Azúcar

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Quería llegar a su casa y darse un baño que quizás con suerte lo ahogará en la bañera, no sentía su estómago en el mejor estado ni sus pensamientos en la mejor dirección

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Quería llegar a su casa y darse un baño que quizás con suerte lo ahogará en la bañera, no sentía su estómago en el mejor estado ni sus pensamientos en la mejor dirección. No se despidió de nadie, ni siquiera lo vieron alejarse, no podía pasar ni un minuto más allí dentro.

Los había visto desde la barra, maldecía tener la vista tan clara a pesar de jugar videojuegos desde temprana edad. Odiaba tener que ver con claridad como esos labios eran besados, como esas manos eran acariciadas y llevadas a otro cuerpo. Apretó su puños contra su cuerpo, no podía retener aquello a lo que no podía ponerle nombre pero odiaba sentirlo.

Salió por la puerta trasera pero a penas estuvo por dar vuelta en la esquina del callejón, una mano lo sostuvo de la mochila. Volteó golpeando a aquella persona por pura defensa propia, nunca sabía lo que podía esperarse en Nueva York a aquellas horas de la noche.

—¡Soy yo!

—¡Idiot, quién es yo!— Encendió la luz de su teléfono y alumbró la cara de aquel desconocido. Era el castaño, sosteniendo su ojo.

Lo había golpeado en el ojo.

Se acercó avergonzado por aquella reacción y sostuvo sus manos entre las suyas. Siseó sin saber que decir.

—Estoy bien, lo siento, es mi culpa.

—Lo es— Dijo el pálido alejándose y observándolo molesto.

Seokjin sonrió.

—¿Qué haces aquí?— Preguntó finalmente, queriendo haber hecho esa pregunta desde que lo había visto allí parado.

Rascó su nuca, exasperado.

—Yo, no podía hacer nada después de haberte visto allí. Quería saludarte.

—¿Para qué?

Seokjin frunció el ceño.

—Deberías volver con tu novia, debe estar esperándote— Volteó aferrando sus manos frías a las manijas de su mochila pero Seokjin hizo sus pasos frenar.

—Han pasado años, Yoongi— Habló. —Creo que somos lo suficientemente independientes como para por fin hablar por nosotros mismos.

—¿Por nosotros mismos?

—Si, todo lo que paso. Sé que lo recuerdas más que cualquiera de los dos, te he buscado luego de eso pero algo me hizo pensar que quizás debía darte tiempo.

—Seokjin— Alzó sus cejas esperando a que continuara. —Creo que no quieres tener esta conversación, sabes. Hemos crecido, no somos niños, ya no.

—¿Crees que porque éramos niños todo lo que pasamos no tuvo importancia?

—¿A qué vienes con esto? Seokjin, han sido años. Mírate, estás en pareja, te ves increíble y seguro tienes tu vida hecha. ¿Qué le pusieron a tu café para que te pongas así?

¡1993 Forbidden Fruit! | JinsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora