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—Si soy yo, pero ¿cómo terminé aquí? Y ¡¿qué hacía un señor despierto a las tres de la mañana?!.

—Supongo que salió a comprar algo, pasó por ahí y se lo encontró a usted y a la niña, que por cierto, ¿quién es?.

—Tú la conoces e-es... Gray.

—Saben que no pueden salir a esas horas.

—Nos la pasamos bien.

—Pues sea la que sea la razón por la que salieron, terminaron en el periódico. Posiblemente luego en las noticias.

—Un reportero salió en la madrugada por comida para su gato, ¿qué hacía de metiche espiandonos?.

—Los seguía, dé la vuelta —le dí la vuelta, estábamos los dos en una banqueta, en donde intercambiamos dulces.

—Estaba oscuro, casi no se nota que es la señorita Gray.

—Que bueno.

—¿Puedo hacer una pregunta?.

—¿Aparte de esa?.

—¿Está enamorado de su hermana?.

—¿C-cómo supiste?.

—Se les nota.

—... Me gusta, pero no me digas a papá, me mataría, nos mataría.

—¿Ya son...

—No. Aún no, intenté decirle anoche en el parque, pero se durmió y no me escuchó.

—No le diré al Amo que salieron, ni lo de su hermana.

—Gracias... ¿Sabes dónde está Cuchillos?.

—En la escalera, juega con Número Uno.

—Ok —me fuí.

—Luther, Cuchillos, hola.

—Hola, Enano.

—Hola.

—Oye, ¿ya viste que te confundieron con un muchacho en el parque?.

—Si, si, si, una pareja estaba en el parque en la madrugada y pensaron que eras tú y "tu novia" —se empezó a reír.

—Si era yo.

—¿Tienes novia? —Luther le pegó.

—Pues Vanya, sonso.

—Apenas se toman de la mano, que iban a ser ella.

—No era Vanya, y la niña no es mi novia, aún —susurré el final.

—Pues, ¿quién era?.

—Se quedarán con la duda porque no les diré.

—¿Allison?.

—No sé.

—¿Emily?.

—¿Quién es esa? —pregunté.

—No sé, solo lo dije.

—Gray tiene una sudadera igual.

—Hay Miles de niñas con sudaderas de ese color.

—¿Era ella?.

—No sé.

—Lo vamos a averiguar —me transporté a mi cuarto, hacían muchas preguntas.

Muchas ideas de poemas empezaron a surgir de mi mente, las anoté para no olvidarlas. Me dí cuenta de que la libreta que había usado era una de mis tareas, no la que usaba, empecé a buscarla y no la encontré, en eso recordé que la había dejado con Ben.

Entre dos estrellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora