III: Un tranquilo paseo por el pueblo

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El pequeño gato cruzó la calle rápidamente y trepó la cerca con una facilidad asombrosa, como si estuviera jugando.

—¡No huyas! ¡Espera! ¡Gatito! —exclamó Ruby mientras corría tras él.

El felino la miró por unos segundos, lanzó un suave maullido y saltó hacia el otro lado con gracia.

—¡Ay, ya se fue! —suspiró ella, decepcionada—. Solo quería darte un poco de cariño... —dijo en voz alta, apoyando ambas manos contra el vallado.

No hubo respuesta.

Bajó lentamente sus brazos y observó los alrededores con intriga. Algo no estaba bien.

—Creo que acabo de perderme... —murmuró para sí misma, tratando de evaluar la situación.

Ruby pensó durante unos minutos, tratando de recordar qué tan lejos había llegado.

—Es cierto, debería haber esperado en mi lugar si estaba perdida —se reprendió a sí misma—. Y esta es exactamente mi situación, estoy perdida...

Entonces, un destello de determinación brilló en sus ojos.

—Esperar no resolverá nada. Tengo que encontrar la forma de volver.

Sin pensarlo mucho, eligió un camino al azar y comenzó a caminar, lista para enfrentar lo que sea.

⸻•••⸻

—¿No te preocupa? —preguntó Jason, su mirada reflejaba su preocupación, inclinando levemente la cabeza—, ya sabes, lo que dijo Bridgette.

—Son solo juegos tontos, y no funcionarán conmigo —contestó Samantha con firmeza.

—Yo estaría muy preocupado en tu lugar.

—Tengo mejores cosas de las que ocuparme, como encontrar a Ruby, por ejemplo...

—Tienes razón, espero que no haya llegado muy lejos —respondió Jason, tratando de ocultar su inquietud bajo un tono calmado.

Continuaron su silenciosa caminata entre algunas otras calles. Había menos gente de lo normal, así que debería ser relativamente más fácil encontrar a Ruby.

—Entonces, ¿esa fue la razón de tu desaparición? —interrogó Samantha de un momento a otro. Ni siquiera volteó a mirarlo.

—Lo siento —dijo Jason y se encogió de hombros.

—No me molestó lo de Bridgette, bueno... tal vez un poco, pero ese no es el punto...

—Te dejé sola, lo sé —interrumpió Jason y agachó la cabeza—. Te prometo que ella no fue la razón, en serio.

Él no lo olvidó, en ningún momento, ¿quién podría olvidar algo así? La realidad es que, sin darse cuenta, estuvo evitando el problema y ahora se sentía culpable.

—Olvídalo —dijo Samantha y lo miró de reojo—, te entiendo. Estos días han sido... complicados.

Jason respiró hondo y llevó la mano a su propia nuca. —Sí que lo fueron, y mucho más para ti —hizo una pausa—, debe ser difícil mantener a una desconocida en casa.

—Sé que era el mejor lugar para ocultarla, pero ¿por cuánto tiempo tendremos que seguir haciendo esto? –preguntó ella.

—Hasta que descubramos la manera de que vuelva a casa, supongo.

Samantha miró hacia otro lado y dijo entre dientes—: Lo haces sonar muy fácil. De verdad espero que esto termine pronto.

—Entiendo que quieras que esto termine ya... pero tampoco sabemos todo lo que implica dejarla a su suerte, tal vez fue lo mejor que se haya encontrado con nosotros...

El puente de Hidden BayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora