Final

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Papá cerró la habitación, Pogo iba y veía con cajas que no supongo irían al ático o alguna parte bajo la casa.

Esa misma tarde fue su funeral.

Llegué casi al último.

Cuando iba saliendo de la casa, ví una mariposa rosa, dió vueltas en un árbol y luego voló sobre la casa.

Klaus dos flores en las manos, cuando me miró me dió una.

—Número ocho fue... alguien digna de la academia, al menos para el público, se defendía igual que cuando ustedes tenían ocho años, se logró adaptar rápido.

Dijo el viejo, sí, en lugar de decir que su cabello era bonito o algo así, dijo que para la gente era digna.

Pogo habló sobre que de ves en cuando iba a jugar cartas con ella cuando sabía que no hacía algo importante, o que le llevaba algo de comer cuando estaba todo el día en las cámaras.

Llevaron su cuerpo al mausoleo donde solían meter a Klaus, él no entró, decía que le incomodaba.

Ese día fue muy simple, Anne no fue a darnos clases o la hippie de música.
Me quedé sentado en una banca del patio, llegó Klaus aún con su Flor.

—Sabes que no había pasado ni siquiera una hora cuando se fue, tal vez ni siquiera llegó a media noche.

—El futuro es una mierda ¿verdad?.

—Y muy grande.

—¿Te duele mucho?.

—Ayer estábamos jugando UNO y, hoy ya no la voy a volver a ver nunca.

—Cada persona llega a ese punto, algunas más pronto que otras.

—Allí bailé con ella la vez que se había ido la luz, y por allá estaba ayer con... una mariposa.

De su mano sacó uno de sus collares, el que estaba hecho con hilo chino y un dije de una estrella plateada, me lo entregó.

—Lo dejó en la cocina el otro día, creo que te gustaría tenerlo.

—¿Me veré muy dolido si me lo pongo?.

—Puedes ocultarlo bajo tu camisa, que solo se vea el hilo —me sonrió, ese día ni siquiera me entraron ganas de insultarlo.

De entre sus cosas, logré rescatar sus libros, también leía romance, uno tenía un separador, se llamaba El jardín secreto, me había contado sobre él, le parecía muy lindo.

Lo empecé a leer desde el principio.

Sentí como caía algo sobre mí.

—Publicaron su muerte —apareció Diego.

—¿Por qué no tocan?.

—Mira, en una mano tengo mi leche de chocolate, en otra el periódico.

—"12:32 am del primero de enero del 2005, perdió la vida en una misión la resiente integrante número ocho, Gray Hargreeves en Nashville a causar de un material desconocido. De nuevo la academia Umbrella tiene seis integrantes" nunca fuimos a Nashville.

—Papá dijo eso, todos sabemos que murió a las doce y no a las doce con tanto, pero es su palabra contra la nuestra.

—Extraño a esa Crayola.

—Yo también, la casa se siente rara sabiendo que no está.

—Puedes llevarte esa cosa —asintió y se lo llevó.

Había veces en las que yo no comía, papá siempre me regañaba. Para que yo comiera, él usaba a Allison.

No podía dormir, extrañaba las veces en las que llegaba de repente a dormir conmigo. Volví a estar igual de solo que antes de que llegara. Ahora era aún peor, porque sabía que ella fue mi única compañía cercana a mi cuarto.

Entre dos estrellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora