Siempre desee que mi vida fuera más interesante, que algo diferente sucediera en aquel pequeño pueblo olvidado. Bien dice la frase, ten cuidado con lo que deseas, porque podría volverse realidad.
Y así, pues, aunque los días pasaban, para nuestra desgracia, los sucesos extraños no se detuvieron. Más bien, aumentaron en número y frecuencia; pero lo que habíamos vivido no era ni de cerca lo peor.
Uno de esos días, temprano por la mañana, al llegar al salón de clases, fue imposible no notar un tumulto de gente en el que pude distinguir a algunas de mis compañeras llorando y muchas personas alteradas.
Los rumores viajaban más rápido de lo que deberían, por lo que no tardé más de diez minutos desde mi llegada a la escuela, en enterarme de que una de mis compañeras, había caído en un estado similar al coma, sin razón o causa aparente.
- ¿Qué pasó? - pregunté alarmada.
Asumi, quien me había encontrado entre la multitud, me respondió - ¡Nozomi!, es Yano... está muy mal, ella está en coma... - dijo con los ojos llenos de lágrimas.
- !¿Qué?!, ¿acaso tuvo un accidente?.
- No, estaba en una heladería, con Godo Saori, y dicen que solo agacho la cabeza y dejó de contestar, fue muy extraño y repentino. - respondió consternada.
- No puede ser... si no se golpeó la cabeza o se cayó antes... - se adjuntó a la conversación Naomi.
- Sin contusión, sin signos previos; alguien joven y sana... Descartaron drogas, ¿verdad? - No quería presuponer cosas, pero toda la situación era muy extraña.
- Tal parece que los análisis que le realizaron arrojaron resultados normales - Nos comentó Asumi.
El día no había comenzado y la gente ya se tomaba la libertad a sacar sus propias conclusiones; la mayoría optó por relacionar este hecho con los sucesos fantasmales de Sasaki-san. Esto era ridículo y sobre todo, no era una respuesta aceptable para su familia; había quienes sospechaban de drogas y de los chicos de mi grado, por lo que la situación se tornaba tensa para todos nosotros.
- Fukui-san, buenos días - Me sorprendió un saludo.
- Profesor, buenos días.
- Fukui-san, imagino que ya escuchó acerca de lo que sucedió con su compañera Yano-san; quisiera que, cómo presidenta de la clase y del consejo estudiantil, de algunas palabras de ánimo a sus compañeros.
- Sí, por supuesto. - La verdad es que no era una tarea que me emocionará, es más, hubiera deseado poder evitarla; poco podía decir yo, quien la conocía tan poco.
Al terminar las clases, salí con tranquilidad y me apoyé en el viejo cerezo que estaba frente a las puertas de la escuela; había terminado con la responsabilidad extra de ir como representante de la clase a visitar Yano a en el hospital y llevar un regalo de parte de toda la clase.
Me tomé un momento para acomodar mi maletín, organizando un poco los papeles de la reunión del consejo de ese día, pero a los y pocos minutos, sentí como una sombra me cubrió, obstruyendo totalmente la luz del sol.
Levante la mirada y me sorprendí al descubrir que quien se encontraba frente a mi era Bennett Hiroshi.
- Buenas tardes, ¿se te ofrece algo? - Pregunté, de forma cortante.
- Lamento asustarte, no era mi intención- Respondió.
- No lo hiciste, ¿qué pasa?.
- Eres una chica inteligente ¿verdad?, necesito hablar contigo de algo importante.
¿A qué se refería con esa pregunta?, era plenamente consciente de que mi reputación como alumna destacada me precedía en todo el colegio, así que no pude evitar sentir su cuestionante cómo un insulto disfrazado.
- ¿Y qué es tan importante para que te tomes la molestia de esperar hasta que termine mi reunión con el consejo estudiantil a esta hora?.
- Pensé en esperar hasta mañana, pero lo que quiero discutir es que... creo que lo de sucedió con Yano, lo del espíritu... es mi culpa.
¿Su culpa...?, sentí que se me helaba la piel; lo primero que cruzó mi mente fue golpearlo y correr tan rápido como pudiese, contarle a alguien antes de ser la siguiente en una cama de hospital... o peor. Pero al ver su rostro me detuve, era la primera vez que no lo veía con esa sonrisa que solía lucir, es más, hasta parecía... como si fuere a llorar.
No fui capaz de ignorarlo y dejarlo allí, en parte por pena, pero también en parte por curiosidad; aun así, no quería quedarme a solas con él, por lo que le dije:
- Está bien, te escucharé, pero será bajo mis términos.
- Claro, como tú digas - Contesto al instante.
- Te espero mañana en mi casa a la tres treinta de la tarde, después de la escuela; afortunadamente mañana no tengo actividades del consejo. Mi dirección es...
- Sé dónde vives - Me interrumpió súbitamente.
¡¿Cómo rayos sabía mi dirección?!, tal vez esto si era una mala idea después de todo y ¿por qué utilizó justamente esa frase tan... sospechosa?
- ¡¿Cómo rayos...?!, ok... voy a fingir que eso es normal, quedamos para esa hora entonces.
- ¡Perfecto! - Exclamó - Nos vemos mañana.
Tras eso, cargó su maletín al hombro y se alistó para retirarse, yo me voltee para emprender mi camino al hospital, pero mientras me alejaba sentí que su mano rodeó mi muñeca; tire bruscamente y le dedique una mirada llena de ira, pero su expresión sincera interrumpió mi reacción.
- Gracias - Me dijo, en lo que solo podría describir como un susurro.
Traté de disimular mi sorpresa, pero solo pude contestar con un - Sí, de nada. - con el más falso desinterés que había simulado jamás.
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AYAKASHI
ParanormaleAYAKASHI El Tormento de un Alma en Pena Una ola de sucesos paranormales azota un instituto, donde los estudiantes de ultimo año de secundaria empiezan caer, uno a uno, es una especie de sueño profundo del cual no pueden despertar. Es por esto que un...