XV: Final

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¿Por qué destruir a cuatro muchachas inocentes?

Prefiero evitar las explicaciones estilo enloqueció de dolor y desesperación, estaba sediento de sangre. Aunque en parte así era, creo que al perderlo todo ya no tenía razones para controlar su monstruosidad.

Infiero que, con esos cuatro ataques, deseaba descubrir si habría podido salvar a su bailarina. En el proceso investigaría la fragilidad de la mente humana y la reacción del cuerpo ante venenos experimentales. También pondría a prueba las habilidades del Departamento de Investigación Criminal local.

Los resultados de ese proyecto fueron... decepcionantes.

Tal vez por eso decidió aceptar un empleo en la universidad a la que asistían los monstruos que asesinaron a sus dos hijas. Sonaba mucho más prometedor.

Lo que nos lleva de nuevo al presente.

Desde que nuestros caminos se cruzaron he deseado que vieran a través de mí. Estoy muy cansado de jugar a las escondidas y, para mi desencanto, todos mis colegas detectives se rindieron.

Veo que construiste un gancho con tu collar, mi joven pupilo. Forma una ele con él. Introdúcelo al costado de la primera esposa, del lado opuesto al que se abre. Empújalo hacia abajo y hacia adelante. Eso permitirá que se agrande lo suficiente para que escape tu mano.

He de confesar que me sorprendió que te inscribieras voluntariamente a mi clase, muchacho. Como si el destino hubiera estado esperando volver a reunirnos. Cerrar ciertos asuntos pendientes que quedaron entre ambos... desde la piadosa muerte de tu hermanastra.

Sé que nunca me consideraste tu padre, y me merezco esa indiferencia. Pero en el fondo me alegra que sigas en pie después de todo lo que nos pasó en esta casa frente a la playa. Tu madre estaría muy orgullosa.

Conseguiste un alambre más delgado, mi estimada pupila. ¿Recuerdas cómo usarlo de llave?

Bien... Conozco tu historia y sé cuán rápido puedes aprender si tu vida está en juego.

La verdad, me pareció muy oportuno que terminaras como mi alumna, siendo mi seminario opcional. El mundo es muy pequeño y todos estamos conectados.

Desde el primer día supe que había algo especial en ti, y no lo digo solo por el parecido físico entre ambos que hace creer a otros que somos familia.

Me gusta contemplar tu rostro y creer que así lucirían mis dos hijas si hubieran llegado a tu edad.

Quiero decirte que no te culpo por la muerte de tu mejor amiga. Fue mi error abandonar a esa niña sabiendo en qué se estaba convirtiendo.

Ahora que pueden separarse de esa columna y están libres de las esposas, les recuerdo amablemente que los explosivos bajo mi silla provocarán un derrumbe si me levanto. Así que sean buenos pupilos y esperen sentados en sus lugares hasta que su profesor favorito termine esta historia de monstruos.

El día de hoy he reunido a tres criaturas diferentes para cerrar un ciclo. No he venido a castigarlos en calidad de verdugo. Dediqué meses a rastrearlos y sembrar mensajes subliminales a su alrededor para que terminaran en mi seminario porque deseaba conocerlos. Comprenderlos.

Y hacerles una pequeña pregunta.

Dependiendo de sus respuestas les daré unos segundos para correr a la salida, antes de hacer estallar todo lo que me queda de humanidad y monstruosidad.

Díganme, mis estimados pupilos...

¿Cuánto tiempo creen poder controlar al monstruo que aparece cada vez que se contemplan al espejo?

FIN

Tres grullas negrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora