I: El puente de los susurros

118 11 20
                                    

No había más sonido que el de las hojas siendo arrastradas por la brisa nocturna. Apenas iluminado por la luna llena y unos débiles faroles, el sendero serpenteaba a través del bosque.

Dos figuras jóvenes rompieron la quietud. Samantha, de cabello rubio algo maltratado y aspecto delicado, parecía frustrada mientras intentaba en vano domar su cabello desordenado por el viento. A su lado, Jason, un chico de ojos caídos y estatura un poco menor que la de su amiga, estaba alerta y vigilante, escudriñando los oscuros rincones del bosque como si esperara el ataque inminente de una bestia hambrienta.

Mientras caminaban en silencio, las palabras del abuelo de Jason resonaban en su mente: "No te acerques al puente, podrías encontrarte con las apariciones fantasmales y luces misteriosas de las que hablan en el pueblo". Jason había escuchado esas historias durante años, y ahora, mientras se adentraban más en el bosque, no podía evitar sentir miedo.

El silencio del ambiente era incómodo, pero finalmente lograron escuchar las aguas del río, indicando que estaban cerca de su destino.

Samantha se detuvo abruptamente, casi haciendo que Jason chocara contra ella. Habían llegado a Main Point, un claro en el bosque junto a un río tranquilo.

—Aquí estamos —dijo Samantha con un suspiro, señalando hacia adelante—. El puente está más adelante.

Jason asintió, sus ojos inquietos examinaron el área circundante. Vieron los restos de una fogata rodeados por troncos gruesos, evidencia de la visita de otros jóvenes. Lo usual en este sitio, un refugio para escapar de las responsabilidades y las presiones de la vida cotidiana.

Observaron el lugar por un momento antes de continuar su camino. El final del trayecto estaba a pocos metros de distancia, y finalmente lo alcanzaron. Ante ellos se erguía el antiguo puente de madera que conectaba Main Point con la parte más profunda del bosque. A pesar de su antigüedad, el puente parecía resistir el paso del tiempo, como si estuviera protegido por una fuerza sobrenatural.

Se habían tejido muchas historias sobre ese puente a lo largo de los años. Algunos hablaban de luces rojizas, otros susurraban sobre voces fantasmales y hasta se mencionaba una figura femenina que espantaba a quienes se acercaban demasiado. Mientras Samantha ignoraba estas leyendas, Jason no podía evitar sentir temor.

Samantha giró hacia Jason con una expresión de pura curiosidad en su rostro. —Entonces, ¿por qué estás tan callado? —preguntó.

—No es nada —respondió él rápidamente, tratando de ocultar su nerviosismo.

Elevando las cejas, Samantha lo miró directamente a los ojos. —¿Sabes? Estaba pensando en el camino —comentó con un tono sarcástico—. ¿Cómo es posible que, de repente, hayas decidido que sería una buena idea visitar este lugar en medio del bosque? ¿Te has convertido en un psicópata o algo así?

Jason soltó una risa nerviosa. —¡Claro que no! —exclamó, tratando de restarle importancia al asunto.

—Tengo entendido que este lugar te aterra —prosiguió Samantha, con los brazos cruzados y una postura desafiante—. Entonces, ¿por qué decidiste traerme aquí? No lo entiendo.

—Es complicado... —murmuró él, jugueteando nerviosamente con sus manos sudorosas.

—No, en realidad no lo es. Solo quiero saber por qué me trajiste al famoso "puente embrujado" —insistió Samantha, sin retroceder.

Las palabras "puente embrujado" resonaron en la mente de Jason como un eco inquietante. Se estremeció ante la idea, imaginando lo que sucedería si el espíritu del puente decidiera manifestarse ante ellos en ese mismo momento.

El puente de Hidden BayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora