XVII: Atrapando información, y robándola

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—Esa chica realmente logra que te desconcentres, ¿verdad, amigo? —comentó Harper, apartando la mirada por un momento de la multitud que salía de las tiendas con bolsas abarrotadas.

—No exageres —respondió Jason, esbozando con vergüenza una pequeña sonrisa.

Un breve y algo incómodo silencio se instaló entre los dos amigos, que se encontraban sentados en un banco frente a la fuente del centro comercial.

—Aún no lo recuerdas, ¿verdad? —preguntó Harper alzando ambas cejas. Intentaba que su amigo descubra la razón de su reunión.

—No estoy seguro de qué estás hablando —dijo Jason, rascándose la cabeza con gesto pensativo.

Harper soltó una risa burlona.

—Vamos, Jason, tenías una idea, los mundos alternos, el viejo puente. ¿Realmente lo olvidaste?

—No, no lo olvidé, simplemente... desapareció de mi mente —explicó Jason, encogiéndose de hombros en un intento de justificación.

—Sí, eso suena exactamente como "olvidar" —replicó Harper con sarcasmo, cruzándose de brazos—. Parece que tu nueva novia está tomando control de tu cabeza.

—¿Qué? Maya y yo no somos... no somos novios —aclaró Jason con rapidez, aunque su voz denotaba cierta duda.

—Ah, claro —dijo Harper, un tanto desconcertada—. Tal vez deberíamos regresar al plan original y buscar a Ben, ¿qué opinas?

—Sí, es buena idea.

•••

—Estás a punto de enfrentar la clase más aburrida de la historia, cerebrito —bromeó Harper, mientras se encaminaban hacia la acogedora casa de Benjamin, ubicada en una tranquila calle al lado del parque.

—Creo que estoy listo para eso —respondió Jason con una sonrisa divertida mientras se aproximaban al porche de la casa.

Ambos se detuvieron frente a la puerta principal, listos para tocar el timbre.

Sin previo aviso, la puerta se abrió. Benjamin recibió a Jason con una gran sonrisa, como si hubiera estado esperándolo.

—¡Jason, qué sorpresa tenerte aquí! —exclamó él, su cabello ondulado se movía ligeramente mientras hablaba.

Antes de que Benjamin pudiera notar a Harper, Jason intervino rápidamente.

—Ella es Harper, una amiga mía —dijo, señalando hacia ella—. Es nueva en el pueblo.

Harper asintió amigablemente mientras Jason hablaba.

—Ah, eso tiene sentido, por eso no pude reconocerla al inicio —mencionó Benjamin divertido.

—Bueno, amigo, no sé si recuerdas lo que teníamos pendiente... —comenzó Jason.

—Claro que sí, lo recuerdo —interrumpió Benjamin, sin perder la extraña efusividad con la que los saludó—. Vamos, pasen, pasen —dijo y se hizo de lado para que los invitados atraviesen la puerta.

Guiados por él, Jason y Harper atravesaron la reluciente sala de estar, donde los padres de Benjamin les dieron una amable bienvenida. Continuaron por el pasillo y las escaleras, donde Jason observó algunos cuadros de la infancia de Ben junto a sus padres y esporádicos diplomas enmarcados.

Al final, llegaron a la habitación de Benjamin, que contrastaba notoriamente con el orden extremo de la planta baja. La habitación era espaciosa, y un caos organizado reinaba entre cómics y hojas de papel que se desbordaban de su escritorio.

El puente de Hidden BayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora