APRENDE A DIVERTIRTE (PARTE 3)

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―¡¡WOW~!! ―Fue todo lo que Eiji bramó antes de esconderse en sus brazos para soltarse del agarre.

―¡Aahhh~ yo~! ¡Lo siento! ―Reaccionó Mateo cubriéndose los labios como un reflejo. ―¡De verdad no esperaba que te gustara Sayu~!

―¡¡Qué no me gusta!! ¡No me gustan las mujeres! ―Exclamó Eiji queriendo ser claro, pero estaba tan nervioso por la situación reciente que perdió el hilo: ―¡Y no me mal entiendas! ¡Claro que también soy~! ¡P-pe-pero eso no significa que me tienen que gustar todos~! ¡¡Aah~ Pero claro que eres increíble, para nada eres el problema!! Es sólo~ ―Se agotó emocionalmente mientras Mateo lo veía con una sonrisa triste.

―Está bien, está bien, no tienes que explicarte. ―Dijo su maestro sin intenciones de acercarse todavía. ―Yo también me apresuré, creo que primero debí preguntar si tenías a alguien en tu vida.

―¡Pero tampoco tengo a alguien, más bien~! Son muchas cosas, no me puedo dar la oportunidad de amar, aún. ―Y a decir verdad, los Noriko tenían un motivo de salud por el que no se permitían besarse tan despreocupadamente...

―Ah, es cierto, el primer año de secundaria puede ser agotador, y más en una escuela tan loca como Norrisville High. Y con tu situación familiar... Lo siento, escuché tu conversación con Kaz de aquella vez.

―Está bien, soy yo quien en verdad lo siente. ―Suplicó Eiji haciendo una reverencia.

―¡Ey, tampoco hay necesidad de bajar la cabeza! Me basta con que podamos ser amigos, lo que sea que hagas de aquí en adelante, te apoyaré, incluso si al final te fijas en otro chico.

De todas las formas en las que pensaba formalizar su amistad con Mateo, nunca creyó que sería de una forma tan incómoda. Con una sonrisa triste, Eiji le ofreció la mano a Mateo en señal de paz.

―Y bueno, creo que es mejor terminar la clase por ahora, nos vemos el próximo viernes. ―Sugirió Mateo con las manos en las caderas.

―De acuerdo, tienes razón, no estoy acostumbrado a estas cosas.

―Está bien, estaré esperando hasta el viernes, mejor no hablemos de esto con los demás.

~~~

Eiji no caminaba a casa, corría con la cara roja y el pulso acelerado, estaba demasiado confundido y aturdido, nunca en su vida esperó una confesión de este tipo, de hecho, ni siquiera se esperaba una confesión en toda su vida. Y la verdad no entendía por qué Mateo le echó el ojo si sólo hablaban los domingos, sólo fueron tres días de plática...

     Tres días en los que Mateo sólo preguntaba por la vida de Eiji, preguntaba el cómo veía a sus amigos y luego sus gustos, preguntaba por su semana, preguntaba insistente el verdadero motivo por el que se inscribió a las clases de baile...

¡Incluso le preguntó si le gustaba Randy! ¡Esto no podía ser!

Esta vez Eiji reconoció que no le faltaba nada para la residencia Cunningham y aceleró como si tuviera el traje puesto. Con llaves en mano sólo abrió la puerta y al entrar azotó sin pensar.

―¡¿Eiji chan?! ―Fue Chie quien lo recibió aturdida por el impacto, por dirigirse a las escaleras fue que interceptó a su primo, luego revisó la hora en su celular. ―¿Pasó algo? Saliste más temprano de lo normal.

Eiji sudaba frío y sólo preguntó:

―¿Dónde está Randy?

―Sigue cenando. ―Dijo puntual a que se oyeran tres voces preguntando por lo que pasó.

―¡Eiji ya volvió, un disculpa, se le resbaló la puerta cuando tropezó! ¡Oye! ―Y Eiji aprovechó que no habría nadie arriba para cargar a Chie en su hombro y llevarla consigo al cuarto de Randy.

El Trío TotalWhere stories live. Discover now