-Vista-

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Pasa la mano por su boca aunque le cause dolor, prefiere ensuciarse la mano que probar el sabor de su sangre.

¿Qué imbecil se cae mientras se mira los pies? Con la vista nublada hasta tu propio reflejo se ve confuso.

Entrecierra los ojos, quiere enfocarse en como se ve su cabello y no perder su poca atención en sus ojos, no quiere que llegue su madre y su cabello no le dejé disimular bien. Además, no le gusta su color, ese azul turquesa intenso que tanto repudia, al menos combina bonito con las ojeras en debajo de estos.

—Au... —peino su cabello y ahora que trata de lucir más consciente es como si su cuerpo también quisiera "ayudarlo", el alcohol disminuye y es ahí cuando percibe el dolor en su muñeca.

Además de pegarse en la cara con el mueble que detuvo su caída, cayó sobre su muñeca, ahora resulta que también se lastimó esta. Espera que no sea muy grave para llamar la atención o que le cause problemas para hacer sus cosas con normalidad. Debe de aprender a caer de otra forma.

Escuchó la puerta abrirse aún desde la habitación de sus padres, una fea habilidad que le ha salvado de muchas.

Es su madre, siempre deja las llaves colgadas a lado de la puerta después de cerrar, luego deja lo que lleva en su manos en la mesita de la sala, pero como fue de compras pasa directo a la cocina.

Se palmea el rostro con ambas manos, luego abre los ojos para comprobar que tan mal se ve, como si así mejorará su vista. Debe ir al baño para lavarse bien la pequeña herida de su labio y revisar  toda su apariencia en general, no le preocupa; puede decir que solo se mordió los labios sin darse cuenta hasta que se lastimó, podía soportar los regaños por lastimar la resequedad de sus labios.

Se puso recto y comenzó a caminar de manera normal. Su madre le llamó y contesto con esa voz tan bien practicada, disimulaba para que el nivel de alcohol que lleva encima solo parezca cansancio.

¿Por qué tanto drama si ya no es un puberto en otro de sus "intentos para llamar la atención"?

Hay dos razones: primera no quiere preocupar a su madre ni hermana, y segunda, de forma indirecta metería en problema a su hermano. Todo esto como siempre resultado de su padre, nunca ha sido sencillo vivir con Enji. Necesita un lugar donde vivir y que alguien le siga dando dinero para la universidad y para sus gustos de forma general. Gustos como el tatuaje oculto que tiene, también los cigarros y las botellas de alcohol que acababa de beberse.

Como su madre no le dijo nada más  pudo seguir su camino hacia su habitación. Lo mejor ahora es fingir que vuelve a dormir.

—Touya ¿No tienes hambre? Baja a comer. Toya, no voy a calentar otra vez.

La verdad si tenía algo de hambre, pero está muy seguro por como se mueve el techo de su habitación, que si intenta ir a comer, solo terminará deslizándose o rodando hasta al final de las escaleras.

Poco a poco empieza a sentir los ojos más pesados, sonríe sabiendo que con una siesta se le bajará la borrachera y no tendrá que bajar a comer.

Toda calma se va en un parpadeó.
Su hermano lo miraba inexpresivo, aunque Touya sabe mejor que nadie que en realidad es una cara molesta.

"¿Por qué está tan jodidamente oscuro?"

Shoto lo sacó de su confusión con un almohadazo en la cabeza.

—Ahhh...Mocoso grosero —le dolía un poco la cabeza.

Shoto sonrió ligeramente, pero eso no quitaba del todo su molestía, así que levantó la mano dispuesto a darle otro almohadazo a su irresponsable hermano.

—¡Ya, ya! ¡¿Qué demonios quieres?!

—Que bajes a cenar. Pero primero lávate la boca o haz algo, aún hueles a alcohol —se quejó frunciendo la nariz.

Touya rodó los ojos, hizo un puchero irritado; no quería levantarse. Tomó la almohada y alcanzó a golpear a su hermano antes de que saliera por completo de su habitación. Pudo ver como Shoto se tensó con la almohada que lo golpeó en la nuca. Se giró a tomar la almohada, miró enojado a Touya, y camino directo hacia él. Touya se levantó lo más rápido que su cansado cuerpo podía para escapar de su hermano; corrió hasta llegar al baño donde se encerró.

Después de asegurarse de oler mejor, se dirigió al comedor para cenar, llegó hasta al final de las escaleras, desde ahí se asomo lentamente para verificar quien estaba en la casa.

Vio el saco de su padre en el sillón más cercano a la puerta, Shoto venía de la cocina con un plato en cada mano, también escucho la voz de su madre desde la cocina. Nada fuera de lo "común".

No le quedó más opción que acercarse y sentarse a comer. Su mirada coincido con la de Shoto cuando sintió que este lo miraba, le dio una pequeña sonrisa que era obvio de desagradó. Shoto frunció las cejas y arrugó la nariz, ambos sabían lo que significaban sus gestos, por lo que después de mirarse manteniendo sus gestos, rieron suavemente.

—¿Pueden comportarse para cenar?

La voz de su padre interrumpe su juego de señas y hace que Touya ruede los ojos.

Su madre espera a que todos comiencen a comer para hacerlo ella, es su propio ritual, le gusta ver la expresión suave de Shoto al comer y como Touya abre los ojos con el primer bocado. Hace mucho que no recibe cumplidos por su comida, por eso intenta disfrutar de esos breves segundos antes de comer.

—¿Cómo te fue hoy Shoto? —intentó Rei como casi todos los días hacer tema de conversación con su hijo.

Shoto gira a mirarla con el bocado en las mejillas, inclina su cabeza, pensando que cosa interesante comentar a su madre.

—Midoriya acepto una competencia con Bakugo en el parque. Ganó con un poco de diferencia, quise competir yo también, pero Bakugo estaba muy enojado. Al menos conocimos a sus otros amigos —relató con voz serena, se alzó de hombros cuando los demás en la mesa lo miraron confundidos, y siguió comiendo.

—Eso suena divertido —contestó risueña su madre. —Tú podrías iniciar la competencia la próxima vez y así participas las veces que quieras.

Touya iba a quejarse de lo absurdo que había sido eso. Shoto no era un niño, podía ser muy independiente e inteligente, por mala suerte era la contrario socialmente. Entendía que esto era por los acontecimientos en su corta vida, aún así siente que debió ayudarlo más con eso. Se lo compensaría después.

Después de pensarlo mejor, le daría un par de consejos, pero un exhalación a su lado cambio totalmente su ánimo.
Giro a mirar a su padre con molestia.

—¿Algo te molesta? —dijo disimulando el tono brusco de su enojo.

—En absoluto —respondió Enji de la misma forma, haciendo que Shoto y Rei intercambiarán miradas incómodos.

—Pues a mí me parece que sí ¿Tienes algo que decir? —antes de que su padre pudiera decir algo continúo alzando su tono de voz. —Claro, escuchar nunca ha sido tu fuerte, no necesitamos que lo niegues ¡Ya tenemos suficientes pruebas!

—¡Touya! —intervino su madre.

—Estuvo deliciosa la cena —dijo Enji levantándose de su lugar, llevándose su plato. —Más te vale no volver a hablar así, sobre todo de eso —hablo muy bajo hacia Touya, después se fue a la cocina y finalmente se fue a su habitación.

Segundos después Rei se levantó, una lágrimas eran visibles aunque intentará cubrirlas con su cabello, se dirigió a la cocina y no salió de ahí.

—¿Por qué siempre tienes que ser tan hiriente? —susurró Shoto y siguió comiendo.

"Lo siento" pensó. Ambos se quedaron ahí en silencio.

Apocalypse • DabiHawks Donde viven las historias. Descúbrelo ahora