El grupo se formó en Lanús, provincia de Buenos Aires, República Argentina a mediados de 1991. Adrián Rodriguez (o D’argelos, nombre artístico que tomo el líder de la banda) se había ido a Inglaterra a estudiar arte, cosa que nunca hizo (ni siquiera entró a la universidad una sola vez), allí vió el movimiento de bandas como Stone Roses y se dio cuenta que en Argentina el rock se había envejecido y que no había propuestas nuevas.
Adrián vuelve y decide componer una banda, que estaría formada en un primer momento por Adrián D’argelos (voz) - ex Rosas del Diluvio y X-Tanz -, Diego Uma (hermano de Adrián y por ende también Rodriguez, en percusión y guitarra), Uma-T (teclados) - ex integrante de la banda de Daniel Melero -, Diego Castellano (batería) - ex Club Nocturno - y Gabo Manelli (bajo) - ex Juana La Loca y Los Brujos -. Cuando ya estaban a punto de grabar el disco se une Mariano Roger Sónico Domínguez (guitarra) - hijo del actor Rolo Puente.
El nombre de la banda nació tanto como homenaje al gurú hindú Sai Baba como a la modernidad encarnada en el famoso dibujo animado de Los Supersónicos.
Desde el comienzo se acercaron a la corriente ácida de fines de los ‘80, conocida como movida “sónica”, de la que también forman parte Juana La Loca, Tía Newton (hoy Carca), Los Brujos, Peligrosos Gorriones, etc. En 1991 comenzaron sus presentaciones dentro del circuito under. Hacían recitales que lograba atraer una gran convocatoria. Esto hizo que la prensa no pueda obviar a esta banda para la época y para el rock nacional en general.
En medio de un optimismo Menemista, en donde la gente confiaba en el gobierno y tenía esperanza de una mejora, las discográficas ven a esta banda como el negocio perfecto, por lo que consigue un contrato inmediato. Entre marzo y mayo del año siguiente se recluyeron tres meses en una quinta de Ezeiza donde grabaron su placa debut, editada en noviembre del ‘92 por Sony Music. El título del trabajo fue “Pasto” e ingresó a las radios de la mano de su éxito “D-Generación”. Dedicado a Sai Baba, el disco incluyó 20 temas que mezclaban las inquietudes filosóficas del grupo con una estética cambalachesca, logrando buenos resultados. Un trabajo caótico y armonioso al mismo tiempo, que tuvo como artistas invitados a Daniel Melero y Gustavo Cerati.
A fin de año, para confirmar la buena relación que tenían con éste último, se presentaron como teloneros de uno de los conciertos que Soda Stereo dio en el Estadio Obras Sanitarias de Buenos Aires al lanzar Dynamo. En mayo de 1993 participaron en el Primer Festival Alternativo de Rock Córdoba ‘93 y en octubre tocaron en Prix D’Ami. Muy pronto llegó 1994 y apareció la necesidad de un nuevo trabajo, así fue como decidieron instalararse una vez más en una quinta para grabar con el estudio móvil de Mariano López.
Para esa época se incorporó Pegynn, destacado disc jockey que aportó texturas nuevas a la música ya creada. Babasónicos se convertiría en la primer banda Argentina en tener un Dj como integrante fijo. La mezcla se realizó en Moebio.
En marzo del ´94 fueron, junto a Los 7 Delfines y Soul Assylum, el grupo soporte de INXS en su tercera visita a la Argentina.
El recital fue en el estadio de Vélez Sarsfield ante 35000 personas. Un mes más tarde, exactamente el 8 de abril, fue el turno de Depeche Mode por estos pagos como parte de la “Devotional Tour”. La cita también fue en el estadio de Vélez Sarsfield y Babasónicos, reemplazando a Fabiana Cantilo, compartieron el escenario con Juana la Loca como teloneros. En esa oportunidad asistieron 17000 personas. En mayo editaron, otra vez por Sony Music, “Trance Zomba” (al lugar metalizado). Este disco los consagró como unas de las bandas del momento. El disco contenía himnos para la tribu sónica como Montañas de Agua, Malón, Poder Ñandú, Ascendiendo, Patinador Sagrado, y por supuesto Sheeba Baby.
Se distingue el roller boogie y ritmos sónicos por excelencia, ritmos que los distinguirían de cualquier banda nacional. El disco fue grabado con mucha experimentación, por ejemplo dicen que Gabo grabó el bajo metiendo el amplificador dentro de la chimenea, y captaban el sonido con un micrófono que caía de la chimenea.
