Yoongi es un simple chico de preparatoria que sufre de acoso escolar de parte de algunos estudiantes por el simple hecho de ser un chico callado y desinteresado. A pesar de eso, no se deja intimidar.
Jin, mejor conocido como "El demonio de 1992" es...
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—¿Usarte?
—Tch, ¿Qué quieres de mí, Seokjin? ¿Porqué otra cosa es que me sigues?
—Yoongi, yo...
—¿Crees que no conozco a las personas cómo tú? ¿Crees que no he sido usado ya? Seokjin, vas a tomar lo que quieres y vas a irte.
Seokjin no podía verlo pero sabía bien que estaba llorando al sentir su rostro temblar bajo sus manos y aquellas lágrimas de agua resbalarse por sus dedos.
—Se que va a ser imposible que me dejes en paz sin que te dé lo que quieres por que las personas como tú siempre obtienen lo que desean, en cambio yo...
Un respingó corto su frase, volvió a hablar.
—Las personas como yo estamos destinadas a ser un fracaso, por que eso soy, un fracasad–
Una calidez húmeda se entreabrió entre sus labios, dulce y embriagador dibujo en cursiva una canción de amor que solamente su lengua sentiría, sus manos lo atrajeron a su cuerpo, apoyando sus palmas en sus omóplatos, besándolo con una pizca de necesidad y conmoción. Las manos del pálido que se empuñaban en el aire por haberlo tomado de sorpresa, fueron perdiendo su figura con delicadeza para estás caer cerca de su nuca.
Aquel muchacho, engreído al que había jurado jamás dejarle tocar un centímetro de su piel, ahora estaba comiendo su corazón en un banquete y Yoongi no hacía más que observar. Separó al chico de sus labios.
—¿Que quieres de mi?
—No lo sé, pero quiero descubrirlo...— Susurro sobre sus labios. Yoongi fue quién titubeó sobré estos, rozándolos levemente pidiendo más pero no teniendo el coraje para decirlo.
—Por favor— Susurró el menor. Devoró sus labios, sin ninguna duda había deseado eso por mucho tiempo.
Oyó una melodía repetitiva allí fuera, tres golpes se escucharon en la puerta.
—¡Hora de salir!
Yoongi se separó de su cuerpo, tapando su boca se acercó a la puerta y salió, salió de la casa y de aquel lugar que revolvía su cabeza. Sus piernas temblaron y comenzó a sentirse extraño. Corrió calles abajo, sin decir nada.
Seokjin nuevamente se encontraba solo en la acera.
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