Yoongi es un simple chico de preparatoria que sufre de acoso escolar de parte de algunos estudiantes por el simple hecho de ser un chico callado y desinteresado. A pesar de eso, no se deja intimidar.
Jin, mejor conocido como "El demonio de 1992" es...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sus manos se empuñaron para dispararse directamente hacía el buzón de la casa Park. No necesitaba que lo cuiden, no necesitaba que sus amigos lo rescatarán, él podía cuidarse sólo.
Bufó furioso al recordar su falta de control en la situación, rodeado de gente y quedando cómo un estúpido. Se hincó para refugiarse entre sus rodillas.
—Niño, vuelve adentro y patea su trasero.
Su vista subió por unas piernas largas y llegó a ese reconocido rostro.
—¿Qué? ¿Viste un fantasma?
Volvió a ponerse de pie en un santiamén. Alisó su ropa con sus manos y peinó su cabello.
—¿Qué haces aquí?
—Te ví salir como una niña malhumorada por la puerta y pensé que debía venir a animarte. ¿Por qué simplemente no le metiste un puñetazo en la nariz?
—¿Tú lo harías sabiendo la bestia que es?
Ladeó su cabeza, pensando.
—No realmente, mi rostro no puede lastimarse. De esto...—Apuntó su rostro, inclinándose hacía el pelinegro. —Depende mi vida.
—Sexual.
—Si, es muy sexy, lo sé.
—Me refiero a– Sabes, no importa.
Caminó lejos del pelivioleta, había perdido el enojo rápidamente por lo que se sentía cansado, necesitaba algo de aire. Seokjin caminó tras él con las manos tras su espalda. Rodearon la casa, llegando al patio trasero, Yoongi observó tras él.
—¿Me estás siguiendo?
—Ay no, cómo crees— Arrugó levemente su cara y miro sus manos.
Continuó caminando, sintiendo su pecho calmarse. Frenó, volteó.
—Deja de seguirme.
—No lo estoy haciendo, simplemente disfrutó el aire de la noche.
Comenzó a caminar un poco más rápido, el pelivioleta imitó sus pasos. Yoongi decidió correr hacía una punta, el mayor corrió tras él.
—¡Déjame en paz!
—¿De qué hablas?
Hoseok y Jungkook observaron divertidos aquella escena en el patio trasero de la casa. Seokjin corría tras el pálido, este se volteaba para gritarle y volvía a caminar. No pasó mucho tiempo hasta que el pálido comenzó a reír y disfrutar aquel momento.
