Final

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Capitulo 20

Las dos organizaciones se tomaron un descanso. Habían perdido mucho en esta guerra y la mayoría estaban agotados de tanta muerte sin sentido. Kazutora se salió de Bonten para poner una tienda de animales/ refugio en honor al gran amor de su vida. Allí podría darle una segunda oportunidad a todos los animales rescatados. Por supuesto que había invito a Chifuyu, quien en ese corto periodo de tiempo se había transformado en la persona más importante de su vida. El rubio comprendía mejor que nadie sus sentimientos, sus dolores, sus tristeza y alegrías. Podía ser sincero y compartir sus pensamientos sin temor de ser juzgado. Por lo que el cambio a ser pareja no les sorprendió. Ocurrió un día naturalmente, mientras charlaban el gran plan que tenían entre manos. Se besaron y sintieron paz. Hicieron el amor como si se conocieran desde hace años y decidieron, desde ese mismo instante, pasar el resto de sus vidas juntos.

**

Mitsuya acompaño en aquel proceso a HakKai, entendía la frustración que debía sentir, el sintió lo mismo cuando a su pareja la asesinaron despiadamente.

-La venganza ni la violencia son el camino. Es difícil dejarlo atrás, lo sé, me costó años. Lo único que puedes hacer es ser una mejor persona y vivir como tú hermano, de seguro quería que lo hicieras—el peliazulado lo sabía pero le era demasiado difícil aceptar aquella realidad. Su hermano no había tenido la justicia que necesitaba y ahora, el estaba con toda la frustración de aquello en el pecho. Pronto se acordó de algo.

-Mi hermano era católico. Él le hubiera gustado tener un funeral en una iglesia y por el tiempo, no pudimos dárselo—así que Mitsuya, con la ayuda de sus amigos, se pusieron manos a la obra para darle aquel final que a Taiju le hubiera gustado. Contrataron un sacerdote y bendijeron toda la ceremonia para que su alma encontrará el descanso eterno. Ni HakKai ni Mitsuya creían que hubiera algo más allá pero les consolaba saber que el hermano mayor estuviera en su paraíso.

-Quizás si haya un cielo y nos encontremos con él allá—Mitsuya hizo todo su esfuerzo para consolar a su novio.

-Eres increíble. Cualquiera me hubiera dejado pero tú seguiste a mi lado, te amo—el pelimorado se sonrojo furiosamente. Era la primera vez que se decían te amo y había sonado tan natural. Su corazón latió violentamente, se puso nervioso.

-Yo..yo igual—

-¿Qué?—el más alto no se había dado cuenta de lo que había dicho. Mitsuya se armó de valor y pronunció las palabras que tanto le costaban.

-Yo igual te amo—se besaron suavemente en los labios y ahí HakKai se había dado cuenta lo que había dicho.

-Mierda—

-Lo sé—se rieron por su ingenuidad y regresaron a la casa del de ojos lila, tomados de la mano.

**

Mikey dedico su poder para desmantelar todos los negocios ilegales que tenía Bonten en su poder. Entrego todo a la policía y estos reconocieron su dedicación por lo que solo iba a estar bajo fianza y tratamiento psicológico. Takemichi lo iba a acompañar en cada paso del camino. Ayudo a atrapar a los implicados en los negocios y decidió ser el apoderado legal del rubio, el iba a ser responsable de llevarlo a las terapias y que cumpliera con la fianza mes a mes. Los padres del pelinegro no lo perdonaron por haber roto el compromiso, pero estaban dispuestos al diálogo. El de ojos azules sabía que era cuestión de tiempo que lo aceptarán.
Fueron a visitar a Draken y le comunicaron a Emma todo lo que había pasado. Ella era la familia más cercana que tenía el ex líder de Bonten  y merecía saber la verdad.

-Me alegro que haya terminado bien. Izana vino a verme, creo que un día antes del enfrentamiento.

-¿Y que te dijo?—

-Me pregunto cosas. Lo vi confundido sabes, cómo si dudara—

-Kakusho también tenía dudas. Quizás nunca quisieron un enfrentamiento de este estilo –secundo Takemichi.

-No lo sabremos. Ahora quizás dónde están, solo espero que estén bien—y todos pensaban de esa forma. Intentaron dejar la venganza atrás, los rencores en el pasado y enfocarse en sanar y reparar todo el daño que habían hecho. A pesar de todo Mikey le dio sepultura a Sanzu en un cementerio alejado de la ciudad. Había pasado la mayor parte de su vida junto a él, habían compartido sus alegrías y temores y de un modo u otro lo había amado. Takemichi entendió y lo acompaño, parándose a su lado mientras el rubio rezaba y limpiaba la tumba.

-¿Nos vamos?—dijo el pelinegro.

-Vamos – se tomaron de la mano y partieron.

FIN

"Dolce vendetta"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora