"Batalla final"

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Capitulo 17: batalla final.

Un viento helado se colaba entre los dos bandos, se habían puesto sus ropas de pelea, portaban sus armas y se abalanzaron a la batalla. Era aquel día, a aquella hora y Mikey no sentía miedo. Sus dos bandas se unieron, pelearían codo a codo unidas por un mismo objetivo al igual que los lideres. Takemichi lo beso antes de ir al lugar de la reunión.

-Suerte—Mikey se llevaría la peor y más pesada parte al luchar contra Izana, el mortífero ninja quien asesinaba a destajo, mas grande fue su sorpresa al verlo junto con Sanzu. El muy hijo de puta los había traicionado, se había pasado a Tenjiku sin remordimiento y ahora, le pasaba información valiosa al enemigo con una sonrisa en el rostro. Kazutora no cabía en sí, su rabia era inmensa y si no fuera por Chifuyu, quien lo sostenía de la mano, hubiera saltado a matarlo sin misericordia.

-Es aquí nuestro último encuentro. Por ello debo decirte unas últimas palabras—empezo el de ojos morados—Nuestro padre fue una mierda,  tuvo una aventura con quizás quien y de ahí, nací yo. Me abandono y vivió felices con ustedes—necesitaba aquel discurso para avivar las llamas de su venganza—alguien debe pagar por ello ¿No?—sonrió

-Izana si hubiéramos sabido de esto antes…—

-No le creas. Él no te hubiera aceptado jamás, él mismo me lo dijo, le das asco—interrumpió Sanzu. Mikey lo miro dolido. Todos estos años habían sido pareja ¿Y así le pagaba?

-Cierto ¿Por qué creerte?—

-Eso no es cierto. Te hubiéramos aceptado como parte de la familia—

-Shinuchiro, tu hermano lo sabía ¿Sabías eso?—el rubio abrió los ojos.

-No, no sabía…—

-Por eso tuve que matarlo—grito Izana. Mikey perdió la respiración por unos segundos, Él había asesinado a su hermano y había provocado todo lo demás.

-Fue tu culpa—se agito. Sentía como el corazón bombeaba más sangre y con ello, traía adrenalina a su torrente sanguíneo.

-Asi es, yo lo mate ¿Y sabes lo que dijo antes de morir?—rio—no le hagas daño a mis hermanos—terminó con una carcajada—¿Y yo? ¿No soy uno también?—las conversaciones no pudieron seguir a Mikey le invadió una furia ciega, arremetió contra Izana sin importarle nadie ni nada. Los puños se encontraron, el peliplateado tenía una ventaja y eso era que su adversario se había hundido en la ira. Empezó con algunas posturas y golpes del Bushido, lo hizo caer pero rápidamente el rubio se levantó para seguir con la pelea. No pensaba en nada más que matar a su medio hermano. Se imaginaba matándolo de la manera más dolorosa posible.

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Por otro lado Kazutora no había perdido el tiempo, se acercó al pelirosado y le apunto con su arma. Sanzu tan solo sonrió, secuaces de Tenjiku se acercaron a Kazutora para atraparlo pero el peloteñido era mucho más rápido, los esquivo y Chifuyu le ayudo por la retaguardia. Apunto su pistola e inmovilizo a alguno de ellos, miembros de la Tokyo Manji los atraparon y se los llevaron para tratarlos y meterlos tras las rejas.

-Ustedes y su moralismo—Kazutoria sonreía agradecido por la ayuda extra.

-Ustedes y sus métodos sucios—espalda contra espalda empezaron a luchar para detener a Sanzu.

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Takemichi trataba de apuntar a Izana para detenerlo pero la velocidad de los golpes era inmensa, no lograba apuntar con su arma al líder de Tenjiku. Pero no pudo seguir por mucho rato de observador, sintió un fuerte golpe en la espalda que lo mando a volar lejos. Era el pelinegro que estaba siempre al lado de Izana.

-¿Eres Hanagaki Takemichi?—se mostraba imponente, con aquel cuerpo fornido.

-¿Tu eres Kakusho?—

-Si. Lamento conocerte en estas circunstancias pero no tengo más remedio que matarte –Takemichi suspiro, no quería matarlo, no había creado la Tokyo Manji para esto. Se dispuso a pelear pero guardo el arma por el momento. Se abalanzaron a puño limpio, en aquella pelea se dio cuenta que Kakusho era como él. No mataba por matar y lo más probable que lo hiciera por Izana, pero no tenía tanto tiempo para pensar, era un oponente fuerte que sabía dónde y cuando golpear. El se había alejado un poco de las peleas cuerpo a cuerpo ¿Cuándo había sucedido eso? Antes adoraba defender a su grupo con los puños pro la responsabilidad del liderazgo lo fue abrumando poco a poco. Ahora estaba gozando aquella pelea.

-¿De verdad quieres matarme?—preguntó agitado.

-Cállate—los dos estaban magullados. Kakusho miró hacia Izana quien peleaba cuerpo a cuerpo, rogando que no saliera mal herido de ahí.  Se distrajo y Takemichi le encestó un potente golpe en la mandíbula que hizo que callera al suelo, e peliplateado también lo observaba, se preocupó y por poco deja la pelea de lado,  pero su adversario no daba descanso. Se notaba su propio entrenamiento bajo las leyes de los ryu ¿En cuál habrá entrenado? Sus movimientos eran distintos y sus técnicas menos letales. Así siguieron los enfrentamientos por un par de horas más.


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