Entre dos estrellas

05

—¿Y que Klaus? ¿ya no has visto nada?.

—Nada —dijo con comida en la boca.

—Seguro ya tomas tus pastillas para la esquizofrenia.

—Solo no eh visto nada. Yo sé que Cinco está enamorado.

—Estás loco.

—¡Cuando veas que tengo razón vas a suplicar perdón!.

—No hables con la boca llena.

—Tú me estás preguntando cosas, Allison.

—Tú las respondes.

—Cállense —habló Luther.

—No, tú cállate —le aventó comida.

—Déjame.

Apareció Cinco en la cocina.

—¿Porqué pelean?.

— Porque Klaus habla con la boca llena.

—Que asco.

—¡Buenos días! —entró Crayola.

—Buenos días —dijimos todos, incluyéndome.

—¿Ya no te duele Gray?.

—No, Klaus, ya no.

—¡Que bien!.

—Sí me duele, idiota.

Me reí.

—Gray, dile a tu hermano que no coma cómo animal.

—Klaus, deja de comer cómo animal.

—¿Que? Déjame. Anoche ví gatos que cantaban la canción del comercial del shampoo ese, obviamente iba a comer así.

Me senté en la mesa y segundos después Vanya y Diego llegaron.

—Oye Vanya.

—Dime.

—¿Me puedes enseñar a tocar el violín —preguntó Gray.

—¿Quieres que te enseñe? —sonrió.

—Eso dije. Tocas muy bonito y se me metió la idea de aprender, aunque sea un poquito.

—Te puedo enseñar en la tarde ahí estoy libre.

—Ok —se sonrieron mutuamente.

—¡Ya Klaus, no metas tu cabeza en el plato, que asco!. ¡Gray, dile que no lo haga!.

—Klaus, cálmate.

—Ok —se limpió la cara.

—¿Por qué a ti si te obedece?.

—No sé.

Después de eso. Se volvió a repetir lo de siempre, entrenar, estudiar y luego estar libre en la tarde. Eso pasa todos los días.

...

Estaba terminando mi tarea cuando ví que mi lápiz se había perdido, no lo encontraba.

—Niña, ¿tienes un lápiz que me prestes? no encuentro el mío —aparecí en su cuarto.

Al verme se rió.

—¿Que mierda te pasa?.

— Lo tienes en tu oreja —acercó su mano a mi oreja y el jodido lápiz apareció en su mano.

—¿Cómo llegó esa cosa ahí?.

—Ten —me dió el lápiz —Si se te vuelve a perder... ten —se dió la vuelta y tomó otro lápiz de su escritorio.