MISCHIEF |LOKI LAUFEYSON|

01.

Golpeteaba la mesa nerviosamente en la sala de juntas. El sonido de sus uñas contra el cristal y algunas platicas de fondo era lo único que hacía ruido en el lugar.
Miraba a los demás en la sala con cierto nerviosismo, al menos hoy sus ropas eran más casuales que el día anterior y por esto nos podemos referir a qué no hay capas, trajes metálicos que lanzan lásers, o incómodos uniformes entallados de cuero.
La espera la estaba aniquilando en desesperación. Ser impaciente no es su rasgo característico pero en esta situación sería imposible no estarlo.

Era su primer junta oficial como una vengadora, con un villano real y con personas realmente poderosas.

— Te cortaré esas uñas en cuanto salgamos de aquí, no soporto ese sonido.

— Lo siento, Nat. — le contestó bajando su mano para entrelazarla con la otra encima de su regazo.

— ¿Son los nervios? — asintió volteando a un lado, que era donde estaba sentada la pelirroja. — Aún tengo migraña, solo evita los sonidos agudos cerca de mí el resto de la tarde.

Comenzó a jugar con las cutículas de sus uñas solo mirando fijamente al techo, para su alivio la puerta ya no tardó en abrirse de par en par y mostrar a dos hombres bien vestidos. Nick Fury y el hombre de metal.

— Espero que no me extrañaran tanto. — anunció con una sonrisa burlona en cuanto estaba al frente de todos.

Sacó un maletín que rápidamente se extendió mostrando una serie de hologramas en forma de diapositivas táctiles.

— Tú. — señaló al rubio que estaba al final de la mesa.— Ricitos, les he convocado para que podamos acordar que haremos con tu "adoptado" — hizo comillas en el aire dándole énfasis. — y muy rebelde hermano menor.

— Loki ha sido engañado y manipulado al antojo de un ser más poderoso que nosotros, si bien merece un castigo, debemos tener eso en cuenta. — respondió.

— ¿Entonces cometió asesinato en masa y destruyó media ciudad por qué estaba siendo "manipulado por unos alienígenas"?— contestó el de traje remarcando las comillas nuevamente.

— No me gusta ese movimiento con los dedos. — dijo señalando a Stark.— Les estoy diciendo la versión que me ha dado mi hermano y si bien es ambicioso, también es un hecho su palabra.

Todos le miraban con la espera de que respondiera algo más, un argumento válido en defensa del pelinegro.

— No puedo llevarlo a Asgard, si es lo que planean.

— ¿Y por qué no? No podemos tener a un psicópata asesino merodeando en la tierra como si nada.— habló Fury esta vez. — ni encarcelado en nuestra mejor celda podría asegurarnos que ya no es una amenaza.

— Pero no ha sido su culpa, es una víctima de los deseos de alguien más.— hizo una pausa para mirarnos y siguió.— Él está arrepentido, incluso algo aturdido por la situación.

— Loki es un peligro, manipulado o no, no sabemos lo que puede llegar a hacer si regresa a tomar el poder del teseractor.

— El teseractor es una amenaza en manos de cualquiera. Puedo llevar el teseractor a Asgard, allá estará completamente seguro bajo el resguardo de mi padre.

— Perfecto, también llévate al maniático entonces.— propuso Clint.

—Mi padre lo juzgará severamente y muy poco le importará si ha sido controlado o no para hacer aquellos actos.— explicó. — No lo llevaré a Asgard, es un hecho.

— Pues en la tierra no lo queremos.

Thor y Stark parecían concursar por quién tenía la mirada más desafiante, el ambiente era sin duda incómodo y con una tensión espesa, ni siquiera Steve Rogers se atrevía a hablar.

— Si el teseractor estará en Asgard y Loki cometería prácticamente suicidio si va allá, entonces no sería tan catastrófico que esté encarcelado aquí. Hay una versión similar de la jaula donde lo retuvimos la primera vez, en lo que reparamos la otra, podría estar ahí. Si no tiene su cetro y su magia solo son ilusiones, no debe ser un problema con la vigilancia correcta. — habló Aurora, intentando apaciguar el ambiente.

No quería al maniático en su planeta, pero si realmente había sido víctima del control mental y la manipulación, sería injusto que fuese juzgado en Asgard a sentencia.

— Están dementes. — espetó Bruce.

— Yo no tendré a un Dios furioso en mis cuarteles, Aurora.

— No está furioso, está confundido y aturdido, se le ve severamente arrepentido también. — volvió a responder Thor en defensa de su hermano. — Solo hasta que se pueda aclarar mejor el asunto en Asgard y que el pueda estar allá sin que su vida corra algún riesgo.

— A él no le importaron las vidas de los habitantes de Nueva York.— replicó Fury.

— Por eso estará prisionero. Sin sus armas es básicamente inofensivo. — dijo Thor, dudando de sus propias palabras.

El rubio sabía que en efecto tener al pelinegro en la tierra podría ser un peligro, pero confiaba en la palabra de su hermano y podía ver verdadera angustia y arrepentimiento en su mirada, si Loki le dijo que había sido utilizado vilmente, así es como pasó.
El amor le podía cegar, pero en el último encuentro, Thor se fue creyendo que había muerto, no podía arriesgar su integridad y que sea juzgado por Odín si es que él no tuvo intenciones reales tras sus ataques.
Al menos por ahora no podía llevárselo.

— Solo será un corto tiempo. — habló casi en súplica, pero es un Dios, no podía llegar a ser una realmente.

Fury levanto sus manos rindiendose, Stark bufó y talló su frente con cansancio.

— La tierra va a extinguirse en un santiamén si estas son las decisiones del grupo más poderoso del planeta. — habló con sarcasmo Fury antes de salir.

Nadie más del equipo emitió su opinión realmente, no parecían estar demasiado inmersos en la problemática.
Así que uno a uno se fue levantando para irse.
Pero no sin antes de que Antony señalará a la joven rubia y decirle.

— Cómo demuestras dar tan buenas ideas, tú te encargarás de la vigilancia de cuernitos e informaras sus movimientos en lo que Thor entrega el Teseractor en Asgard. — sentenció y se retiró.

— Vaya lío en el que te has metido, Aura.— le dirigió Natasha y se fué, dejando a Aurora sentada y con cierto estrés invadiendole.

— No tardaré en Asgard, lo prometo. — sonrió Thor mientras la tomaba por el hombro y también salía.

Nunca debió abrir su bocota para opinar en algo que apenas y le concernia.