10 - IRRITABLE

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Para cuando los problemas con el Ataúd Risueño llegaron a ser insoportables, la Hermandad de Sangre llegó a un acuerdo con los demás gremios en el que se aprobó el realizar acciones contundentes contra ellos. Tras una etapa en la que morían casi más jugadores a manos de aquellos asesinos, que contra los bosses de piso, la gente se puso en pie y dijo basta.

Pero, ¿quién tendría valor de enfrentarse a unos alguien que no tenía ética ni moral alguna y mataban por el simple hecho de divertirse?

Por eso le encargaron a ellos dos, una representante del gremio y un antiguo solitario, que se encargasen de conseguir a ambos.

Personas de convicciones firmes, poseedores de una vocación de ayuda a los demás, comprometidos con la causa de sacarles de allí y que repudiaban las actividades del Ataúd Risueño.

Decirlo era fácil, conseguirlo sería harina de otro costal.


Tuvieron que moverse hasta un pueblecito no muy grande que estaba dentro de lo que llamaban "territorio hostil", uno de aquellos lugares en los que las reglas de un pueblo seguro no existían pues los jugadores podían atacarse en las propias calles como si estuvieran en cualquier campo exterior.

En aquel piso, y lo que escucharon de otros jugadores que vivían allí, era un lugar donde sentirse seguro.

—Viviendo aquí la Espada de Tormenta y el Hispano, ¿quién se atrevería a cometer un crimen? Funcionan mejor que el Ejército de Liberación de Aincrad. Solo los necesitamos a ellos. Y vivimos bien.


Esas fueron las palabras del tendero que les dio algo de comer. Asuna se terminó su bocado y apenó el gesto al quejarse.

—No me gusta estar en un sitio como este. Se respira la sospecha.

—Todo está muy tranquilo —sonrió Kirito—. Deben hacer bien su trabajo. Te dije que podíamos contar con ellos.

—¿Y cómo los vamos a encontrar? —le preguntó Asuna.

—No va a ser tan difícil...


Al señalar el chico una calle adelante, vieron a DLC caminar sin aparente preocupación, con su sombrero de ala ancha característico y su arma cruzada sobre sus brazos.

—Vamos —animó el Espadachín Negro a la chica.

—No va a salir bien... —se temió Asuna poniéndose en marcha.



El arcabucero se paró frente a un puesto cuya responsable había hecho algo de fortuna vendiendo tintes para ropas y armaduras, lo que permitía personalizar a los jugadores su aspecto. Para cuando Asuna y Kirito se le acercaron, le escuchaban preguntar.

—¿No tienes uno intermedio entre este verde y un gris pradera?

—Lo siento, señor, no he podido encontrar un tinte verde tan oscuro —se disculpó la chica del puesto.

—No me convence el color que tiene el sombrero... ¿Qué me remendarías? —preguntó DLC con una tenue sonrisa.

—Creo que ese color entre gris con cierto toque azulado no te queda mal.


El soldado de tercio reconoció en parte a quien le dio su opinión. Girándose lentamente y ver a aquella pareja de chicos, suspiró apartando los ojos.

—La madre que me parió... —DLC volvió a mirarles—. ¿Es que no nos vais a dejar en paz?

—Solo queremos hablar contigo y con Arashi —dijo Kirito.

Sword Art Online - INKTOBER 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora