en un suspiro cuando la rodilla del general impactó en su rostro.

Se oyó a lo lejos un grito desgarrador, acompañado de una suplica, pero Kara ya no podía entender las palabras. Lo último que escuchó fue la risa malvada de su enemigo, regodeándose.

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Dejate caer... Descansa... ahora es mi turno...

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- Hermanita, mira... - dijo Lex sorprendido, al ver que el cuerpo flácido de su cuñada empezaba a brillar.

Era como si el Sol, solo se proyectara en ella

- Esa no es Kara... - dijo la morena con miedo y sin quitar los ojos del cuerpo que había sido de su mujer.

Lex y la élite la miraron sin entender a que se refería, pero se alejaron de la posición donde estaban.

Axi apretó el intercomunicador de su oreja.

- Mi señor, el gen Fénix, se acaba de activar... -

- Estad preparados, se os ha entrenado para este momento... mandad a Lena y su hermano a la mansión Luthor. Voy para allá... - respondió una voz al otro lado.

La daxamita reconoció rápidamente esa voz.

La batalla entre Kara y Dru se reanudó mientras discutían

- Ahora mismo me vas a explicar que es el gen Fénix y que tiene que ver mi suegro con eso... - dijo Lena agarrando el antebrazo de Axi y mirándolo fijamente a los ojos

- Por favor, mi señora, no hay tiempo para explicaciones, háganme caso y váyanse... Nosotros nos haremos cargo... - suplicó Axi

Lex miró la interacción, que era tan tensa que se podía palpar, pero si Axi era capaz de plantar cara a Lena por primera vez, era un asunto serio.

Guerra, paz y amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora