Rage room

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La noche estaba siendo tan entretenida, habían terminado por perderse entre las miles de calles poco concurridas del barrio con cervezas en sus manos y miles de temas de conversación en el aire

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La noche estaba siendo tan entretenida, habían terminado por perderse entre las miles de calles poco concurridas del barrio con cervezas en sus manos y miles de temas de conversación en el aire. Era divertido salir a patear piedras con las personas correctas hasta que saliera el sol.

Todo lo que había durado la noche, los amigos del pálido habían bombardeado a preguntas al pelivioleta, como si al pasar aquel interrogatorio el chico fuera a ser aprobado para estar con su amigo. Yoongi simplemente reía ante cada pregunta y no decía nada sobre si estás se ponían incómodas que podían llegar a hacerle, las caras del pelivioleta eran fenomenales.

—¿Qué tan seguido te bañas?—Preguntó Jungkook. Aquel chico ya no sabía lo que decía, ya no contaba con sangre, si no que alcohol en sus venas.

—Me baño todos los días, al despertar y antes de irme a dormir. Por Yoongi me bañaría cinco veces al día, todas las que me pida.

—Ni siquiera se baña, no va a pedírtelo— Dijo Hoseok. Yoongi carcajeó junto a sus amigos y Seokjin simplemente sonrió divertido. Estaba disfrutando, estaba cómodo.

Entre anécdotas, chistes y reflexiones de vida, llegó el momento de despedirse. Hoseok y Jungkook se marcharon juntos al vivir por la misma zona, un abrazo a cada uno cerró la noche que viviría como un cálido recuerdo. Seokjin decidió acompañarlo a su casa a pesar de él vivir para el otro lado.

Al llegar a la puerta, tomó las manos del pálido en el porche pero este las soltó rápidamente. Seokjin se disculpó por lo bajo.

—Gracias— Pronunció bajo. Seokjin intentó saber a que se refería. —No por nada puntual, simplemente gracias por estar.

Sonrió con una felicidad creciente en su pecho. No comprendió como pero en un santiamén acabo por estar abrazado bajo las sábanas con el chico, no iba a negar que obviamente esperaba con todas sus ganas que el chico le pidiera que pasara lo que restaba del cielo diurno con él pero no iba a animarse a preguntar, sabiendo que el señor Min se encontraba allí. De igual manera, a pálido acabo por importarle un bledo y lo arrastro escaleras arriba.

Sabía que quizás lo acabarán regañando por no avisar a quien metía en la casa pero poco le importaba a esa altura del partido. Aún así, temía que cada vez que lo regañará su padre, más guardará dentro de él y no se desahogara con nadie. Besó su frente al tenerlo entre sus brazos, algo preocupado pero gustoso por el calor ajeno.

Durmieron hasta que el sol acarició sus rostros, poco a poco se aproximaba la hora de despertar para ir a estudiar pero aquello poco les interesaba. Al sonar la alarma, Yoongi la hizo callar estirándose sobre el pecho del pelivioleta y luego volvió a dormirse sobre este, como un gatito dormilón. Seokjin acarició su espalda bajo la tela, disfruto la vista de su cuerpo descansando sobre él, finalmente había logrado tenerlo así, tan íntimamente y tiernamente cerca.

Decidió volver a dormirse. Que se joda la escuela.

Unos repentinos golpes agresivos los despertaron rápidamente. Yoongi saltó de la cama y salió de la habitación.

¡1993 Forbidden Fruit! | JinsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora