"Funeral"

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Capitulo 14

Kazutora corrió por las calles desesperado. Su corazón latía desembocado en su pecho, un mal presentimiento se instauró en su cabeza. Aquella llamada no era normal, el jamás le llamaba. Corrió hacia su departamento e intento abrir la puerta pero sus manos temblaban a más no poder. Abrió la puerta encontrándose un silencio sepulcral, oscuridad total y olor a muerte. Camino, pero sus piernas perdían fuerza, intentaba serenarse pero sus ojos lloraban a mares y temblaba entero. Abrió la puerta de su pieza y encontró la peor escena que podría haber presenciado en su vida. Allí en el suelo de su habitación estaba Baji, muerto. Corrió a socorrerlo, pensando que algo podía hacer, su piel estaba fría, su mirada perdida y el suelo lleno de su sangre que ahora estaba oscura. Lloraba y gritaba llamándolo. Jamás pensó que Sanzu cruzaría aquella línea, no pensó que su amenaza llegara a esto.

-Solo quería derrotarlo, no quería esto—lo agarró y lloro en su pecho. Estuvo minutos, quizás horas con el cuerpo inerte de su novio. Se levantó y busco el celular de Baji. Solo había una persona que lo entendería.

**

Chifuyu tomo el celular y lo miro extrañado. Hace años que Baji no lo llamaba por lo que contestó temeroso.

-¿Aló?—silencio. Una respiración pesada se escuchaba del otro lado—¿Baji?—un llanto.

-Chifuyu soy yo, Kazutora—se puso en alerta ¿Por qué le estaba llamando del celular del pelinegro?

-¿Qué pasó? No me digas que…—temió la peor.

-Baji ha muerto. Está en nuestro departamento, te daré la dirección—no escucho nada más. El mundo se había detenido con aquella noticia ¿Baji? ¿Muerto? Un intenso mareo le sobrevino. Estaba en la oficina con Draken y Mitsuya, discutiendo las acciones a seguir. Draken lo atrapó en el momento justo mientras preguntaba el estado de su amigo.

-Debo irme—dio su única explicación y e fue corriendo por los pasillos, bajo por el ascensor hast el garaje. Allí estaba Inupi que lo vio descompuesto

-¿Estás bien?—pero Chifuyu no escucho. Torpemente intento abrir el auto pero sus manos no le cooperaban. Inupi lo tomo de los hombres y lo miro a los ojos. Solo así Chifuyu se derrumbó y lloro en los brazos del rubio. Le explicó a duras penas lo que había pasado y el de la cicatriz decidió acompañarlo. Le envío un mensaje a Koko explicándole la situación. El pelinegro de ojos rasgados farfulló al aire ¿Tenjiku sabía dónde vivían? Sin perder el tiempo le fue a avisar a su jefe quien estaba junto a Sanzu en la oficina. Mikey no podía creer aquella noticia. Baji keisuke era su amigo de la infancia, junto a los demás. Quizás en aquel momento habían tomado caminos distintos pero seguía apreciándolo igualmente.

-¿Estás seguro?—hablo el rubio líder.

-Llame a Kazutora para corroborarlo y me dijo que si. Lo encontró en su departamento—Mikey no hablo, no dijo nada, dejo la oficina sin mirar atrás. Sanzu miro a Koko y sonrió.

-Ni investigues su muerte, no vale la pena ¿Puedo confiar en ti, no?—Koko se quedó de una pieza. El sabía más que los demás, su fortaleza fue siempre recolectar información y sabía de los negocios sucios de Sanzu y la droga. Sabía que Kazutora había metido las narices donde no le correspondía ¿Pero llegar a esto? ¿Enserio? No quería correr peligro ni exponer a Inupi. Asintio y salió de la oficina con el corazón apretado. Fue directamente al departamento se su compañero.

**

Lo fueron a buscar al servicio médico legal. Allí dictaminaron que la causa de la muerte: múltiples balazo en el cuerpo. Chifuyu y Kazutora se hicieron cargo de los funerales y el resto de los gastos. Fue un velatorio sencillo, acudieron todos. Bonten y la Tokyo Manji a honrar a aquel hombre que había sido su compañero. Mikey se veía con la mirada perdida sentado al final de la sala. Takemichi estaba preocupado, creía que podía tener otra sobredosis por aquella noticia. Increíblemente se le veía calmado. Mitsuya y Draken fueron los grandes pilares de los demás. Siempre maduros y estoicos, cargaron el ataúd hasta la carroza fúnebre que lo llevaría al cementerio. Era un día gris y el peloteñido a penas respondía cuando lo llamaban. Pensaba en su novio, en su picardía, sus ojos almendrados y sonrisa fácil ¿Cómo habían llegado a aquel momento? Chifuyu se apoyo en Kazutora y Kazutora se apoyo en Chifuyu. Ambos compartían la gran pena de perder a un ser amado. Cada uno se arrepentía de algunas cosas y recordaba con gran alegría otra pero la duda que rondaba en sus cabezas eran distintas. El de ojos de esmeralda se preguntaba quien había podido asesinarlo en su propia casa. Aquel no era el modus operandi de Tenjiku, quien asesinaba en lugares desolada a destajo. Kazutora pensaba en quien hubiera elegido Baji ¿Él era más importante en el corazón de Baji? ¿O hubiera elegido a Chifuyu? Ya no lo sabrían, nunca más lo sabrían. 
Durante el entierro se tomaron de las manos  y no pudieron soltarse. Las nubes se acumularon en el cielo y un viento helado corrió entre las tumbas. La mayoría se habían retirado solo quedaban ellos en su dolor. Se fueron los dos y se quedaron en la casa de uno de ellos. No podían separarse porque pensaban que al hacerlo, Baji se iría para siempre.

-Es curioso que nos amaba a los dos, somos tan diferentes—reflexiono Kazutora.

-Quizás por lo mismo—

-Y los dos lo amábamos cómo locos—sonrió triste.

-Ni te imaginas cuanto—compartieron experiencias. Sus primeras veces, cómo lo conocieron, sus peleas, llantos, miedos y alegrías. De una noche a la otra se volvieron tan cercanos como mejore amigos. Los unía el dolor y el amor que solo podían entender entre ellos.

**

Mikey peleó con Sanzu. Ya no quería estar cerca de él no quería depender más de su persona. Sentía dolor cada vez que el pelirosa lo tocaba o le ofrecía una de sus famosas pastillas. Aquel momento en ese sótano sucio lo había cambiado, necesitaba más de Takemichi, respuestas, necesitaba sanar de alguna forma. Se escapó en una noche y se dirigió sin rumbo pero acabo en las afueras de la casa del pelinegro. Dudo, dudo  si dar aquel paso ¿Era realmente necesario? Sacó su celular y marco aquel número. Una, dos, tres, contestaron.

-¿Aló?—

-¿Takemichi?—

-¿Mikey?—silencio.

-Olvídalo fue una mala idea—iba a cortar pero el pelinegro le suplico que no.

-Dime ¿Qué ocurre?—el líder de Bonten lo pensó por unos minutos que al hombre del otro lado le parecieron horas. Con el corazón en la mano esperaba aquella respuesta.

-Estoy fuera de tu casa— A Takemichi se le seco la boca. Jamás ni en un millón de años había esperado aquello.

-Te abro—ese día Hinata estaba visitando a sus padres. Se quedaría allí un par de días, tendría la casa sola. Abrió la reja y lo vio allí, con la mirada triste y una sonrisa intranquila—pasa—entraron al domicilio.

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"Dolce vendetta"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora