Vídeos

7 0 0
                                    

Alexander

Me planto delante de la habitación del hotel donde Cassie me ha dicho de vernos.

Desde que se fue esta noche, dejándome solo en uno de los pasillos junto con Joaquín, no he parado de reñirme por lo que hecho. Por ocultarle la verdad de esta forma tan vil, centrándome en lo que ha dicho.

<Si ambos no podemos llevar una relación honesta, no deberíamos estar juntos>

Puedo y quiero llevar una relación honesta. Puedo hacerlo. Quiero hacerlo.

Ni siquiera entiendo por qué se lo oculté en un primer lugar. ¿Miedo a que supiera la verdad? ¿Miedo a que pensara que la había reemplazado? No podría. No hay nadie que pueda reemplazarla. Ninguna mujer puede. Toco la puerta con cuidado, avisándole de que estoy aquí. ¿Veré a Elizabeth? ¿Estará esperándome? ¿Podremos hablar? Mi lado irracional quiere cogerla y llevarla a casa, conmigo, pero mi lado racional quiere darle su tiempo, no agobiarla.

La puerta se abre, dejándome ver a una Cassie cautelosa, cerrando la puerta de la habitación con cuidado.

—Hola —saludo.

—Ven —tira de mí, sacándome del pasillo hasta llegar a una pequeña terraza, ignorándome —Elizabeth me lo ha contado todo.

—¿Cómo está? —pregunto —yo no quería...

—Escucha. Siempre he sido reacia a que vuelva contigo. Creo que ya tiene bastante con lo que ha experimentado como para volver, pero está enamorada. No ha podido olvidarte en cinco años, y no seré yo la que le diga nada.

—Gracias —contesto con sinceridad —ha sido una auténtica gilipollez lo que he hecho —me paso las manos por la cara —¿por qué narices no le dije la verdad? Si le hubiese dicho la verdad nos habríamos ahorrado todo esto.

—¿La quieres? —la miro, ¿de verdad me está preguntando esto? —¿la quieres de verdad?

—Claro que sí. La he amado desde que la conocí, y lo sabes.

—Antes éramos más jóvenes. Tus actitudes las veía monas en ese momento. Ahora, con más de veinticinco años, lo que has hecho, me parece de persona inmadura y que no tiene muy claro lo que siente. Por eso te lo vuelvo a preguntar, ¿la quieres de verdad?

—Sí. La quiero de verdad. La quiero de forma honesta y plena. Nunca he podido olvidarla, siempre venía a mi mente. Un recuerdo, una imagen...Durante cinco años, cada día.

—Te creo. He estado en contacto con Michael algunas veces, y me contaba algunas cosas, entre ellas, como la echabas de menos —suelta todo el aire de sus pulmones —te quiero dar esto —me pasa un Pen-drive, dejándome mucho más confundido —Elizabeth va a matarme por darte esto. Ella cree que borró todos los videos, pero yo guardé una copia, porque son demasiado importantes como para tirarlos. Sé que me lo agradecerá en un futuro, aunque al principio quiera matarme.

—¿Qué es?

—Míralos —me sonríe, dándome unas ligeras palmadas en el hombro —espero verte mañana en la fiesta de fin de año, Alexander.

Se va, dejándome solo en esa pequeña terraza, mucho más confundido que antes.

¿Qué significa todo esto? ¿Por qué me ha dado un Pen-drive? ¿Qué hay dentro?

Ha dicho que Elizabeth la va a matar en cuanto se entere. ¿Acaso hay algo que ella no quiere que yo vea? ¿Debo respetar sus deseos o aún así verlos?

Mierda.

Llego a mi apartamento, con el ánimo mucho más decaído que antes. Me hubiese gustado que Elizabeth viera nuestro apartamento, que recorriera mi estudio de pintura, que está lleno de sus cuadros. Que durmiera en mi habitación, abrazada a mí para resguardarse del frío que pase por tener la terraza abierta en plena noche. Que admirara las vistas que hay desde la vigésimo octavo planta.

Mi ángel IV &quot;¿Y si fuera para siempre?&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora