09 - NIDO

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Les encontraron, dieron con ellos tras dos días de búsqueda y seguimiento, y por fin los tenían al alcance. Arashito estuvo sin decir absolutamente nada, viéndoles reír y festejar su última hazaña, y eso, le hizo sentir más furia.

DLC, apoyado en un árbol, terminó de colocar las plumas de su sombrero de ala ancha, se peinó y se vistió con él, miró el cielo, tan claro como siempre allí en el piso 47. Suspirando el silencio, hinchando sus pulmones con ganas, miró de reojo a su compañero.

—¿Cómo lo hacemos?

—Tú por delante —pareció susurrar siniestramente Arashito—. Yo por detrás.

—Oído —afirmó DLC recogiendo el arcabuz del árbol donde estaba.


Podía escucharles hablar entre risotadas mientras se acercaban y negaba por ello, pues parecía que no habían tenido suficiente. El soldado de tercio suspiró con lástima, les dieron una oportunidad que pocos habían tenido, prácticamente, volvieron a nacer, y siguieron en su misma línea.

Y aquello sí que era algo que no podía tolerar. Los reincidentes. Por eso entendía perfectamente cómo estaba Arashito, y así debía sentirse el samurai, pues al levantar DLC la mirada al cielo, escuchó a aquel grupo comentar cómo se había encapotado de pronto el sol.

—¿Llueve en este piso, Rosalia?

—Parece que sí, ¿no ves las nubes?


DLC salió de detrás de su escondite, aquel enorme abedul, subió un par de pasos la colina y acomodó la postura con el arcabuz cruzado entre sus brazos. Con su simple aparecer, les dejó de piedra.

—Bueno, bueno, bueno, bueno... —sonrió el soldado de tercio—. Mira a quién tenemos por aquí...

—¿Qué quieres, hispano? —le preguntó uno de los miembros de aquel gremio.

—Quería preguntaros algo.

—¡Ah, ¿sí?! —se adelantó la líder con cierta furia—. ¡¿El qué?!

El arcabucero entrecerró los ojos mintiendo pensar.

—Estaba preguntándome... ¿No conoceréis a una meniña encantadora con un par de coletitas? Sí, con un vestido rojo y morado —DLC vio a alguno tragar o abrir los ojos—. Que lleva un dragón emplumado en la cabeza —les echó otro vistazo a todos, dejándolos mudos—. ¿No? Carallo, mierda de suerte la mía... Nunca saben a quién se refiere uno, compañero.


La tempestad que ocultó el cielo tronó gravemente y un rayo les cayó detrás, haciendo que se girasen.

—No... —gruñó Arashito irguiéndose—. Parece que sufren de amnesia.

—¡¿Q-Qué queréis...?! —preguntó uno de los miembros del gremio aterrado.

—Creíamos que alguien os dio un toque —DLC torció la boca—. Parece que no os sirvió de mucho... Hay que joderse —el arcabucero miró sonriendo a su compañero—, ¿te has fijado? Nosotros cazando tontos y teníamos el nido aquí.

Rosalia, la líder, miró al samurai y le gritó.

—¡¿Por qué no nos dejáis en paz?!


Arashito dio un paso, haciendo retroceder a los ocho miembros de Mano de Titán.

—Curiosa pregunta, Rosalia —aquella se tragó su exclamación—, pues alguien te ordenó eso mismo hace un tiempo...

Sword Art Online - INKTOBER 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora